Parte 12

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La noche previa a la partida estuvo fría y algo silenciosa, los hombres sabían que en esta ocasión los franceses estarían mas preparados para enfrentarnos, las cosas parecían estar bastante mal en la guerra, por otra parte, yo aun no lograba desprender mi mente de todos los acontecimientos vividos en este corto tiempo en que pude volver a tierra, no sabía ya que pensar de tantas cosas, la vida me parecía injusta y odiosa por quitarme tantas cosas sin la más mínima misericordia, creo que lo mejor es no pensar ni sentir, hay que hacer lo que se debe hacer sin importar lo que venga, ya la muerte no me asustaba, al contrario me parecía liberadora de un mundo tan lleno de banalidades, de dolor, de miseria y egoísmos. El hombre destruye al hombre por poder, por egoísmo, por querer imponer sus voluntad ante otros pueblos que tienen tanto derecho como uno mismo para prosperar, vivir y estar en paz, sin embargo, que difícil parece de alcanzar todo eso.

La fecha del encuentro de la flota sería el 20 de octubre de 1805, al encontrarnos partiríamos a la batalla en donde todo se decidiría, esta sería en el cabo de Trafalgar, en este encuentro nos jugábamos el todo por el todo, la flota británica enfrentaría en un combate mortal a la flota combinada franco española, de este encuentro saldría un ganador final de esta guerra y un perdedor que quedaría sin fuerza naval para seguir luchando, así las cosas partimos al amanecer del 20 de octubre tan como se había previsto, nos dirigíamos hacia el lugar donde debíamos ver a las demás naves, esta ubicación era un completo secreto, solo los capitanes de cada nave la sabían y sus ordenes directas eran no revelarla a nadie, debíamos reunirnos en el más absoluto silencio para que una vez que contáramos con la flota completa, dirigirnos al punto de batalla, de esta manera, navegamos durante algunas horas en dirección oeste, cada hombre en su puesto de batalla, las velas desplegadas en su totalidad, el viento era fuerte y nos llevaba con prisa, el sol estaba en lo alto y el día estaba hermoso, de no ser por todo lo que sabíamos pasaría hubiera sido un fantástico día para navegar.

Finalmente llegamos al punto de encuentro, jamás vi tantas naves reunidas en todo mi vida, debieron ser unas 25 a 27 naves, todas ondeando la bandera británica en lo más alto, todas preparadas para la cruda batalla que las aguardaba, la escena era digna de una historia de héroes, de increíbles relatos de mar de esos que te atrapan la atención y del los cuales deseas saber su final, todas las naves estaban entorno a nuestro barco, pero entre todas, el Victory era el más impresionante, sus tres cubiertas, todos sus cañones, sus mástiles tan grandes, esta nave era toda una demostración de poder, el Goliath también estaba ahí, reparado y listo para combatir, su nuevo capitán era un hombre aguerrido y de mucha experiencia, al menos eso me decían los demás, yo observaba al Goliath y pensaba muchas cosas acerca de esa nave, entre ellas que yo debía ser su capitán, esa era la oportunidad que me habían arrebatado, pero ya las suerte estaba echada, así que solo podía ver la nave con nostalgia y algo de decepción sin embargo ahora mi mundo era el Victory, allí debía servir, luchar y sobrevivir.

La hora llegó, la flota comenzó a moverse hacía Trafalgar, yo giraba instrucciones a los hombres para que todo caminase como debía ser, mientras tanto, nuestro capitán y el almirante Nelson estaban en la cabina preparando la batalla, yo por otra parte observaba a nuestro alrededor y las demás naves lucían increíbles, un orden táctico perfecto, cada detalle había sido preparado cuidadosamente, después de todo, de esto dependía que triunfáramos o muriéramos en nuestros navíos... luego de un rato, comencé a pensar si encontraría a James en esta batalla, mis memorias regresaron y me perdí en ellas, recordaba los momentos mas emotivos de mi niñez, momentos como la carrera de cerdos, la visita nocturna a la panadería, las aventuras que soñábamos James y yo como hombres de mar, cada detalle de esos vino a mi y los apreciaba de manera tan clara como el cristal, todos esos momentos vinieron a sacarme una sonrisa y un suspiro, todos esos momentos que me llevaron hasta este, incluso el día que conocía a Scarlett vino a mi, la recordé sentada con su libro, con su vestido resplandeciente, con sus hermosos ojos azules congelando el tiempo, su sonrisa y su maravillosa figura, todo volvió a mi como un fantasma en la noche, recuerdos silenciosos que marcaban mi corazón con amor y nostalgia.

Mar y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora