:: Capítulo Doce ::

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Buenas noches! Cómo les va? Yo muy bien, feliz porque hoy llovió y refrescó... Qué alivio!

Aquí estoy una vez más actualizando. Hoy les traigo un nuevo cap que quedó un poco corto pero donde por fin nuestros queridos protagonistas vuelven a estar en paz... ¿Habrá definición? ¿Llegará la miel que tanto ansiamos? Pues lean y averígüenlo por ustedes mismos...

Agradezco como en cada ocasión por todos y cada uno de los comentarios que me dejan, y reitero mi pedido a quienes aún no lo hayan hecho: cuéntenme lo que piensan y sienten al leerme, sus opiniones son muy importantes para mí! y me motivan para seguir escribiendo!

Bueno, lean el DOCE con calma y en paz, y después me cuentan qué les pareció!

Todos los personajes pertenecen a su autora, Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Besitos per tutti! :)

Bell.-

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:: Capítulo Doce ::

Serena y Darien fueron hasta el parque, tomaron un helado, caminaron por largo rato riendo y conversando de todo un poco. Volvían a disfrutar de su compañía, de sentirse cómodos y a gusto estando juntos. Nada de lo que había pasado en los últimos días había interferido en su buena relación, al contrario, se entendían mejor que nunca y hasta estaban mucho más cómodos que antes porque ninguno de los dos necesitaba esforzarse por mostrarse tal cual era. Se trataban con mucha naturalidad, hablaban fluidamente y disfrutaban de estar juntos.

Luego de haber recorrido bastante el lugar llegaron cerca del lago y se sentaron en el césped. Permanecieron en silencio, otra vez contemplaban juntos la puesta de sol. Darien se moría de ganas por abrazarla, pero después de cómo la había tratado aquella noche, temía que ella volviera a rechazarlo. No quería hacer un solo movimiento en falso para no correr el riesgo de volver a arruinar todo. De ahora en más deseaba ser más cauteloso en su forma de actuar y no dejarse llevar por impulsos precipitados. No sólo se sentía intensamente atraído por ella, sino que la amaba profundamente y si llegaba a perderla por hacer algo fuera de lugar no se lo perdonaría jamás.

Después de que el sol terminó de ponerse, Serena soltó un largo suspiro y se recostó en el suelo. Él hizo lo mismo y se acostó a su lado. Seguían en silencio, observando el cielo mientras comenzaba a anochecer y aparecían las primeras estrellas.

—Mira, allá está la luna —señaló Serena—. Qué bonita se ve —dijo con otro suspiro—. ¿Sabes cuál es el origen de los eclipses? —preguntó tras una pausa, él no respondió— Existe una leyenda que cuenta que cuando el sol y la luna fueron creados, se amaban apasionada y profundamente. El ardiente fuego dorado de uno envolvía la tenue calidez plateada del otro. Pero cuando dios decidió que debían separarse para que el sol iluminara el cielo de día y la luna lo alumbrara suavemente de noche, sus corazones se rompieron. Habían sido condenados a permanecer separados por siempre. El sol trató de ser fuerte y destellaba con intensidad en el cielo. Pero la luna no toleraba el dolor de vivir sin su amado y brillaba melancólica. Así que dios se compadeció de ella y le regaló las estrellas para que la acompañen, pero seguía extrañando al ardiente sol. Entonces dios volvió a compadecerse de ellos y les concedió unos instantes de felicidad que los ayudaría a encontrarse: los eclipses. Y así, cuando la luna se esconde y el sol se cubre de su piel, pueden volver a ser uno, vivir de nuevo juntos y libres, amándose felices por unos gloriosos momentos, hasta volver a separarse y ser dos de nuevo, anhelando el día en que puedan reencontrarse —Darien, conmovido por la historia que acababa de escuchar, tomó la mano de Serena y entrelazaron sus dedos—. Es una linda historia —comentó ella—. Me encantan las historias —y rió.

Lilac WineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora