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「정상↷
Te amo y
nunca lo he
dejado de
hacer.



 SeokJin abrió con rapidez la puerta y entró a tropezones dándose la vuelta y cerrando con brutalidad, con el ruido resonando por toda la estancia, colgó sin demasiada convicción su saco de invierno y subió de dos en dos las escaleras del primer piso.

Buscó en todas las habitaciones habidas y por haber dentro de la casa añorando la presencia del moreno, sin embargo la vena que se le estaba hinchando en el cuello lograba que los latidos le impidieran escuchar con normalidad y le hacian no poder oir algún otro movimiento en el hogar, no obstante propuso tranquilizarse y un ruido en el sótano, como si fuera el de la lavadora, llamó su atención.

Camino hacia allí con decisión abriendo la puerta y efectivamente, se encontraba alguien dentro de la habitación. Bajo lentamente las escaleras y diviso al menor de espaldas, moviendo un par de prendas sobre su rostro para luego ponerlas a un lado y doblarlas con prolijidad. Algo natural en el. Se acercó con pasos lentos y se detuvo detrás suyo hablando casi encima de su oído.

—¿Qué haces? —solo fue un susurro pero solo eso bastó para que el pelirrosa diera un respingo dándose la vuelta con la mano sobre el pecho.

—¡Hyung! Podrías haber hecho más ruido, casi me muero de un infarto, dios —respiro tratando de regular su respiración y se acomodó mejor para estar cara a cara con el.

SeokJin se encogió de hombros y acarició levemente su mejilla pasando por esa piel morena sus nudillos en un gesto dulce. Sin embargo por dentro sentía un gran apocalipsis de sus sentimientos causándole que su ceño se frunciera en sobremanera. Y NamJoon lo conocía bastante para darse cuenta de que algo ocurría en la mente del mayor que lo estaba atormentando y un momento sintió miedo por lo que tendría que decirle que por lo visto no era nada bueno.

—SeokJin hyung —susurro amablemente mientras tomaba su rostro con sus manos —. ¿Que sucede? —pasea su dedo de un lado al otro tratando de captar su atención.

El rubio levantó la mirada y encontró esos ojos que tanto amaba, y algo dentro suyo se removio como tantas veces había sucedido.

—YoonGi vino a verme —explico con lentitud, las palabras sabiendole amargas mientras hablaba —. Me amenazó bastante —rio nervioso paseando su vista de NamJoon al suelo y así sucesivamente.

El pelirrosa abrió los ojos como platos y se tapo la boca con una mano totalmente sorprendido. Se separó del mayor, este soltandolo a regañadientes y comenzó a caminar de un lado al otro, un sentimiento de remordimiento y culpa acechandole como lobos a su presa.

—Y-yo... —comenzo, deteniendose de golpe y posando sus ojos sobre el otro con lágrimas acumulandose en sus ojitos rasgados —. L-lo... siento, yo les dije que tú me habías usado, no era mi intención que el vaya como todo un matón —solto un lloriqueo y escondió su rostro entre sus manos, sintiéndose demasiado culpable aun así si la culpa no era toda suya.

SeokJin suspiro, el cuerpo del moreno con temblores sacudiendolo lo hicieron entrar en razón y a grandes zancadas logro alcanzarlo estrechandolo en un fuerte abrazo que solo hizo sentirse miserable, porque después de todo la culpa era suya, el lo había lastimado sin piedad rompiendole el corazón, usandolo, pisoteandolo y todo por su maldito egoísmo, solo importadole el mismo sin tomar el gran amor y cariño que el moreno sentía por el. Porque si, lo sabía, aunque lo haya ignorado durante tanto tiempo, desde la primera vez que le había dicho un te amo, aquella vez que NamJoon aún era un pequeño.

—No es tu culpa cariño, no llores —levanto su rostro por el mentón y lo alzó a su altura, limpiandole la lágrimas que esas lagunas oscuras soltaban.

Repartió un montón de besos por sus mejillas y el moreno no tardó en sonrojarse por ese tierno gesto que le hizo latir el corazón de forma desbocada. Lo amaba, por dios, como lo amaba.

—NamJoon... —continuo —. Quería pedirte perdón, por lo imbécil que he sido últimamente, tu no te mereces esa clase de trato. Necesitas que te trate delicadamente y de forma amorosa, porque eres un bello príncipe —cogio su rostro y pego su frente con la suya acariciando su nariz con la suya en un adorable beso esquimal.

—Te perdono hyung —suspiro totalmente embelesado con la fragancia a menta que tenía el mayor.

SeokJin sonrió encantado y rozo sus labios con los del moreno, caminando hacia atrás tomando con sus manos la fina cintura del menor. Lo acorraló contra la lavadora y sin esperar más estampó sus carnosos belfos contra los contrarios, saboreando el sabor a chocolate que estos tenían. Acarició con delicadeza la piel bajo su camiseta y el moreno soltó un jadeo de sorpresa, aquel lugar le quemaba.

—Hyung... —susurro mientras SeokJin cambiaba su destino y repartia suaves besos por su cuello, alternando sus labios y sus dientes, volviendo un desastre al moreno.

NamJoon se sostuvo de sus hombros e inclino el cuello, dejandose en aplastante sumisión.

Sin embargo cuando el rubio iba a dar el siguiente paso, el timbre de la casa sonó repetidas veces. El mayor suspiro de frustración y soltó al moreno con toda la resignación del mundo, dirigiendole una mirada cargada de significado al contrario notando como en sus mejillas un leve sonrojo se extendía.

SeokJin sonrió y después de tantos días de tristeza una leve gota de esperanza renació en su corazón.



160917 | lula
namjin

harlequin | jinnam [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora