harlequin | jinnam [editando]

029

「동생↷
❝ Dos almas
que estaban
destinadas a
amarse. ❞ 」

 
 
 

 El silencio en la sala le ponía los pelos de punta. Los nervios no desaparecían de su estómago y sus manos sudaban de manera incontrolable. Poso sus ojos sobre el otro lado de la habitación mirando a su novio morderse el labio y respirar con dificultad.

Tenía miedo. Y no lo culpaba el también tenía.

Sinceramente, no podía pensar en otra cosa que en terminar todo aquello e irse a casa con su bello moreno de lindos hoyuelos y ojos almendra. Abrazarlo, besarlo y hacerle el amor por primera vez, siendo esa la primera vez que lo harían.

Sin embargo, debía esperar a que todo terminara y que fallaran a su favor, dándole también la oportunidad de formar una pequeña familia con NamJoon.

No obstante, la maldita de la madre del menor se encontraba con una sonrisa ladeada de autosuficiencia y en verdad temía por su relación y por su vida, porque sabía que si le quitaban a NamJoon, ya no tendría nada porque vivir.

Tragó saliva cuando el juez suspiró y observó a todos en la sala, mirando a NamJoon y a él, sucesivamente.

-Bueno... -comenzo el juez Oh Dawon, aquel que lo cito por medio de la carta -. Queremos que pase Kim NamJoon al estrado, necesitamos su testimonio.

NamJoon miro a su madre y luego a SeokJin, reflejando en sus ojos todo el temor que sentía en ese momento.

SeokJin solo queria correr y abrazarlo y decirle que todo estaría bien, que ellos estarían bien y que serían felices por lo que restara de sus existencias.

Pero no podía, debía ser fuerte por el y NamJoon aunque sea a la distancia.

El moreno se paró lentamente y jugó con sus manos mientras caminaba hacia el asiento de madera. Un guardia tomó su mano y lo ayudo a subir para que se siente con tranquilidad y no sintiera incomodidad frente a todos los presentes.

Tomó un libro en sus manos y volvió a tomar su mano colocandola sobre el objeto.

-Kim NamJoon, ¿jura solemnemente decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad? -el guardia preguntó y NamJoon observó todo a su alrededor, nervioso y ansioso.

El silencio que había en la sala se volvió más pesado y sepulcral. Cerró sus manos en puños y clavo sus uñas en la piel, tratando de distraerse con ese simple gesto. Dolía pero no tanto como dolía su corazón en este mismo instante, temiendo porque todo lo que habia vivido con NamJoon los últimos años se esfumara solo en unas horas.

-Lo juro -y allí estaba su chico, llenando de orgullo su pecho. Confiaba en que todo iba a salir bien y que volverían a casa felices y con un camino por delante que escribir.

Todo el mundo guardó silencio nuevamente en el recinto. Comenzó a sudar y paso su mano por su frente tratando de sacar el sudor que caía por esa parte. Estaba malditamente nervioso y no podía hacer nada por evitarlo. Era la peor situación en la que había estado en toda su vida.

El juez Oh ojeó un poco sus papeles hablando con su colega en susurros. La doctora Choi asintió y le contesto de igual manera. Esto no le gustaba nada, en verdad, nada.