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「잊으려면↷
Me olvidare
de todo, me
olvidare de ti.



 YoonGi sobo la espalda del menor y Hoseok tomo su mano entre las suyas acariciando sus dedos con cariño. El pequeño NamJoon no había dejado de llorar desde que sus mejores amigos habían llegado a la casa. Se sentía realmente triste. Su hyung ya no lo quería. Con tan solo recordar lo que había pasado hace unos días, su estómago se revolvia y las ganas de soltar más lágrimas aumentaba. Tan solo era un pequeño, sin embargo sentía tanto dolor en su corazoncito que de vez en cuando le costaba respirar, se sentía tan patético.

—Ya, Joonie. No llores más, por favor —hobi paso su dedo sobre una de las mejillas del moreno y retiro varias lágrimas que se encontraban allí.

—Quizas... fue mala idea decirte que hagas eso con tu hyung, solo logramos que te trate mal y te lastime. Perdoname —el blanquecino se rasco la nuca e hizo un pequeño puchero mostrando lo arrepentido que estaba.

El menor sonrió apenado y le dió un pequeño abrazo a su mejor amigo. Lo quería como a un hermano, nunca se podría enojar con ellos, claro que no.

Lo hecho hecho estaba, ya no se podía arrepentir ni volver el tiempo atrás. Y tampoco podía borrar las palabras del rubio que aunque no fueron con intención de herirlo se había sentido así, demasiado doloroso para su gusto.

Sorbio por la nariz y con una pañuelo que el azabache le pasó se trató de secar todo rastro húmedo de su rostro.

—Estoy mejor, gracias chicos. Ustedes no tienen la culpa, recuerdenlo, solo querían ayudarme —se encogió de hombros y termino de limpiarse la cara.

—Aun así... prometemos no entrometernos en esto de nuevo, no quiero que sufras otra vez —YoonGi frunció el ceño y se paró del sofá donde los tres se encontraban sentados.

NamJoon asintió no muy convencido y bajo la mirada hacia sus manos entrelazandolas y separandolas en un intento de mantener la calma y no volver a ponerse triste, aunque eso era tan difícil.

—NamJoon-ah, nosotros nos vamos. ¿Estarás bien? —Hoseok se acercó con cautela y retiro unas hebras de cabello rebelde que molestaban la visión del moreno.

El menor asintió nuevamente y abrazo a sus dos amigos para luego despedirse en la puerta y volver al salón, tirandose de panza al sofá mientras movía sus piernas en alto.

Su hyung había salido en la mañana, sin decirle a donde iba ni con quién. Por un lado estaba preocupado, no quería que nada malo le pasará a su hyung lindo pero por otro, se sentía un poco aliviado ya que no tendría que verlo después del bochorno de la otra noche.

Sin embargo, el malestar seguía instalado allí, justo en el medio de su pecho, recordandole que la vida no es como te la pintan algunas veces. La vida puede llegar a ser cruel y miserable sin remordimiento alguno. Y así es como se sentía ahora, incapaz de poder hacer otra que no sea llorar o lamentarse por los hechos pasados que en verdad ya no tenían relevancia.

Había tomado una decisión muy difícil y era olvidarse de su hyung, dejarlo de amar y centrarse solo en su vida. En su niñez.

Evitaría a toda costa salir lastimado. Lo olvidaria cueste lo que cueste.



300817 | lula
namjin

harlequin | jinnam [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora