Ni el primero, Ni el último

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Después de un tiempo, Kaylan y yo nos acercábamos un poco cada vez, pues había un poco de miradas y caricias tras unos mordiscos de aprensión. Nadie aún se percataba de nuestros juegos ya que a escondidas era más entretenido y mientras su alfa no pronunciara palabra de lo nuestro, ninguno de su manada preguntaría.

Los días fueron pasando con lentitud, pero todos fueron agradables a excepción de un niño que al parecer lo único que quería era que me largara de la manada.

Cada dos semanas diez integrantes de la manada bajaban al pueblo más cercano para intercambiar comida, utensilios y medicina con otros lobos que vivían como cualquier ser humano, abasteciendo las cuevas de lo que necesitara cada lobo.

Kaylan había ido con ellos por lo que aproveché el momento y fui a tomar un baño a una pequeña cascada no muy lejos de las cuevas, Enjabonaba mi cuerpo y orejas, no quería que kay me viera más sucio de lo que ya estaba. En la manada de Wald jamás tomé importancia a mi aspecto, pero este chico provocaba que me revisara los pelos en el agua cada cinco segundos. Sonreía como un tonto cada vez que pensaba en él, era tierno, cariñoso y cada vez que iban de cacería una liebre aparecía en mi sitio para dormir, sabía que era él, ese lagomorfo tenía su olor por todas partes.

Me sumergí en el agua y nade por el fondo mirando a los peces que nadaban de un lado a otro, pero divisé una sombra cerca de la orilla, así que emergí... nadie estaba ahí. Sentía una presencia y supe perfectamente quien era.

-Tayl los árboles no cubren tu olor.- dije al pequeño. Tardaba un poco, resistiéndose a salir, pero al cabo de un rato se asomó una cara enojada y recelosa. Yo lo miraba desde el agua esperando a que hablara.- ¿quieres bañarte también? Aquí hay jabón, shampoo y Acondicionador.- le mostré los objetos que estaban arriba de una roca.

-No quiero tus porquerías.- salió enfurruñado de los arbustos con las manos a los lados y en puños.- quiero que te largues de aquí, Kaylan no te necesita.

-Eso lo decide el.- dije mientras nadaba de espalda.

-Solo eres un estorbo.- me apunto con el dedo.- Kaylan no necesita a nadie más en este momento, yo soy suficiente para él y ahora por tu culpa no está conmigo.- me detuve y lo observe.

-Tu..... - me quedé pensativo.- hueles diferente a los de tu manada.- el chico se asusto un poco y se enojo aun mas.

-Es algo que no te importa si tengo distinto olor, quiero que te largues.- cerré los ojos e inhale profundo.

-Quiero hacer un trato contigo.- le sonreí, no quería chantajearlo, pero quizás después de lo que le diría podríamos ser grandes amigos.

-Yo no hago tratos con omegas.- mi cuerpo se congeló por unos segundos.

-Creo que no estás en posición de decir aquello.- dije saliendo del agua. El pequeño movía las manos nerviosamente.

-Lárgate de aquí...- me dijo.-si no te largas le diré a Kaylan que lo estas engañando y te echara de una patada al saber que eres un omega.

-No es mi culpa que siendo compañeros no reconociera mi olor....pero.... un pequeño omega como tu....no está en posición de chantajearme cuando yo también puedo hacerlo.- le sonreí a todo dientes. El chico estaba como estatua, lo parecería si su cara no hubiera estado roja como un tomate de rabia y sus ojos casi rompían en lágrimas.

-El no me echará.- dijo seguro de sí mismo.

-Cuando llegué, no quería aceptarme por mi olor a "beta", ¿crees que si le cuento tu situación será distinto? Tú eres el que vive en esta manada hace mucho tiempo y más que nadie con tu situación sabes la opinión de los omegas para Kaylan y el resto. Así que supongo que es un trato, tu no dices nada y yo tampoco lo haré ¿vale?.

Era un milagro que nadie en su manada supiera que él era un omega, aunque es pequeño, si su celo llegara de improvisto podría ser desastroso. Tayl bajo la mirada al piso y su cola se aferraba a una de sus piernas. En mi estadía lo observaba con detenimiento cuando el grupo de jóvenes iban de paseo, lo molestaban y jalaban su cola y orejas cada vez que se les daba la oportunidad.

Si Kaylan se enteraba que era omega y lo desterraba, el pobre no pasaría la noche, era demasiado débil para sobrevivir por sí mismo. Recién lo estaba conociendo y ya sentía un profundo cariño hacia él, quizá fuera mi instinto omega... el querer proteger y apaciguar a las manadas era uno de mis dones y mi trabajo.

-Porque de todos los lobos tú eres el que me descubrió.- dijo triste.

-Soy un omega chico.- camine hacia él.- un tanto especial..... se podría decir. Para mi es fácil reconocer quién es que, me tomo algo de tiempo saber que eras, tiendes a ser escurridizo. Una cosa.- dije revolviendo sus  cabellos.- cuando te enfureces tu olor de omega se intensifica, ya tu olor es leve e imperceptible, pero debes tener cuidado, algún día cuando seas mayor vendrá tu primer celo, es algo de lo que no tendrás control.- tome mis cosas para marcharme.- es una suerte de mierda que haya llegado a esta manada, no pienses que quiero arruinarte con este tema... en estos momentos soy yo el que sabe mas de tu cuerpo que tu, por lo que si tienes dudas o curiosidades, ya sabes donde encontrarme.- me estaba volteando cuando me dijo.

-¿Es verdad que somos una maldición para las manadas?.- nos miramos a los ojos y compartimos un vislumbre de tristeza. 

-No tayl... la historia de los omegas es muy distinta a la de los alfas.- era una respuesta a medias de mi parte.

-pero es una donde los omegas son malos.- estaba confirmando.

-Eso es lo que cuentan las manadas, pero los omegas antiguamente traían paz a las manadas en las que habitaban y era muy común ver emparejados a alfas y omegas. Pero un día un lobo alfa no deseaba emparejarse con uno por más que el omega lo intentara, él los creía una debilidad. el dia en que el omega entró en su primer celo al no ser tomado por un alfa, enloqueció a todos en la manada y arremetieron unos contra otros  luchando por quien se quedaría con él, perdiendo la manada un gran número de lobos. el alfa al no ser afectado como los demás, decidió que los omegas eran un peligro para la manada y tomó la determinación de asesinar a quien debilitó a sus lobos, siendo un omega y  además su pareja destinada.- rompí el contacto visual para alejarme.- no fue culpa de nosotros... fue la de un idiota obstinado que por miedo a enamorarse destruyó la vida de los demás.


Mi Alfa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora