Capítulo 13:

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Capítulo 13:

Cuatro horas y media después:

Alex:
Las palabras despectivas que había usado su padre en la cena no dejaban de martillearle en la cabeza.
«—No puedo creer que ese imbécil estuviese insinuando que mi hijo sea un maricón— había soltado, ni tan siquiera que fuese un asesino le importaba tanto.—Preferiría que estuviese muerto antes de que lo fuese.
Ese comentario fue como un puñal en el corazón, pero por primera vez ese dolor dejó paso a la rabia.

—Tienes razón, papá, sin lugar a dudas es mucho peor que ser un asesino, un violador o un puto pederasta.

—Alex.—le había respondido su padre con bastante calma porque una vez más lo veía como un crío ingenuo.—No mezcles ajos con cebollas y no hables de lo que no sabes.
Esa respuesta le había hecho apretar los dientes.

—Sí, tienes razón, lo siento.— había sonado sincero como si realmente lamentase lo que había dicho, pero sus acciones no acompañaron a sus palabras porque se levantó de la mesa y se dirigió a su habitación.
—¡Alex, vuelve aquí ahora mismo!— le había gritado su padre desde el comedor.—¡Vuelve, ¿Realmente crees en esas malditas mentiras?!— Su padre se levantó de la mesa.—¡Te dejas engañar como muchos otros, Alex, la homosexualidad no es algo natural, es solo un vicio que tenéis los jóvenes de ahora! — se encerró en su habitación. —¡Además, ¿Realmente crees que un hombre o una mujer de verdad se acostaría con alguien de su mismo sexo?!
Aquel cometario lo enfureció aún más, si era posible, tanto para olvidar lo que tenía en mente, la dichosa pistola que tenía guardada en el armario desde hace casi un mes.
—¡Mira, papá! Ser un hombre o una mujer de verdad no debería estar ligado a la maldita orientación sexual, ¡No  voy a ser menos hombre por acostarme con quién me dé la gana!, De verdad pienso que hay otro tipo de personas que no merecen ni siquiera llamarse así, que hacen cosas horribles, sin corazón... ¿No deberías llamarlos a ellos menos hombres o menos personas?
Sintió a su padre golpear la puerta con fuerza.
—Por última vez, Alex, no mezcles cosas.
—Vale, papá, sí, tienes razón, voy a ser un asesino y un ladrón para que de verdad te sientes orgulloso de mí.
El siguiente golpe que escuchó contra la puerta le hizo estremecerse.
Si seguía así ni el marco de la puerta, ni las bisagras, forzadas ya por las peleas que había tenido con su hermano,  aguantarían mucho tiempo.
No mentiría si dijese que en ese momento sentía bastante miedo de las consecuencias que podían acarrear todo lo que había dicho, así que no se lo pensó mucho cuando agarró un abrigo, abrió la ventana y descendió lo más rápido que pudo hacia el suelo.»
Despertó del recuerdo una vez que sintió el dolor en sus puños por culpa de las uñas.
Se dio cuenta de lo mucho que  se había apretado los puños cuando se miró las palmas de las  manos y vio que en algunas marcas habían conseguido atravesar la piel.
Decidió cambiar su postura en el sofá-cama para poder mirar el rostro de Justin durmiendo y así intentar tranquilizarse un poco. Suspiró. Ayer la conversación que habían mantenido había sido  falsa, fría y distante por parte de los dos. Alex en ningún momento había querido hablarle de lo sucedido con su padre ¿A fin de qué? ¿Para que se preocupe más por él? No, no lo necesitaba o al menos eso creía.

Por unos segundos al mirar a Justin se sorprendió a sí mismo al acordarse  de cuando hacía tres años y medio se había enamorado por primera vez de un chico algo mayor que él, del cuál nunca sabría su nombre.
El recuerdo lo hizo sonreír por un breve momento, el chico tenía los ojos marrones más bonitos que había visto nunca, se cruzaba de vez en cuando con él por los pasillos de su antiguo instituto, y hasta ahí había llegado su relación con aquel chico. Como se había convencido a sí mismo cierto tiempo después  era mejor  que algunas cosas siguiesen tal y cómo estaban, era mejor quedarse con la duda de lo que hubiese pasado si hubiese sucedido algo entre ambos... aunque realmente algo si que había cambiado dentro de él, poco a poco se había comenzado a dar cuenta de los insultos homófobos que soltaba su padre de vez en cuando, o tal vez siempre estuvieron ahí y nunca les prestó verdadera atención, y le dolían, le dolían porque sabía perfectamente que también iban dirigidos a él aunque su padre no lo supiese y mejor así, por eso había aceptado salir con Jessica cuando ella se lo pidió, para demostrarle a su padre que todo iba "bien" con él, además de que porque también había desarrollado sentimientos por ella, aunque poco a poco se había dado cuenta de que la quería de una forma distinta, más como una amiga que otra cosa.

Prepárate para caerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora