Cuatro jóvenes... un hospital... Y una psiquiatra enferma.
Éstos son los ingredientes que devoran (o por los que son devorados) los autores Víctor, Vanessa, Laura y Aida para dar vida, respectivamente, a Joel, Paula, Irene y Aida.
Los caminos tortuo...
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Hoy es el último día de Paula en el hospital, ya que recibe el alta. Aunque seguirá acudiendo a sesiones de terapia individual hasta que esté recuperada por completo, ha experimentado, después de dos meses y medio, una gran mejoría de su patología.
Después de hacer la despedida de sus compañeros, toca su último grupo de palabra y en esta ocasión, quiere proponer un tema sobre el que debatir. Un tema del que todo el mundo se ha enterado, pero del que nadie se ha atrevido aún a hablar.
- Hoy me gustaría hablar del experimento que hizo la Dra. Hamp con algunos de nosotros hace unos días.
Después de meditarlo un momento vislumbrándose un gesto preocupado en la cara, Damian cree que estaría bien poner el tema sobre la mesa de una vez.
- Adelante, Paula. – le dice.
- Hoy hace una semana, que por la locura de esa mujer, mi compañero Joel fue ingresado en el hospital psiquiátrico para agudos cuando estaba a punto de ocurrir una catástrofe en su despacho. ¿Sabe lo que hubiera ocurrido si la Dra. no llega a parar a tiempo su experimento?
- Estaríamos en el hospital o incluso muertas – contesta Irene mirando aún incrédula hacia la mesa.
Mientras Irene explica a los demás como sucedió todo ese día, a Paula le vienen recuerdos de esos momentos a su cabeza. Aún no ha podido olvidar las duras palabras que le dedicó Ellen:
- ¿Te acuerdas cuando en tus años de instituto, se reían de ti llamándote como tu querido padre te puso? ¿Cómo era? ¡Ah, sí...! Vaca, era tu apellido... ¿Cómo no se iban a meter contigo con lo enorme que estabas? Y vigila con los kilos de más, porque desde que has entrado te veo más gorda...
Y continuaba:
- Y después de más insultos, risas a tu costa y humillaciones varias a diario, llegabas a tu casa y te encerrabas a tu cuarto a llorar. Y aún después de todo, tu padre te decía que tú eras la causante de todos tus problemas y de todos sus males. Que para qué te tuvieron un día... Todavía lo se lo cuestiona a día de hoy. En la última entrevista nos lo ha dicho...
Paula al escuchar esto último, se le partió el alma en pedazos. No podía creer que su padre siguiera a esas alturas, pensando así de ella. A partir de ese instante, se sumió en la más profunda de las tristezas, con la que ya no reaccionaba a ningún estímulo.
El último de sus recuerdos antes de que entrase Joel por la puerta del despacho, fue el de Damian contemplando la escena.
Entonces, Paula vuelve al presente y mirando a los ojos al psiquiatra cuando Irene y sus compañeros terminan de hablar, le pregunta:
- ¿Usted qué hizo para parar el experimento de la Dra., Damian?
