La organizadora ©

De bodas, mentiras y un café

El tiempo pasa y con él se lleva una cantidad numerosa de momentos, recuerdos; tanto buenos como malos, sonrisas, lágrimas. Nos coloca frente a nuestros peores miedos hasta hacer que los enfrentemos, nos hace soñar, suspirar y hasta gritar de euforia o molestia.

Crecer implica madurez, más no amargura.

Amar no es encadenar un alma ni mucho menos imponer una compañía.
Amar es ser dos, actuar como dos y quererse bajo un mismo fin.

Romper paradigmas no es malo, malo es no ser lo que verdaderamente eres.

Tomar una mano, no es un contrato donde se imponga una compañía eterna.

Un café frío es más fácil de arreglar que un corazón helado.

La paleta de colores jamás te definirá, tú darás la vida al significado de cada color.

Perseguir una meta es darle rienda suelta a la capacidad de hacer las cosas.

El amor no tiene ni estilo ni estigma, el amor es lo que es...y eso lo escoges tú.

Los planes siempre pueden cambiar, el mundo no es estático ni mucho menos se tienen comprados todos los sucesos...y eso no es malo, eso es la vida.

La trilogía De bodas, mentiras y un café nos enseña lo impredecible, inesperado, divertido y sorprendente que puede ser enamorarse, crecer y continuar esta variable travesía a la que llamamos vida.

Orden de lectura:
1) La organizadora (En proceso)
2) Sólo queda-té (Próximamente)
3)Des×conocidos (Próximamente)

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Michelle P. R. C., 2018.

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