17.

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James había dicho no y le había explicado lo peligroso que podía ser, Lily había dicho no y había amenazado con encerrarlo en su habitación de por vida si intentaba el más mínimo de los movimientos, Sirius le había dicho no y le había llamado irracional, sujetándolo de los hombros fuertemente, intentando hacerle entrar en razón, Remus había dicho no y le había abrazado explicándole que no había nada que pudiera hacer, pidiéndole que dejara a la policía trabajar. Entonces, si todos le habían dicho que no, no se explicaba como era que se encontraba de camino hasta el punto de reunión donde Lucius había acordado con Riddle entregarlo a cambio de su hijo y tampoco era que le importara demasiado, suponía que Narcissa y el jefe de policías habían intervenido y de todas formas no estaba en peligro real, traía un localizador encima, solo debía cooperar y dejar que todo pasase.

El lugar de reunión era una bodega abandonada a las afueras de Londres, una bastante bien escondida entre la vegetación que la ciudad no había arrasado. El plan era bastante sencillo, Potter, debía fingirse raptado por Lucius, quién después de recoger a su hijo se marcharía, Potter se quedaría solo un momento con Riddle y sus hombres, la scotland yard intervendría tan rápido como fuese posible, conociendo que Tom no quería a Harry para simplemente asesinarlo, dándoles un margen de tiempo bastante aceptable.

Harry no tenía miedo, al menos no mucho, confiaba en que la policía sabría hacer lo suyo, lo único que le preocupaba era no ser lo suficientemente convincente y que Draco perdiera la vida antes de que pudieran ponerlo a salvo en alguna parte o morir antes de si quiera poderle decir al rubio que le correspondía, que le quería, que incluso creía haberse enamorado, que su padre no intervendría, que podrían estar juntos y felices. Pese a todo, sí que se sentía curioso, jamás había visto a Tom Riddle a la cara y tampoco había conocido a alguien que lo hubiera hecho, habían tantos rumores alrededor de aquel hombre que a Harry no le hubiera sorprendido que todos fuesen mentira, como aquellos que aseguraba, Tom era un hombre con ojos rojos como de serpiente, piel pálida y orificios nasales sin nariz.

Cuando llegaron, Lucius aparcó la camioneta, tal cual le habían exigido cuando habían hecho el trato, en la entrada delantera de la bodega. Iban solo él y Potter, quién tenía la cara cubierta por un saco negro que le impedía ver y que se había colocado a solo diez minutos de llegar, por lo que sabía perfectamente donde estaba. Malfoy bajó del auto y Harry esperó, fingiéndose algo aturdido mientras el hombre lo llevaba entre forcejeos hasta el interior del inmueble. No se escuchaba nada más que las cigarras y los grillos cantando, haciendo de aquella cálida noche de primavera algo sereno, completamente opuesto a la situación en la que los Potter y los Malfoy se habían metido.

Lucius estaba nervioso, Harry lo sentía temblar mientras lo sujetaba, era un cobarde y a Harry no le sorprendía en lo más mínimo sentirlo sudar y replicar en voz muy baja que no entendía como era que había terminado así. Se detuvieron, pero Harry no sabía que había alrededor o si había más gente ahí aparte de ellos dos, no sabía si Draco estaba ahí y los nervios comenzaron a intensificarse. Esperaron un momento de aquella manera, Harry fingiéndose perdido y Lucius ahí, de pie, sin atreverse a respirar si quiera, entonces, unos cuantos pasos se hicieron presentes y Harry supo que ahí estaban, que era el momento.

Lucius se puso más tenso que antes, aferrando con fuerza al chico Potter, irguiéndose cual alto era, Harry no sabía que era lo que estaba ocurriendo, pero el susurro que soltó Lucius le erizó la piel; había susurrado el nombre de su hijo con un dolor que se podía sentir a través del sonido y Harry por primera vez tuvo miedo, miedo de que le quitaran esa cosa del rostro y ver el estado en que Draco se encontraba, que seguramente debía ser muy malo si les habían entregado un ojo, un dedo y bastante cabello suyo. El corazón se le encogió de solo pensarlo y se sintió bastante idiota por no haberlo pensado antes, por haber sido lo suficientemente insensible como para ignorarlo.

impossible MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora