Elora
Me levante toda sudada y con el pulso acelerado, si no empezaba a calmarme me iba a dar un paro cardiaco en ese preciso instante. Aparte el pelo sudado que se enganchaba en mi cara y gire en la cama, pero no estaba él no estaba. Y si… no, no podía ser.
-Mierda, mierda, mierda… -Dije levantándome.
Cogí un jersey de Louis que me quedaba enorme y me puse unos calcetines y baje corriendo hacia el comedor. No estaba allí, esto era una locura no podía ser cierto todo aquello, pero a mí me había parecido tan real que… estaba empezando a dudar. Me iba a volver loca.
Cogí el móvil entre mis manos y marque su número, nada solo hacía que saltarme el contestador.
-Hola Elora.
-¡Lou!... oh hola Harry…
-¿Ocurre algo?
-Eh… y ¿Louis?
-¿Louis? –Dijo el oscureciéndosele los ojos. –No está aquí Elora.
-Harry… estas de broma ¿no? –Dije con el labio inferior temblando y las ganas de llorar inundándome.
-Pero si te lo dijo él, tenía que hacer unas cosas y luego nos veremos todos en la ceremonia.
-¡Esta vivo!
-¿Cómo dices? –Dijo Harry soltando una carcajada. –Pues claro que está vivo, no lo quieras muerto antes de tiempo.
-Ay dios gracias Harry. –Dije saltando a sus brazos y dándole un sonoro beso en la mejilla. –Te debo una.
-Ah… de acuerdo. –Dijo con una sonrisa.
-Me tengo que ir Harry. –Dije cerrando la puerta detrás de mí.
Al salir a la calle un viento fresco me removió el pelo, cogí aire con fuerza y subí mi mirada al cielo. Hacia un día perfecto de otoño. Me senté en un banco vacío y me quede observando el tránsito de Londres, era una ciudad que nunca me dejaría de sorprender.
Me levante y empecé a correr, me sentía como una niña pequeña la cual se iba de vacaciones a disneyland y se volvía loca de la emoción y la alegría.
-¡Elora! ¡Elora!
Pare en seco, y al girarme vi a Harry corriendo hacia mí.
-Harry. –Dije feliz.
-Que… yo había ido a buscarte, tienes que arreglarte o vas a llegar tarde.
-¿Tarde?
-¡Elora por dios hoy es tu día!
