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Draco Lucius Malfoy llevaba secuestrado más de tres semanas y todo lo que tenían sobre el caso era un pálido y larguirucho dedo con un anillo familiar que había sido mandado a los Malfoy como prueba de que su vástago sufriría la peor de las torturas por su incompetencia. No había programa de televisión, revista, programa de radio o periódico que no hablara sobre ellos, Malfoy, Draco Malfoy, uno de los jóvenes más ricos y atractivos de Inglaterra había sido raptado y su familia estaba desesperada por dar con él, vivo, sano y salvo, aunque la scotalnd yard no podía asegurar nada. Todos sabían que la noticia había sonado fuerte y estruendosa por lo importantes que eran los Malfoy en la sociedad. Todos habían comenzado a especular, pero en todas aquellas teorías, Lucius Malfoy siempre terminaba embarrado en algo que él no había confesado y que de todas maneras era muy obvio; El patriarca de los Malfoy se había adjudicado un poder que no tenía, había jugado con la gente equivocada y le habían hecho pagar con su unigénito.

Sin embargo, nadie podía probar nada, ni si quiera la misma policía que ya había sopesado aquella posibilidad y que Lucius siguiera asegurando que no tenía idea de por qué se habían metido con su incachable familia no ayudaba de nada y Harry Potter estaba punto de un colapso nervioso, porque él sabía, sabía más de lo que hubiera deseado, por que Draco le había confiado algunas cosas, como la manera en que el patriarca Malfoy financiaba el negocio de trata de personas a cambio de una muy buena remuneración económica y protección de una de las mafias más grandes y poderosas del país, una que ni la misma policía había podido parar pese a los constantes esfuerzos por limpiar a Inglaterra de la escoria.

Día a día era más difícil para Harry mantener la boca cerrada, tenía miedo, miedo de que si la verdad salía a la luz, la policía decidiera que no valía la pena rescatar a aquel jovencito de las manos de los mafiosos, que menospreciaran la vida de Draco una vez que su padre perdiera poder y prestigio y que no intentaran recuperarlo con vida. Pese a todo estaba consciente de la importancia de aquella información, revelar que Tom Riddle estaba de regreso, levantando su imperio una vez más podía ser crucial para no solo encontrar a Draco Malfoy, si no a un montón de chicos y chicas que habían sido secuestrados para prostituirlos o vender sus órganos y Potter se sentía entre la espada y la pared; si abría la boca podía salvar decenas de vidas inocentes, si no lo hacía había una muy pequeña posibilidad de recuperar a Draco y aquello le daba esperanza.

A Harry le sorprendía la frialdad con la que Lucius Malfoy se manejaba ante el público, como si estuviera realmente seguro de que su hijo volvería casa rápidamente, como si no le importaran las notas que llegaban con cabellos de su hijo, o aquel dedo mutilado, como si pensara que Draco simplemente se encontraba de vacaciones en el caribe tomando el sol y aquello le daba rabia, porque de todo aquel embrollo, Harry sabía, Draco era el menos culpable, su padre se había metido en cosas que no debía y había intentado salirse solo para descubrir que era imposible, que de si quiera intentarlo pagaría y no con su vida, si no con la de alguien que le importara y esa persona había resultado ser su hijo quién, en un arranque de enojo se había escapado de su seguridad privada y había pagado el pequeño error.

Y Potter se sentía culpable, joder que sí, porque él pensaba que, de no haber hecho enojar a Draco, él no hubiera salido así de Hogwarts, ignorando el peligro constante al que estaba sometido y hubiera regresado a casa, sano y salvo, joder que hasta se lo hubiera dejado él mismo a Astoria en su cuarto si con eso era suficiente para mantenerlo con vida. Y era jodidamente difícil para él mantenerse positivo, porque sabía que si se lo habían llevado había sido para hacerlo sufrir, porque no se habían contentado únicamente con asesinarlo a sangre fría, no, se lo habían llevado y hasta el momento habían recibido un dedo y Harry no quería ni imaginarse porque otras cosas terribles estaría pasando, si tendría frio, sueño, hambre, si estaría muy asustado, si estaría luchando aún, si aún conservaba todas sus extremidades, si aún esperaba a que alguien le rescatase. Y le partía el corazón, porque, de haber podido, él hubiera intercambiado su lugar con Draco.

impossible MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora