:: Capítulo Once ::

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Gente querida! Volví con nuevo cap. Por fortuna logré terminarlo con lo justo! Porque por estos lados está haciendo mucho calor y se corta la luz a cada rato... Divino...

Bueno, después del trago amargo del cap anterior, ahora actualizo con uno que nos trae algo de alivio. Si bien en esta ocasión vamos a conocer la terrible historia de Darien, las cosas poco a poco parecieran ir retomando el curso que todos queremos... Sé que fue muy duro y triste lo que pasó, pero tarde o temprano tenía que llegar a este momento... Igualmente soy muy optimista y creo en que todo puede sanar al fin! Y para eso a veces es necesario tocar fondo para tomar envión y volver a salir a flote :) Y eso es lo que intentaré mostrar a partir de ahora con lo que sigue de esta historia!

Gracias una vez más a quienes me siguen y comentan día a día! Aprecio mucho sus opiniones, que sean sincerxs sobre lo que piensan y sienten, y que lo compartan conmigo, en verdad me estimula mucho a seguir produciendo! Asi que por favor no dejen de hacerlo!

Todos los personajes pertenecen a su autora, Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Saluditossss!

Bell.-

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:: Capítulo Once ::

A la mañana siguiente, Darien despertó sobresaltado. Había tenido otra vez aquel sueño con Serena que se le repetía cada vez que bebía. Aunque esta vez no llegó a embriagarse de la manera que acostumbraba, todo lo que pasó en las últimas horas fue tan intenso que se sentía peor que nunca. Y ese sueño lo hacía sentir mucho más angustiado y dolido con todo lo que había sucedido. Pensaba en ella y se daba cuenta de que la extrañaba, que la necesitaba más que nunca. Y con lo que le hizo temió haberla perdido para siempre.

Tenía una terrible jaqueca y la respiración entrecortada. Miró a su alrededor y pudo reconocer que se encontraba en su habitación. Intentó levantarse y su dolor de cabeza se intensificó aún más. Entonces permaneció un rato sentado en la cama para intentar reponerse y cuando se sintió un poco mejor se dirigió hasta la sala.

Al llegar vio a Andrew sentado en el sofá, estaba hablando por teléfono. Se acercó a él y cuando lo vio se puso de pie. —Disculpa, Ami, ya despertó. Después volvemos a hablar. Adiós —cortó la llamada—. ¿Cómo estás, Darien?

—¿Qué hora es? ¿Cuánto dormí? —preguntó confundido.

—Aún es temprano, ¿quieres café? Acabo de preparar un poco —Darien asintió y se sentó en el sofá.

Andrew volvió con una taza. —Toma, bébelo todo, está bien cargado —también le dio unas aspirinas.

—¿Qué haces aquí todavía? —Darien estaba de muy mal humor, quería estar solo, la presencia de Andrew le molestaba, ya que en situaciones como ésta siempre lo regañaba como a un niño pequeño. Y no tenía ganas de escucharlo.

—Amigo, escúchame bien lo que te voy a decir —dijo Andrew y Darien suspiró resignado, los sermones estaban por empezar antes de lo esperado—. Estoy muy preocupado por ti —se sentó a su lado, no sonaba enojado, en verdad parecía afligido—. Nunca antes te había visto como te encontré anoche y la verdad ni lo vi venir. Estas últimas semanas te noté tan bien, tan cambiado, creí que de verdad estabas pudiendo ordenar tu vida y sentirte mejor. Pero me asustó mucho el estado en que encontrabas anoche —Darien no hablaba, sólo mantenía la mirada fija en la taza de café. Andrew suspiró con pena—. Hablé con Serena y me dijo que...

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