016

660 117 65
                                        

「고문↷
Perdóname
por todo, no lo
mereces.



 Coloco dos dedos frente el rostro del moreno y este lo miro confuso por un momento hasta que la voz del mayor le aclaro las ideas.

—Chupalos —ordeno con voz ronca. Eso le parecio en verdad caliente y sensual.

Para NamJoon el mayor siempre habia sido un poco afeminado con esos variados lápices de labios con brillo, su maquillaje para ojos, delineadores y sombras. Su cuarto estaba lleno de perfumes y maquillaje, sin embargo la parte coherente y pervertida de su mente le tiraba retasos de esas veces que el rubio salía de la ducha con solo una toalla amarrada a su cintura dejando a la vista ese torso recorrido por gotas de agua y esas lineas en su pecho que lo habían verse demasiado atractivo además de su cabello oro cayendole por la frente pegado a su piel. En verdad ese cuerpo había sido esculpidos por dioses.

Y ni hablar de su rostro, esos labios gruesos y esponjosos con ese tono rosado natural, sus ojos almendras tan delicados, sus pómulos marcados y esa sonrisa que servía para derretirte y matarte en el acto. Unas facciones así no debían desaprovecharse, por eso él, desde pequeño había sentido una fuerte atracción por el mayor, lo creía su ángel -que todavía lo era- y una persona sumamente guapa capaz de hacer que todos caigan a sus pies.

Por eso durante su pre-adolescencia y en el comienzo de la misma, trataba de ahuyentar cualquier cita que el mayor tuviera o espantar a cualquier sabandija que se quisiera meter con su hombre, porque si, era su hombre. Solo suyo, de su propiedad, porque así había sido desde un principio.

Y ahora en el presente, teniéndolo encima, besando su cuerpo y dandole suaves caricias, la felicidad que sentía era inmensa, hasta se podría decir que no le cabía en el pecho. Ni siquiera podía creer que era real. Pero... dios mio, esos labios en su miembro era demasiado real, ya sus dedos lubricados por su saliva habían quedado en el olvido.

—¡Hyung! —no pudo contener un grito cuando los dientes del mayor recorrieron la piel sensible del glande de NamJoon.

Sostuvo con fuerza su cabello y lo inclinó hacia abajo, queriendo más contacto sobre su anatomía. Se estaba volviendo loco de placer, las piernas le temblaban y su garganta se encontraba seca. En otras palabras estaba hecho un desastre y no era para menos.

SeokJin succionó la punta mientras bajaba la mano hacia sus testículos brindandole unos toques desde la base hasta donde estaban sus labios, tratando de cubrir todo lo que pudiera y no dejar nada al descubierto y sin tocar. Se descubrió así mismo bajando y subiendo su cabeza con rapidez para luego colocar una de sus manos en los testículos del menor y apretar y acariciar, ayudando a que el orgasmo avasallador que estaba por tener el contrario sea más rápido y poderoso. Lo estaba haciendo delirar.

Sintió en su boca como el miembro del menor se hinchaba y supo que su escencia saldría disparada en cualquier momento y así fue, acompañada de un gemido bastante alto y ronco por parte del moreno, el cual trataba de regular su respiración.

SeokJin se lamio los labios y tragó todo lo que había sacado del miembro del más joven quien lo observaba con ojos oscuros desde abajo.

—Mm bebé, tu sabor es exquisito —y de nuevo esa voz gruesa y ronca que le ponía los pelos de punta.

Se levantó del sofá y comenzó a sacarse los pantalones bajo la atenta mirada del menor, sus ojos vagaron desde su torso hasta sus manos tratando de sacar su cinturon, sin embargo el menor fue más rápido y con manos temblorosas termino de desabrochar el cinto y bajarle la cremallera del pantalón, ansioso por ver el hermoso regalo que le tendría su hyung lindo.

—¿Lo quieres NamJoonie? Es todo tuyo bebé, siempre he sido tuyo —acaricio sus cabellos con cariño y sintió derretirse cuando el menor bajo su húmeda lengua por su labio inferior, provocandolo.

NamJoon se apresuró en sacar aquel miembro que solo se imaginaba en sueños y que ahora tenía a escasos centímetros erguido sobre su rostro, pálido e imponente.

¿Acaso todo eso le entraría? No estaba seguro realmente.

Le dió un largo lameton desde la punta hasta la base, oyendo como el más alto soltaba un gruñido gutural. Lo estaba disfrutando y eso lo ponía muy contento, solo quería que su hyung disfrutara.

Lo sostuvo fuerte en su mano y procedió a meterlo dentro de su boca, deleitandose con el sabor salado que aquel pedazo de carne tenía. Apretó sus mejillas y succiono, moviendo su mano rápidamente a la vez.

—¡Ah cariño! Que bien lo haces —SeokJin siguió acariciando su cabello y empujó sus caderas hacia la boca del menor. Este sintió leves arcadas, sin embargo regulo su respiración al instante y pudo con ello. Debía demostrar que sabía hacer aquello.

Ahora literalmente le estaba follando la boca. Que delicia.

—NamJoon, voy a correrme, será mejor que te apar-

No termino la oración cuando el menor ya había tragado todo el líquido caliente, sintiendo orgullosamente como caía por su garganta. Estaba demasiado feliz.

Sin embargo el ambiente había cambiando de sobremanera y era algo que el menor había notado de inmediato.

SeokJin se agachó luego de acomodarse los pantalones y sostuvo el mentón del menor mirándolo directamente a los ojos.

—¿Te gustó pequeño? —NamJoon sonrió enormemente, feliz por el momento vivido, no obstante su semblante decayó al escuchar unas palabras que rompieron su corazón de inmediato y lo sumieron en la mas profunda decepción y vergüenza —. Que bueno que lo disfrutaste, porque sera la última vez que me toques en tu vida cariño, ten por seguro que esto fue un error y que no volvera a pasar.

Solto su rostro y se dió la vuelta caminando lentamente por las escaleras, sintiéndose idiota por lo que acababa de hacerle a su pequeño rayo de sol. El no lo merecía, sin embargo aún así debía alejarlo, esto seguia estando mal.

Era un idiota y se odiaba por ilusionarlo y dañarlo de esa manera.








100917 | lula
namjin

harlequin | jinnam [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora