La estrategia

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Blaine corría a todo galope por el bosque. Furioso. Los había perdido por los pelos. No lo estaban rastreando, pero era mejor prevenir que lamentar, en cuanto llego a su manada dio un par de aullidos alertando a todo mundo y más aun a su Alfa.- La manada del sur... la manada del sur, ELLOS MATARON A LEPTON.- los integrantes de la manada salieron de diversos escondites comenzaron a agruparse a su alrededor.

-¿Qué dices?- preguntaban unos.

-¿Qué ocurrió?

- Es imposible, el es demasiado fuerte.- los aullidos que daban algunos de ellos alertaba a los demás.

-Está Muerto- repitió.

El silencio se asentó sobre ellos cuando el lobo marrón más grande de la manada, y además su Alfa apareció.- ¿Qué demonios paso?

-Estábamos cazando y unos lobos estaban en nuestro territorio, Lepton y yo los perseguimos. Íbamos a capturarlos.

-¿y donde están?- pregunto su Alfa comenzando a enfadarse.

-Yunak estaba ahí, estaba con el muchacho, el desgraciado no quería cooperar, lo iba a traer lo juro. Pero la puta se interpuso y no logre quitárselo.

-lo hubieras matado si te molestaba tanto.-le gruño.

-venían mas lobos a nuestro territorio. Teníamos que salir de ahí, le dije a Lepton que nos retiráramos, pero él no me hizo caso y se quedo atrás, no iba a esperarlo. Tuve que correr por mi vida, Tenía una jauría de lobos siguiendo mi rastro y cuando logre perderles me detuve a esperar a Lepton, pero no regreso. El quería al chico y quería traerlo para ti. Era una buena ofrenda para nuestro líder, podría haber ocupado el lugar de Yunak, pero ahora está muerto.- se lamento Falsamente Blaine.

Todos los lobos de la manada comenzaron a aullar por la pérdida inesperada de su compañero.-¿quién lo asesino?.- pregunto su alfa.

-El Alfa de la manada del sur. Kaylan. Su cuerpo estaba impregnado con su olor. ¡Lo destrozo!

-¡QUEREMOS VENGANZAA!- aulló una loba de la manada.- Si no lo hacemos ¿Quién será el siguiente? ¿Nuestros cachorros? ¿Alguno de nosotros?- la conmoción en la manada era muy grande. Los lobos debatían entre ellos la solución más sangrienta y darle una buena lección a la otra manada. Pero su Alfa no Estaba prestando la debida atención a sus palabras, sino a otro asunto aun más importante.

El olor en Blaine era tenue, pero aun estaba ahí y Wald lo sintió. El olor de ese cachorro que menciono, exactamente el mismo que el del cachorro recién nacido al cual desterró de su manada junto con su estúpida madre, una loba desgarbada que poseía para sus juegos diarios.

Así que su bastardo seguía con vida... Wald tenía la diversión impresa en su rostro.

Y miren nada más quien lo estaba protegiendo... Qué bello es cuando las piezas se mueven a tu favor, Pensó Wald. Pues lo mejor de todo, es que Kaylan no sabía que protegía a uno de los suyos en su manada y si lo llegase a descubrir. No importa lo que hiciese ese condenado Alfa. Ese lobo llevaba su sangre y seria la ruina de toda su manada tarde o temprano.

Wald Hablo sobre la multitud.-no se preocupen queridos súbditos.- anuncio su alfa a la manada.- Le éramos una pequeña visita a nuestros vecinos y obtendremos nuestra venganza.... -reía entre dientes.- Una de las más dulces y placenteras que degustaran.-

-------------------------------- Ω ----------------------------------

Kaylan estaba acostado sobre su nido y mantenía cerca a su pareja. Unas horas antes había entrado con todo su lomo engrifado y no quitaba el ojo de Yunak. El omega estaba dormido cuando su Alfa ingreso a la cueva, pero se despertó en cuanto se recostó junto a él. Ninguno de los dos pronuncio palabra, solo se miraban directamente a los ojos. Se daban uno que otro roce de narices, lametones o topaban sus cuellos reconfortándose entre sí.

