Las ultimas horas de mi vida

FELICIDAD

(Andrea)

Relamente no me esperaba todo lo que estaba ocurriendo, era sorprendente. Tanto tiempo llorando su muerte, extrañándolo, añorando sus besos, soñando con poder volverlo a ver... Y ahora, todo se vuelve realidad....

Por fin vuelvo a la vida!

Por fin vuelvo a ser feliz!

Lo único que ahora no entiendo es el porqué mi madre os mintió, no sólo a mi, sino a los dos. No es justo, sabía lo que había sufrido por la devastadora noticia y su egoísmo fue más grande que su amor por  mi. Pero cuando la vuelva a ver, me va a escuchar! Ahora sólo me importa estar con Dany, tanto tiempo sin él, necesitamos hablar de lo ocurrido, de muchas cosas... De su vida, de la escuela... del... amor... Y es entonces que mi felicidad se ve apagada por el miedo a lo que pueda decirme, no quiero eso...

El abrazo se intensificó y sentía sus lágrimas mojar mi cuello, su agarre a mí fue sorprendente, casi igual al de un niño aferrándose a su juguete favorito cuando se lo quieren quitar.

(Daniel)

No podía creer que esto era posible, nunca imaginé que volvería a ver a Andrea. Mi corazón late tan rápido que parece que saldrá de mis costillas, mis ojos no paran de llorar al ver tan hermoso milagro, mi alma vuelve a mi cuerpo, mi respiración inhala una vez más su dulce fragancia... Vuelvo a renacer de entre toda la mierda que me rodea... La felicidad inunda mi cuerpo, no puedo creer que ella se encuentra aquí conmigo, entre mis brazos, disfrutando de mi calor; gracias al cielo pude verla una última vez más...

A: Nunca creí que fuera posible esto –suspira y evita la salida de más lágrimas- volverte a ver después de creerte muerto.

D: Yo tampoco imaginé que esto ocurriera en esta vida... -me separo de ella- te extrañé demasiado.

A: Y yo a ti...

Entonces nos miramos y bum! Nos fundimos en un beso tan intenso que pareciera que se nos iría la vida es ello, tan intenso que no escuché absolutamente nada, el mundo dejé que se fuera al carajo y me concentré en ella, en Andrea, en mi mejor amiga, en el amor de mi vida...

La cargué y enredó sus piernas en mi cintura, no sé cómo lo hice pero cuando me di cuenta ya estábamos dentro de mi casa, cerré la puerta y subimos a mi habitación. Total, nadie había en casa. Entramos y cerré con llave, pronto caímos en la cama y nos dejamos llevar por la necesidad que teníamos el uno del otro. Pronto la ropa valió un comino y dejamos al descubierto nuestros cuerpos, me embriagué de su esencia con cada beso, de su piel con cada caricia, de su amor con cada gesto... La necesitaba tanto como ella a mí, éramos dos destellos perdidos entre la oscuridad del dolor y que ahora se reencontraban para formar una solo grande y fuerte.

El orgasmo se hizo presente de manera rápida y continua, salíamos de uno y entrabamos a otro, fue una experiencia única e inigualable...

D: Eres tan hermosa...

A: Gracias- dice al mismo tiempo que se sonroja, se recuesta a mi lado y toma mi mano- deseaba algo así.

D: Yo lo soñaba, lo añoraba e imploraba por volver a verte...

Me da un beso y se recarga de mí. Decido abrazarla y nos quedamos dormidos el resto de la tarde hasta el día siguiente.

La noche por fin es tranquila, la primera de tantas en la que no tengo miedo de la soledad que te acoge en la misma, las estrellas susurran recuerdos que parecías casi extintos, la luna nos acaricia con su resplandor dejando a la vista el hermoso cuerpo de mi amada. Se ve como un ángel que bajó del mismo cielo para acurrucarme entre sus brazos, su calor para mí es como el agua dentro del desierto, único, difícil de encontrar y dador de vida. La amo, la adoro, la admiro, es una joya exquisita a ojo de buen minero.