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「동생↷
Dejalo con
su inocencia, hará
las cosas cuando
quiera.



 YoonGi observaba a NamJoon con una sonrisa reluciente de esas que dejan notar sus encías y hacen ver su típica cara de bebé. A su lado se encontraba HoSeok, el cual de igual manera tenía sus ojos puestos sobre el moreno analizandolo con un deje divertido.

En cambio NamJoon, estaba escondido detrás de las mangas largas de su suéter amarillo con el rostro colorido de distintos rosas y rojos haciendole ver adorable en todo sentido. Estaba demasiado avergonzado. ¡Que demonios! Estaba hundido sobre el sillón queriendo desaparecer por arte de magia.

Sus amigos, de forma inapropiada, habían sacado el tema de la actividad sexual del moreno, solo por mera diversión y perversión queriendo lograr que el menor de los tres se sienta morir de la vergüenza y la pena. Después de todo era un recién adulto, sin embargo, esos temas de conversación no eran de su gusto. Tenia 18 años, pero vamos... ¿A quien no le daría pena hablar sobre ese tema con alguien que ya lo ha experimentado? Si, YoonGi y HoSeok ya no eran vírgenes y NamJoon aún si.

— ¿Solo le hiciste un oral? ¿Nada más? —en su pregunta había una pizca de aprovechamiento. El rubio aprovechaba cualquier oportunidad para avergonzar al menor, le encantaba.

—¡Que si, maldición! —fruncio el ceño a mas no poder y los volvió a mirar —. Déjenme en paz, ¿no tienen a alguien más para molestar?

HoSeok chasqueó la lengua y rodó los ojos —Aish, así no es divertido, la cosa era que te molestaramos a ti —se cruzó de brazos y se miró las uñas en un gesto aburrido.

NamJoon suspiro y cuando pensó que iba a morir por culpa de sus amigos oyó como el ruido de la llave estaba siendo puesta en la cerradura. Se paró como un resorte del sofá y sus pies se movieron con velocidad hasta la entrada apresando con sus brazos al mayor, quien sonrió encantado por el repentino afecto de su pequeño chocolatito.

—Con este tipo de bienvenida, da gusto llegar a casa luego del trabajo —y allí estaba la risa especial que poseía el rubio mientras abrazaba al moreno con demasiado cariño sin percatarse que los demás estaban en el salón mirandolos con ojos alegres.

El pelirrosa se paró en puntas de pies y con sus manos tomo el rostro del mayor para darle un buen beso después de no verlo durante horas. SeokJin recibió sus labios con un suspiro y los tomo fuerte de la cintura alzandolo y apoyándolo contra su pecho. NamJoon soltó una infantil risa y se separo de su hyung con una preciosa sonrisa de hoyuelos que hizo derretir el corazón del contrario en demasía.

—Si siguen así me dará diabetes —un YoonGi con cara de horror fingiendo escalofríos, apareció por la puerta con el azabache colgado de su espalda como un koala.

SeokJin miró en su dirección y rodó los ojos aún con el moreno sobre su pecho, sin embargo este no estaba con ganas de separarse de el, en verdad estaba muy a gusto. Cuando tenía al menor así de cerca su mente no funcionaba correctamente, era como si un cortocircuito lo atacará y le hiciera pensar arcoiris y corazones. En otras palabras el moreno lo tenía mal y comiendo de su mano. Igualmente no es como si le importara mucho.

—Callate Min, tú eres igual con JiMin no se de que te quejas —SeokJin abrazo con fuerza el menudo cuerpo de su novio y fulminó con la mirada al más bajito, haciendole entender con la mirada que lo que dijera el lo tenía sin cuidado y que no le afectaba en lo absoluto sus opiniones descaradas.

—Pff, ya uno no puede acotar nada en estos tiempos. Vamonos HoSeoki, aquí no nos quieren —giro su rostro como diva y bajo de su espalda al de sonrisa grande arrastrandolo hacia la puerta, no sin antes guiñarles un ojo y enviarles una sonrisa cómplice.

La feliz pareja bufo a duo y se separaron para cerrar la puerta. NamJoon comenzó a caminar hacia el salón, sin embargo el mayor lo tomo del brazo y lo colocó sobre la puerta acorralando su cuerpo entre la madera y el.

—¿Q-qué... haces hyung? —NamJoon logro decir cómo pudo debido a su nerviosismo. La cercanía de SeokJin siempre lo ponía nervioso.

El rubio acercó su rostro peligrosamente hacia el contrario y le dedicó una sonrisa coqueta, de esas que le habían temblar las rodillas al menor.

—Algo que te debía hace mucho, cariño —y el menor no se dió cuenta cuando el mayor quedó entre sus piernas mientras bajaba el cierre de su pantalón.

Solo sabía que disfrutaría en demasía con la boca del mayor sobre su cuerpo.



141017 | lula
namjin

harlequin | jinnam [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora