CAPÍTULO 17

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Lo primero que hizo Spencer el lunes por la mañana fue llamar para decirles que fueran inmediatamente. Acababa de regresar de Quántico con el perfil de personalidad.

Hacía un día caluroso y con algo de bochorno, con una temperatura que ya pasaba de los veintinueve grados que según las previsiones llegaría hasta bien pasados los treinta y seis, ya con humedad. Lauren no había dormido bien en todo el fin de semana, probablemente debido a que Camila tampoco. Ella había estado muy inquieta y sólo había logrado dar algunas cortas cabezadas antes de despertarse súbitamente. La tensión del fin de semana, a la espera de que surgiese una visión de asesinato, la había dejado pálida y demacrada, con profundas ojeras causadas por el cansancio. Lauren había pasado largas horas abrazada a ella para hacerla ver que no estaba sola aunque no pudiera impedir la visión, si ésta llegaba. Pero no llegó.

¿Cuánto podría resistir así? Camila sufría un estrés tan grande, tanto física como mentalmente, que Lauren temió por ella. Muchas personas se habrían desmoronado bajo aquella tensión, hace ya años, pero ella no lo había hecho, lo cual decía mucho de su fuerza. Camila no era una delicada flor que se ajase al menor contratiempo. A pesar de las bellas líneas de su cuerpo demasiado delgado, era notablemente robusta. Pero hasta un roble podía ser talado, y a Lauren le preocupaba.

También Verónica daba muestras de estrés, probablemente debido al terror por su inminente casamiento. Ella y Lauren apenas hablaron de camino a la oficina del FBI, cada una absorta en sus propias preocupaciones.

Demi y Zyan ya estaban allí, igual que Selena. Sullivan estaba presente, de nuevo con aquella expresión de embobado en la cara mientras maniobraba alrededor de la mesa de juntas en busca de un sitio junto a Demi.

Spencer estaba recién afeitado, pero con la ropa más arrugada que de costumbre, lo cual hizo a Lauren pensar que acababa de llegar de Virginia, en el vuelo de los madrugadores.

—El ISU ha trabajado mucho sobre este asunto— dijo en voz baja—. Hay que felicitarlos a ustedes por haber captado la pauta tan rápidamente, pero atrapar a este tipo no va a ser cosa fácil. Es la peor clase de asesino: frío como el hielo, inteligente, con recursos, y totalmente falto del menor indicio de culpabilidad. Tengo una lista de asesinatos parecidos: apuñalamiento, sin sospechosos, sin pruebas. Es posible que algunos de ellos fueran cometidos por la misma persona. Algunos son imposibles, porque tuvieron lugar más o menos a la vez en lugares del país opuestos a los de otros asesinatos, pero no hay forma de saber cuál eliminar.

Los asesinatos comenzaron aproximadamente hace diez años. ISU calcula la edad del asesino entre treinta y treinta y cinco años. La mayoría de los asesinos en serie empiezan a matar a los veintipocos. Pero diez años asesinando con éxito quiere decir que este tipo va a resultar muy difícil de coger; ya tiene experiencia, ha aprendido de sus errores y ha perfeccionado su estilo. Sabe lo que hace. Ha estudiado el procedimiento policial y forense y tiene mucho cuidado de no dejar pruebas que puedan identificarse.

— ¿Podría tratarse de un policía?— preguntó Selena—. ¿Tal vez en la rama militar?

—No es probable— repuso Spencer—. No se llevaría bien con ninguna clase de autoridad, así que no es factible que haya podido terminar ningún tipo de formación policial o militar. Ni siquiera le habrían aceptado como candidato.

Es blanco; todas las víctimas han sido de raza blanca, y los asesinos en serie rara vez cruzan las fronteras raciales. Es atlético, muy fuerte. Es un asesino organizado, muy seguro de sí mismo, y ésa es la peor clase. Un asesino desorganizado es sucio, comete errores, carece de un plan claro. Este tipo lo tiene todo planeado hasta el último detalle. No llama a la puerta de las víctimas ni las ata; está seguro de poder controlar la situación, y hasta ahora lo ha hecho. El arma que emplea es un cuchillo procedente de la cocina de la víctima, y después lo deja en la escena del crimen. Dado que no hay huellas dactilares, no se puede relacionar el arma con él. No se lleva ningún trofeo. ISU opina que acecha a las víctimas, posiblemente durante varias semanas; penetra en la casa cuando no hay nadie dentro, se familiariza con ella. Tiene mucha paciencia.

Premonición MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora