harlequin | jinnam [editando]

013

「그냥 내↷
❝ Eres mío
¿queda
claro? ❞ 」

 
 
 

 SeokJin salió con una sonrisa de autosuficiencia en su rostro. Por fin había podido poner en su lugar a aquel mocoso maleducado. ¿Quien se creía que era para hablarle de ese modo? El era su mayor, su hyung, alguien a quien debía servirle respeto, pero... ¿Tratarlo de esa manera? Simplemente lo había sacado de sus casillas.

Ahora se encontraba sentado en un banco de la plaza que se hallaba a 3 cuadras de su hogar. Necesitaba tomar un respiro del constante ajetreo que estaba viviendo hacia semanas. Los ensayos en el circo se habían incrementado debido a que su estúpido y asqueroso jefe se decidió a contratar más empleados para otras diversas actividades que se podían llegar a hacer en su trabajo. Hasta se podría decir que tenía competencia, sin embargo nada grave ya que el era el mejor en su oficio, capaz de realizar más cosas que los demás y la gente lo adoraba.

De pronto esos pensamientos se vieron interrumpidos por un chico con ojos gélidos que lo observaba desde el otro lado de la calle. SeokJin junto sus cejas en un ceño fruncido y tragó saliva. Ese chico daba miedo, si que lo daba. Vestía con un pantalón negro y camisa blanca. Parecía más joven que el e incluso unas pulgadas más alto. El rubio desvío la mirada y la centro en sus manos queriendo dejar de lado ese momento incómodo. Sin embargo cuando volvío a mirar hacia arriba el castaño venía cruzando la calle directamente yendo hacia el.

Su cerebro le indicaba que corra pero simplemente no podía moverse. ¿Que demonios le pasaba? ¿Acaso quería morir tan joven? No lo creo.

El corazón del mayor se aceleró casi saltando de su pecho cuando ese muchacho se sentó a un lado suyo soltando un suspiro.

Maldición, tenía que salir corriendo ahora mismo, pero...

—Hola soy Jaehwan, ¿tu? —el pelirrosa observo la mano que tenía tendida enfrente de su cara y miro a los ojos al castaño.

No quería ser descortés, pero darle la mano no creía que sea una muy buena opción, sin embargo la sonrisa que el otro le estaba dando en ese momento, logro tranquilizarlo en segundos. Tenía muy bonita sonrisa, no tanto como la de NamJoon, pero era en si bonita.

—SeokJin, Kim SeokJin —tomo su mano con la suya y por una extrañeza de la vida, aquel toque le brindó una descarga eléctrica. La apartó de inmediato.

—Un gusto, SeokJin —le hizo un asentamiento de cabeza. El silencio reino de nuevo y la tensión era palpable.

¿Que podía decir ahora?

No tuvo que pensar mucho ya que el menor le hablo nuevamente.

—Eres muy lindo, ¿sabías?

SeokJin abrió los ojos a tope y giró la cabeza tal cual como la nena del exorcista.

¿Perdón? ¿Había escuchado bien? Acaso... ¿se le estaba insinuando?

—Aja, gracias —respondio secamente, comenzó a levantarse lentamente del banco pero la mano de aquel joven lo tomo por el brazo repentinamente.

—¿Quisieras ir a tomar un helado? Yo invito —el se paró igualmente y sostuvo del codo al mayor el cual empezaba a incomodarse.

El rubio ya exasperado respondió. —Mira yo n-

—No quiere, gracias —de pronto una voz muy bien conocida para el los interrumpió.

NamJoon.

El moreno se paró detrás suyo y lo abrazó por los hombros. El mayor lo observo confundido pero no dijo nada.

—¿Y tú quién eres? —la cara de aquel tipo se había distorsionado por completo, reemplazando su cara feliz por la que había visto en un principio.

—Su novio, ahora... ¿podrías largarte? —hizo un ademán con su mano echandolo y sonrió satisfecho cuando el castaño se fue rodando los ojos y largando humo por las orejas.

—NamJoon...

—Ya hablaremos en casa, hyung.

 
 
 050917 | lula
namjin