Narra Yoongi
Aún no sabíamos nada de las chicas desde que se las llevaron a comisaría. Jimin, Jungkook y TaeTae estaban muy nerviosos y Jin intentaba tranquilizarlos.
Todos estábamos muy tensos, esas chicas no paraban de meterse en líos y cada dos por tres teníamos algo entre manos.
Aunque desde entonces, ellos tres estaban mejor, es decir, se sentían mejor con ellos mismos y los notaba especialmente felices.
-Llama otra vez -dijo Jimin a Namjoon-.
-Hola, quería preguntar por el grupo de chicas que llegó hace poco de comisaría -dijo RM por teléfono, al instante se llevó las manos a la cabeza y colgó el móvil-.
-¿Qué ha pasado? -dijo Jimin-.
-Dicen que unos policías las han dejado escapar a ellas y al otro grupo que iba con ellas...
-NO ME LO PUEDO CREER -dijo Hoseok-.
-Era de esperar, están acostumbradas. ¿Dónde puede estar un grupo de personas tan numeroso? -pregunté-.
-Yo le pediría ayuda a algún conocido, pero ellas se supone que no conocen a nadie aquí, se supone -dijo Jin-.
-Esperemos a mañana, puede que nos llamen -dijo Jungkook esperanzado-.
Narra Bárbara
-Pasamos por el hotel por nuestra ropa ¿verdad? -preguntó Marina-.
-No. Seguro que hay una seguridad increíble por si volvéis -respondió Kenro-.
-Entonces, ¿qué conio nos vamos a poner? -dijo Alejandra-.
-Os tendréis que apañar entre mi ropa y la de mi novia, los siento.
-Nosotras traemos ropa por si la necesitáis -dije señalando nuestras mochilas-.
-Adiós a mi querida ropa -dijo Estela-.
⚡⚡⚡
Llegamos a la casa. Tenía una gran entrada con césped y desde afuera se veía que tenía tres pisos con muchas ventanas.
-Estaba todo delicioso -dije al chico con rasgos asiáticos llamado Kenro-.
-Gracias -dijo mientras hacía una V con el dedo índice y corazón-.
Me acerqué a Carmen y a Marta, no habían comido porque decían que no tenían hambre.
-¿Estáis bien? -preguntó-.
-Mientras no haya policía todo es legal, asi que la respuesta es sí -me respondió Carmen-.
-Estamos bien, tranquila -me dijo Marta-.
-Se que sigues pensando en tu amigo. Te repito lo que te dije antes, no te preocupes, con el tiempo se olvidará de ti y encontrarás a otra persona. Mientras solo tienes que darle algo de tiempo para que lo asimile, puede que no te trate como antes, pero seguro que con el tiempo lo hace -dije animándola-.
-Lo echo de menos -Marta hizo una pausa- Me refiero a Jimin...
-Al final resulta que estás con él y todo, como decías por el grupo -dijo Pepe riéndose-.
-Te lo dije -respondió siguiéndole el rollo-.
-Voy a dar un house tour con Ale, ¿vienes? -le preguntó Carmen a Marta-.
-Sí.
Las dos se fueron cuando Ale entró en la habitación y nosotros nos fuimos a nuestras habitaciones para descansar.
Narra Alejandra
Esto era impresionante. La casa tenía forma de C y tenía una piscina en el centro, desde la que se veía la playa.
Las habitaciones eran similares. Todas contaban con una cama de matrimonio, un baño, una mesa, un armario y unas estanterías decoradas con plantitas.
Subimos a la tercera planta. Eran varias habitaciones: una sala de baile, una sala con una pantalla gigante y asientos cómodos, otra con una tele grande y varias consolas, una sala llenas de muebles llenos de libros y una última que era una zona de relax, con varios escritorios y sofás con vistas al mar.
-Dios, cuantos libros en físico juntos -Carmen pasaba la mano por encima de los lomos-.
-DIOS MIO, JOHN GREEN, STEPHEN KING, J.K. ROWLING, CASSANDRA CLARE -Marta casi muere al ver a sus autores favoritos-.
-AHHHH HARRY POTTEEER -grité al ver los libros-.
-Podéis coger los que queráis mientras los volváis a poner en su sitio de nuevo -Kenro apareció de la nada en la puerta-.
-JODER KENRO QUE SUSTO -no lo había escuchado llegar y casi muero de un jama-.
-¿Tan feo soy? -preguntó haciendo un puchero-.
-Nah es broma -dije riéndome-.
-Por cierto, un chico que hay abajo ha preguntado por ti -me dijo-.
No podía creer que Matthew se hubiese presentado. No hacía ni un cuarto de hora que le había dicho que estábamos bien.
Bajé a toda mecha y dejé a las chicas allí plantadas con cara de no entender que estaba pasando.
Efectivamente, era Matthew. Corrí y lo abracé, lo había echado mucho de menos y parecía que él también.