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Tess Malfoy

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Tess Malfoy

Me siento insegura

Estaba tirada en mi cama, mientras Megan acariciaba mi cabello.

—No es justo.— suspiré.— ¿Por qué las fans de tu hermano tienen que mandarme fotografías de Serpens con otras chicas?— me quejé.

—Lo sé, pero tú sabes que lo hacen porque te quieren lejos de él.— me recordó Megan, a lo que asentí dándole la razón.

—No quiero ser una novia celosa, pero esa chica Coleman no me da buena espina— confesé.— Me cuesta lidiar con Elisha Fawley, como para que ahora se le otra tipa.— bufé.

—Odio a Coleman — gruñó Megan.— Es una engreída, hace una semana estaba hablando de cómo mi familia destruyo su vida.— rodó los ojos.

—Ella no tiene derecho de juzgar, tu padre fue obligado al igual que él mío a obtener esa marca.— suspire.— Odio que la gente siga sin entender.— me volteé a verla.

—Son una bola de idiotas, sólo eso— me sonrió.—Serpens no te va a dejar, estaría demente si lo hiciera.

—Lo sé, pero aún así, me siento insegura.— admití.

—Entonces, marca tu territorio.— rió.

—Megan, no tengo ni la más mínima idea, de a qué te refieres.— admití divertida.

—Oh, ya sabes, lo que yo hago con Theo todo el tiempo.— admitió al tiempo que soltaba una risita.— Sentarme en sus piernas, besarlo cuando todos nos ven, ser muy cariñosa, ese tipo de cosas.— dijo divertida.— Lo hago algunas veces a la semana, para mantener a las chicas alejadas de mi novio.— sonrió.— Y en una media hora es la cena, te puedo arreglar un poquito, para que vayas a cenar a la mesa Ravenclaw.— canturreo.

—Bien— sonreí.— Confío en tí.— dije sentándome.

***

Con Megan bajamos a la hora de la cena, cuando entramos al Gran Comedor ya habían varias personas ahí, Megan me sonrió y se fue a nuestra mesa mientras que yo, fui a la de Ravenclaw. Al llegar, noté como Serpens estaba sentado rodeado de chicas,entre ellas Coleman , pero toda su atención se encontraba en su teléfono; sonríe y fui hasta él, al llegar detrás de él le cubrí los ojos.

—¿Quién soy?— le susurré al oído, para luego apoyar mi cabeza en su hombro.

—Mmm, ¿Megan?— cuestionó él.

—No.— reí, mientras él apartaba mis manos de su cara.

—Mi bella novia— me sonrió.— ¿Necesitas algo, linda?

—Tiempo de calidad contigo.— hice un puchero.

— Creo que puedo arreglar eso— sonrió.— ¿Quieres cenar conmigo, linda?

— Me encantaría— sonreí, al tiempo que Serpens se recorría alejándose de Coleman, para darme un espacio, me senté junto a él, alejándolo de la chica y bese su mejilla— ¿Te he dicho hoy lo mucho que te quiero?— acaricie su mejilla.

— No, y no me molestaría oírlo— sonrió, que preciosa sonrisa tenía mi novio. — Te quiero, Tess— dijo antes de besar mi sien.

— No tienes idea de lo mucho que te quiero, Lestrange.— sonreí.— ¡Oh! Hola, Rosie.— salude con una sonrisa a la pelirroja, mientras apoyaba la cabeza en el hombro de Serpens.

— Hola, Tess.— sonrió Rose, al tiempo que la cena aparecía, logrando capturar toda la atención de la pelirroja, que al fin de cuentas era más Weasley que Granger.

Reí un poco viendo a Rose, antes de ponerme de pie para comenzar a servirme un buen pedazo de carne y algo de puré de papas, puesto que estas cosas estaban algo lejos de mí, lo bueno de no estar comiendo con Megan, es que no la tendría revisando lo que como, fue mala idea aceptar ser su compañera de dieta; alcé un poco mi plato mientras me volvía a sentar, para no incomodar a nadie, cuando un movimiento por parte de Coleman hizo que mi comida terminará en el suelo.

— Mi carne.— hice un puchero mientras la veía en el suelo.

— Fue un accidente.— hablo Coleman sin darle mucha importancia.— Puedes servirte más.

Suspire, no haría un berrinche por eso, dirigí mi atención donde antes estaba la carne y ya no había nada, malditos desesperados, pero esto era karma por romper la dieta sin que Megan lo sepa, no queda más que seguir la dieta.

— Toma la mía.— me sonrió Serpens.— Yo puedo comer otra cosa, linda.— beso mi mejilla y me paso su plato.

—Eres el mejor novio del mundo.—sonreí y le di un corto beso.

Coleman se paro abruptamente y salió del Gran Comedor, sí, creo que debo escuchar los consejos de Megan más seguido.

— Nayara debió disculparse contigo, que raro que no lo hizo.— dijo Serpens, mientras se servía otra cosa.

—Seguro se le olvido. — murmuré antes de comenzar a comer.

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