El alfa sabía que su hijo Necesitaba que lo reconfortaran, había estado a unos pasos de que lo acecinaran, pero el sentir que casi pierde a su pareja, lo había devastado. La presión que sintió en su pecho no era nada comparado con todo lo que había vivido en discusiones o la perdida de sus padres. Si fuera por él, no dejaría que Yunak pisara fuera de la cueva nunca más, lo mantendría encerrado de por vida. Sabía que eso no lo detendría, su alma gemela era escurridiza, desde que lo había rescatado el brillo de sus ojos se había vuelto más intenso, lo que indicaba que estaba más que feliz en la manada y con él.

Los días y noches pasaban con lentitud. La relación de Yunak y Tayl fue mejorando con el tiempo. El pequeño se había disculpado y prometió contarle todo a su padre, pero Yunak lo detuvo para que no hiciera tal cosa. Ya que el chico los había expuesto a ambos al peligro, Sabía que Kaylan reaccionaria aun peor. Si prometía ser un buen lobo y mejorar en su conducta, no era necesario contarlo, a lo que el pequeño lobo acato con obediencia, más aun, el hijo de su Alfa lo seguía como una sombra a donde fuera.

Yunak ya no podía sacar una pata fuera de la cueva sin que Tayl estuviera a su lado preguntando a donde iba o que planeaba hacer en el día. El omega también se había percatado de que Nylag, el amigo de Tayl, estaba demasiado irritado por que el pequeño omega ya no estaba más con él.

Después del incidente en el bosque Pasaron muchos días en que el hijo de Kaylan no salía de la cueva y Nylag era la única compañía que deseaba y el pequeño se los hizo saber a todos los lobos, después de esos días fue a su cueva a disculparse con Yunak. Pero este no sabía que el amigo del pequeño omega había obligado al chico a disculparse, aunque se estaba arrepintiendo ya que lo había dejado solo por ir detrás de la pareja del Alfa.

Esa mañana Yunak sentía un peso sobre su lomo. Sin mirar, sabía perfectamente quien estaba ahí.

-Cariño, necesito levantarme.- exigió dulcemente el omega.

-nop, no quiero.- replico su Alfa.

-hoy tienes que llevar a los chicos de casería.- lo regaño.

Kaylan se levanto y se sacudió la paja sobre el.- ¿desde cuando la pareja del Alfa le dice que hacer al Alfa?

Yunak se revolcó en la paja y le dio la espalda dando un bufido.- desde que nos unimos.- bostezo. (De solo leerlo bostece jaja)

Kaylan se acercó juguetón y le mordió tirando la cola de su pareja.- pues ahora veraz quien manda.- dijo aun agarrando la cola.

-eso crees tú.- dijo Yunak levantándose y mordiendo el cuello del otro. Una que otra mordida a las patas y ya seria suyo. Continuaron su jugarreta un poco más. Aunque las cosas se estaban complicando.

-alguien quiere levantarse.- anuncio El lobo negro.

-ni lo pienses Kay.- lo detuvo su chico.

-es solo un ratito.- rogo. Yunak estaba sentado, Kaylan acostado de lado y golpeando el pecho de su pareja con las manos. Una y otra vez. Yunak actuaba como si no sintiera nada.

- ya es tarde, demasiada holgazanería por hoy.- dijo en cuanto se percato de la hora.-

-Yunak...soy el Alfa, puedo holgazanear con mi pareja el día que se me plazca y el tiempo que se me plazca.

Su chico levanto una ceja -no si yo también estoy a cargo...-

-Maldición!! Yo pensé que eras un lindo perrito cuando te traje...- dijo enfurruñado.

-vuelve a decirme perrito y arranco tus pelotas.

-ooowwaaoo.....Salvaje!- dejo su cara entre las patas de Yunak. Era extraño, Kaylan no solía ser muy amistoso ni darse gustos melosos con él. Pero lentamente se fueron dando las cosas.

Kaylan se despidió de Yunak, salió de la cueva y fue rumbo a du deber, pero antes vio una escena que lo conmovió, en cuando vio a su hijo entrar a la cueva. Yunak estaba en la entrada y Tayl lo asaltaba con preguntas, como últimamente lo hacía cada día.

Yunak miro a Su pareja que los observaba a lo lejos y le rodo los ojos. Kaylan le sonrió y su Beta le sonrió de vuelta.

El Alfa Aulló a la manada, El grupo de cazadores lo siguieron y desaparecieron por los arboles.

Mi Alfa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora