:: Capítulo Dos ::

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Hola de nuevo!

Al final volví mucho más rápido de lo que pensaba. En realidad estoy avanzando bastante en la escritura de este nuevo fic, es que ahora dispongo de más tiempo libre y estoy tratando de dedicarme lo más que pueda a escribir. Aunque sigo sin saber con seguridad hacia dónde voy con esta nueva historia, estoy muy entusiasmada y tengo varias ideas dándome vueltas por la cabeza...

Acá les dejo el segundo cap. Ahora podrán entender un poquito el sentido del sueño de Darien del cap anterior. Y sí, esta vez es un tipo bastante diferente al Darien de mi otro fic...

Bueno, lxs invito a leer y a comentar lo que les plazca. Saben que todo lo que piensan y sienten al leerme me importa mucho y de verdad quiero que me cuenten sus impresiones. Todo es absolutamente bienvenido!

Todos los personajes pertenecen a su autora, Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Besos y abrazos! Hasta la próxima!

Bell.-

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:: Capítulo Dos ::

Después de salir de su departamento, Darien se dirigió hasta el negocio de Andrew que quedaba a pocas calles de ahí.

Su amigo trabajaba en un viejo videoclub, lo había conocido hacía algunos años, cuando se mudó a esa zona de la ciudad para estar más cerca de su trabajo. Iba casi a diario a rentar películas, él era uno de los pocos clientes que lo ayudaban a mantener el negocio en funcionamiento.

Al entrar al local Darien se acercó al mostrador para buscar a Andrew, quien estaba de espaldas a la puerta acomodando unos estantes. —Hola —dijo un tanto preocupado por la inevitable reacción que tendría su amigo al verlo en el deplorable estado que se encontraba.

Andrew volteó al escucharlo. —¡Demonios! —no pudo evitar maldecir al encontrarse con un Darien desaliñado y andrajoso— ¿Qué rayos hiciste, Darien? ¿Por qué volviste a hacerlo? —preguntó enojado.

Darien bajó la mirada avergonzado. —No pude evitarlo, Andrew, no pude.

—No lo entiendo, hace dos meses que te mantienes sobrio, ¡superaste un nuevo record! —dijo Andrew con sarcasmo— ¿Y tuviste que volver a hacerlo? —elevaba cada vez más el tono de su voz— ¿Qué excusa vas a inventar ahora? ¿Que querías celebrar tu ascenso?

—Andrew —Darien comenzaba a molestarse—, realmente me cansas con tu eterna actitud de 'padre sobreprotector'. Yo soy un adulto, puedo cuidarme solo.

—Tienes toda la razón —refutó Andrew aún más enojado—. La verdad me importa un bledo lo que te pase, haz lo que quieras, embriágate por tres días, diez, un mes, no me interesa —lo miró fijamente a los ojos—. Pero nunca más vuelvas a pedirme ayuda cuando estés desesperado por dejar de beber. Si necesitas apoyo, búscate un profesional.

Darien recapacitó. —Lo siento, Andrew —suspiró resignado—. No volverá a suceder, lo juro. Lo que pasó fue que en la oficina sirvieron unas copas de champagne para brindar por el ascenso y...

—Y se te endulzó el pico y pasaste por una licorería de camino a tu departamento, ¿verdad? —adivinó Andrew y Darien volvió a bajar la mirada— ¿Por qué no me llamaste? Habíamos quedado en que me llamarías cuando pasaran estas cosas.

Lilac WineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora