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Definitivamente era el centro de atención, podía notarlo por la manera en que todos cuchicheaban cuando estaba cerca, a veces hasta alcanzaba a escuchar su apellido y aquello solo lo hacía sentir más furioso con Malfoy, quién al parecer no había perdido el tiempo y había gritado a los cuatro vientos lo debilucho e insignificante que era el chico nuevo. Y tenía que callarle la boca, por supuesto que debía, no iba a quedarse con los brazos cruzados mientras era humillado y rebajado por un completo imbécil como Draco Malfoy. Algo tenía claro, no iba a pararse frente a él y ocasionar una pelea absurda, sus padres no lo habían educado de aquella manera, pero sabía que había más formas de vengarse que simplemente darle una paliza, necesitaba humillarlo, humillarlo de verdad y para eso debía esperar como un león, acechar a su presa y finalmente atacar.

Aquella fue la principal razón por la que prácticamente había soportado dos semanas enteras llenas de burlas en su cara y a sus espaldas, dos semanas en las que rápidamente había aprendido como funcionaba aquella escuela de porquería, Draco era el rey, un monarca tirano que gustaba gobernar bajo el régimen de la humillación y el castigo físico, y vaya que tenía talento para ello, pues Malfoy parecía conocer cada una de las debilidades de los alumnos que estudiaban ahí y se aprovechaba de eso con comentarios mordaces por los pasillos como: "¡Eh, Lucy! ¿Ya puedes caminar? Con lo estrecha que estabas no estaba seguro de si vendrías en un par de días a la escuela" o "Buenos días, Mathew, ayer me encontré a tu madre en Soho, manda decirte que ya no tiene dinero para preservativos y que, a menos que quieras un hermano producto de una borrachera será mejor que le mandes dinero". Y Harry comenzaba a cansarse, pero se había prometido esperar y eso era lo que había estado haciendo y agradeció que Malfoy no lo provocara a él directamente, aunque tal vez se debía a que no le había encontrado alguna debilidad de la cual burlarse. Su familia prácticamente era nueva en la ciudad, y Harry no había dejado ver nada más allá de su personalidad relajada.

Ronald le había explicado desde el primer día, durante la hora del almuerzo todo lo que debía saber sobre Malfoy y su reinado de terror e incluso se había animado a contarle que siempre se burlaba de él por su posición económica, pues si había logrado entrar a aquel colegio de tan alto prestigio era únicamente por que le habían otorgado una beca por sus habilidades en beisbol, ajedrez y literatura inglesa. Por supuesto que lo había hecho después de que Malfoy pasara frente a su mesa junto a una chica de cara burlona y cabellos negros y les dijera en voz muy alta: "Me alegra que por fin tengas un amigo aparte Longbottom, Weasley, si cada uno te da un poco de su almuerzo podrás comer mejor que nunca antes y tu pobre madre podrá lavar mis cobijas a ritmo un poco más lento, siento pena por ella, las últimos que se llevó estaban un poco manchadas de... fluidos"

Por supuesto que Ronald había saltado, pero la profesora McGonagall no había dejado que nada más pasara, por supuesto que le dieron un citatorio a los padres del rubio, pero como era lógico, nada pasó en realidad y era obvio que muchos de los alumnos estaban cansados de aquella situación. Harry por supuesto que se preguntaba por qué nadie se atrevía a hacer nada, pero Neville contestó aquella pregunta una semana después de su ingreso, todos tenían miedo de que Malfoy revelara cosas, cosas que solo él sabía sobre el resto, y aquello lo protegía, si lo hacías enojar, si lo retabas o lo encarabas soltaba tus peores secretos a la mitad del comedor a la hora del almuerzo, como según había escuchado Harry, le había pasado a Lavander Brown quién según decían no había vuelto a ser la misma, y tanto Neville como Ron se habían negado a repetir lo que Malfoy había dicho para humillarla.

Por supuesto que Harry no tuvo que esperar mucho para ver a Malfoy en acción, cuando Hermione Granger, la chica más inteligente del curso se había cansado de escuchar su mierda machista y homofóbica. Draco Malfoy había estado molestando a Colin Creevey un chico de quinto que era abiertamente gay y Malfoy se había tomado unos importantes treinta minutos de su valioso tiempo para lanzarle comentarios repugnantes sobre su orientación sexual, como: "...Pero ya que te gusta chuparlas podrías ayudarme con mi amigo Vincent, no que él sea un marica como tú, pero no le molestará con lo afeminado que eres" o "Y hazme el favor de perderte por ahí, mantén tu trasero sidoso lejos de mí". Por supuesto, todos habían notado a Granger luchado por no ceder ante sus impulsos y golpear a Malfoy ahí mismo, sin embargo al final había perdido los estribos y le había gritado a Malfoy frente a todos, muy alto, lo muy cerdo que era, lo repugnante que le parecía y lo mucho que iba a lamentarlo cuando se lo dijera al director, a lo que Draco Malfoy respondió:

impossible MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora