Ella

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Daniel

Estaba un poco ansioso por lo que pudiera o no pasar, la verdad es que al verla así de triste me partía el corazón, pero aún más el alma. De verdad la amo con todas mis fuerzas; estaría dispuesto a cualquier cosa por ella, y si después de que me escuchara me decía que no me quería volver a ver en su vida, claro que me alejaría. Lo único que quiero es verla feliz, sea como sea, pero que esté bien; si algo me había enseñado mi mamá es a afrontar las consecuencias de mis actos y caro que lo haría.

Subimos a su habitación (como era de costumbre cada vez que la visitaba) y nos sentamos en la pequeña sala que tenía en el. Su cuarto de verdad que me gustaba, pues me inspiraba comodidad cada vez que iba; claro que sin olvidar que esta pintado de mi color preferido: azul.

Las tonalidades eran bastante visibles pero con un degradado que le daba un toque de tranquilidad pero al mismo tiempo de locura (cosa que caracterizaba mucho a -------).

Tratamos de sentirnos cómodos como siempre pero la situación lo impedía, era ahora o nunca. Sería claro y preciso, le diría o más bien le confesaría mis sentimientos y esperaba que me correspondiera a ellos pero nada era cierto.

Las probabilidades de que me rechazara por lo que había hecho eran grandes y las de que me correspondiera eran bastante nulas. Estaba en una situación que no creí que llegaría de esa forma.

Hubiera querido que el día en el que le confesara todo, fuera a mi estilo, claro que nadie conoce esa parte de mi pero lo cierto es que me gusta mucho lo romántico o lo cursi (como lo quieras ver). Tal vez estar sentados los dos juntos frente a la luna y las estrellas, tomarla de la mano, mirar sus hermosos ojos y perderme en ellos, decirle lo que siento por ella y besarla hasta que nuestras almas pudieran tocarse y no separarse jamás. Eso era lo que yo quería, pero no me puedo poner exigente ahorita, de hecho me conformo con que no me odie y no me pida que me aleje de ella.

-----: bueno, y que es lo que me "tienes que decir" - resaltó eso haciendo comillas con los dedos.

D: primero que nada, gracias por aceptar escuharme - eso sonó bien, buen comienzo Daniel.

-----: si si sí... Al grano - hizo una mueca que me mostró su disgusto por la situación.

D: mira... Yo no pensé que todo esto te afectaría de esta manera, pero gracias a eso me di cuenta de mis sospechas... Se que no fue la mejor manera de hacerlo pero hoy estoy totalmente seguro de lo que quiero...

Perfecto me estoy ganando su atención, cada palabra la interesa aún y eso lo puedo confirmar con su gesticulación.

----: y según tú... Que es lo que quieres??? - lo dijo de forma sarcástica.

D: te quiero a ti....

Finalmente se lo dije, ya no soportaba más le diría cuento la quería...

Mostró un gesto de sorpresa y dijo: que???

D: como lo oíste, te quiero a ti y sólo a ti, siempre lo he hecho. Desde el primer momento en que te conocí lo hice; estoy enamorado perdidamente de ti. ------ yo te a-m-o!!!!

Su rostro mostró asombro, creí que por lo menos me diría que no le importaba, pero fue todo lo contrario; su gesto no fue de impresión y desagrado, sino de impresión total. Ni una emoción más se lograba ver en su rostro, entonces deduje que estaba procesando lo que le acababa de decir.

No perdi ni un segundo y me arrodillé frente a ella y dije tomándola de las manos:

D: se que no tengo derecho a perdirtelo pero... Perdóname... No era mi intención que todo esto acabara asi. Lo hice porque quería antes de confesarte todo, asegurarme de que sentías lo mismo por mi; ahora me doy cuenta de que fui un idiota al...

Las ultimas horas de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora