Luego de tres días de surcar el océano, finalmente encontramos la amenaza frente a nosotros, tres navíos erguían sus velas frente nuestros ojos, dos españoles y uno francés, la orden era que no debían escapar y que lucharíamos con ellos hasta el último hombre, a la orden del capitán, todas las velas fueron abiertas, el barco entonces tomó velocidad, pedí que prepararan los cañones, abriendo escotillas para disparar, cada hombre sabía lo que debía hacer, como tigres sedientos de sangre la furia rugía en nuestro interior, nuestra vista no se apartaba de las presas, las otras dos naves de la Royal Navy nos seguían con velocidad, las olas se levantaban a ambos lados del Goliath al ser golpeadas por su proa, la espuma blanca era como un manto que se abría en ambas direcciones, el viento soplaba con fuerza y nuestros corazones latían con fuerza, sabíamos lo que se acercaba y no sería fácil.
Los españoles dieron un giro en nuestra dirección, el francés les guardaba la retaguardia, esta vez el combate sería diferente, estas dos naves españolas tenían más cañones y sus hombres rugían con vigor en la lejanía, nuestros ojos mostraban odio, y la nave estaba preparada, finalmente estuvimos en el rango de los cañones, "fuego" dijo el capitán y el combate, la primera cubierta se cubrió de humo y gritos, el fuego brillaba en las aguas, cada cañón descargaba su potencia destructora en nuestros adversarios al igual que ellos lo hacían con nosotros, el impacto de las balas de los españoles hacia volar por los aires madera, metal, hombres y tela, nuestra nave fue la primera en entrar en combate, nuestros compañeros de las otras dos naves se acercaban gritando, una de estas fue por los españoles, la otra por el barco francés, mientras, nosotros luchábamos a muerte con la última nave francesa, las cosas se pusieron aun mas calientes después de una hora de batalla, la segunda nave española logró hacer explotar el polvorín de uno de nuestros barcos, la explosión fue tal que todos los que estábamos alrededor quedamos aturdidos, al reaccionar buscamos a nuestros compañeros de esa nave pero nadie sobrevivió, la explosión partió el barco en dos lo que provoco que se hundiera rapidamente, mientras tanto, nosotros seguíamos disparando los cañones y al estar aun más cerca de los españoles, usamos nuestras armas personales y los mosquetes, caían hombres por doquier, en ambas naves las perdidas eran cuantiosas, nuestro barco tenía hoyos por todas partes, la sangre cubría la cubierta y el humo no dejaba ver bien lo que sucedía alrededor, los españoles estaban heridos también, su nave estaba escorada hacia un lado, parecía que entraba agua en su casco, era nuestra oportunidad de dar el golpe de gracia cuando una segunda gran explosión nos hizo voltear, la nave francesa ardía en llamas, nuestros compañeros lograron hacer volar sus reservas de pólvora en la primera cubierta, el fuego se levantaba como un dragón enfurecido quemando todo lo que estaba en esa área de la nave, sus velas caían envueltas en llamas, hombres corrían por la cubierta tratando de protegerse, otros envueltos en fuego saltaban al mar para no ver que salieran más, era una escena dantesca digna de una pesadilla.
Mientras esto sucedía, nuestra nave también escoraba a babor, estábamos heridos de muerte, estábamos por perder al Goliath, nuestros rivales españoles acercaron su nave para abordarnos y tratar de salvar la suya, tuvimos que luchar con las espadas por nuestras vidas y por nuestra nave, el acero choco con el acero, la sangre de nuestros hombres y los rivales se mezclaba en la cubierta del Goliath ante la amenaza de que sería tomado por los rivales; nuestro barco era nuestro hogar, para nosotros era un pedazo de Inglaterra nuestra amada patria, así que no cederíamos para nada en protegerla. En el combate, nuestra segunda nave había girado con fuerza para atacar el segundo barco español que intentaba recuperarse de la batalla previa con nuestro otro barco hundido, en este momento, los cañones comenzaron su ruidoso canto de muerte otra vez.
Luego de tres horas de batalla sangrienta y de desesperación, nuestros rivales cedieron, ya habían perdido demasiados hombres e intentaron alejarse, su retirada dejo heridos y muertos atrás, nuestras defensas lograron salvar al Goliath de la arremetida española, pero no sabíamos si lo podríamos salvar de hundirse, el capitán estaba herido de bala, yo aun estaba ileso pero nuestra tripulación estaba desecha, el barco español intento alejarse entre el humo y las llamas pero en sus condiciones no llegaría lejos, la otra nave española le cubría la retirada mientras se cubrían de los disparos de nuestros compañeros de la otra nave, el ultimo cañón disparo luego de 4 horas de lucha, luego vino el silencio... La noche nos alcanzo, el Goliath estaba aun más escorado y teníamos que salvarlo, fue cuando con los pocos hombres que nos quedaban, fuimos a la cubierta inferior a intentar sellar el hoyo por donde entraba el agua, sin embargo, este se encontraba por debajo del agua ya, parecía que nuestra nave estaba condenada a hundirse, sin embargo existía una oportunidad, pero esto le costaría la vida a alguien, el ingreso del agua podía contenerse si lográbamos sellar la cubierta dos, pero esto se lograría si se clavaba la puerta de acceso de esta cubierta desde adentro, había que reforzarla para que soportase, pero por la posición de esta era probable que quien lo hiciera perdiera la vida, el capitán pidió un voluntario pero los hombres estaban cansados, heridos y demasiado lastimados como para poder hacerlo, así que me ofrecí, todos me miraron con dolor y angustia, pero alguien debía hacerlo y yo era el único que podía en vista de que aun tenía fuerzas y no estaba herido, solo que mi corazón estaba afligido, ya no volvería a ver al amor de mi vida, no sentiría más la brisa del mar en mi rostro, no volvería a ver mi tierra desde el océano al atardecer. Preparamos las cosas que necesitaba y me dispuse a entrar a la segunda cubierta, solo pedí un favor al capitán, que le dijera a Scarlett que la amé hasta el último día de mi vida y con mi último respiro su nombre estaría en mis labios.
Nuestra segunda nave para ese momento había pasado a los sobrevivientes a bordo, los heridos y los muertos que pudieron ser recuperados, solo nos quedamos en el Goliath los hombres necesarios para tratar de llevarlo a puerto, sin embargo, no nos podían esperar pues también estaban dañados y el tiempo corría en contra de ellos, por lo que partieron rumbo a Jamaica mientras nosotros tratábamos de salvar nuestro buque, cuando estuvimos listos, camine a mi futura tumba, sin embargo, la puerta estaba cerrada por dentro y escuchábamos los martillazos por dentro, pero ¿quién esta adentro?... todos nos miramos a ver quién podía ser y vimos que el capitán Brooks no estaba presente, le llamamos y nos respondió desde adentro de la cubierta, dijo que de cualquier forma no se salvaría pues había perdido mucha sangre por la herida de bala, que trataría al menos de salvar la nave en vista de que ya su suerte estaba echada, ese mosquete había perforado su pulmón derecho y se ahogaba, tratamos cuanto pudimos de convencerlo que no lo hiciera, pero solo atino a decirnos que yo sería el capitán y que llevara su nave a casa sana y salva, luego de eso, no contesto más, el silencio se apoderó de la nave y la pena nos invadió, con cada sonido del martillo, sentíamos que era una estaca en el corazón, ahí estaba nuestro capitán, ahí moriría intentando salvarnos, intentando salvar la nave y su honor de marino, luego de unos momentos, los martillazos se fueron haciendo más suaves y más suaves hasta que el silencio llego, lo sabíamos, había muerto ya, pero ¿lograría sellar la cubierta y controlar el agua?... Parecía que si, la nave ya no escoro más, se mantuvo a flote y logramos poner rumbo a Jamaica, heridos pero vivos.
Tardamos un par de días en llegar a la costa, el barco se movía como una nave fantasma en el mar, el silencio lo gobernaba, las velas rotas se movían como diciendo adiós a los caídos, la madera crujía y todo se veía gris en ella, el Goliath estaba perdiendo su alma invencible y ya no parecía ser tan poderoso, la batalla nos hizo ver la realidad de nuestra situación, los españoles y franceses nos superaban en poder de fuego y hombres, otro combate como ese nos llevaría a la tumba a todos, para cuando logramos llegar al puerto ya había partido una nave a comunicar lo sucedido a la flota, necesitábamos más ayuda, no eramos suficientes para evitar que tomaran las rutas mercantes o invadieran Jamaica para ser recuperada por los españoles, mientras tanto, las reparaciones al Goliath comenzaron y fueron apresuradas por la amenaza latente. Cuando logramos ingresar a la cubierta dos, recuperamos cuerpo del capitán que no murió ahogado por las aguas, su herida fue la que acabo finalmente con su vida, aunque yo hubiera tomado su lugar, él no habría sobrevivido el viaje, al final tomó la decisión mas acertada.
Fue enviado a Inglaterra para ser enterrado con honores, a mi también me enviaron pero para aclarar la situación, vi desde lejos al Goliath en puerto mientras lo reparaban y a nuestros hombres en su cubierta y el muelle mirarnos alejarnos en la inmensidad del océano, mi dolor crecía porque los dejaba, también porque no pude salvar al capitán y parecía que todas mis decisiones hasta ese momento habían sido equivocadas, jamás debí dejar mi pueblo, mi hogar, ahora no había marcha atrás, solo una cosa me hacía estar tranquilo y era que volvería a ver a Scarlett, sin embargo me aguardaba una sorpresa en Inglaterra y no paso mucho tiempo para que la descubriera.
Al llegar, se me permitió descansar un par de días, luego se me solicito declarar ante el alto mando de la flota, me pidieron detalles del combate, la preparación del enemigo, sus tácticas y sus intenciones reales, se me investigo por las maniobras de combate y me negaron tomar el mando del Goliath como su nuevo capitán, dijeron que mis decisiones no en combate no habían estado ajustadas al mando británico y su primera linea de orden, se me conservo el rango pero no sería capitán, tampoco regresaría al Goliath, ahora debía reportarme con el capitán del "HMS VICTORY" para una nueva misión, sentía el peso de estas palabras estrujar mi corazón con fuerza, no entendía que pasaba pues también me prohibieron buscar a Scarlett diciéndome que no tenía tiempo que perder y debía abordar el Victory. Esto me tenía desolado y no pude más que encerrar mis sentimientos, ya habían pasado meses desde que vi a Scarllet por última vez y mi corazón me jalaba hacía ella, pero si desobedecía perdería mi rango y estaría mas lejos de volver a ella como un capitán, debía ser capitán para que su padre aprobara el matrimonio, pero ¿como podía soportar tanto tiempo sin verla?, las cosas estaban bastante difíciles, primero James, ahora Scarlett, las cosas parecían estar peor que nunca, pero me equivoque, lo peor estaba por venir.... Trafalgar.....
ESTÁS LEYENDO
Mar y Sangre
AdventureEs una historia de un joven que deseaba conocer el mundo como marinero, se ambienta en los años donde Inglaterra y Francia luchaban por el control del Océano Atlántico cerca de los años 1780 a 1811, ahí nuestro héroe llegara a conocer la aventura, l...