Invierno.

6.6K 374 29
                                    

Pov_humano

Era una noche increíblemente fría, no me acostumbraba aún al frío de las lluvias de otoño, y aún siendo de esa forma, el invierno mataba toda señal de calidez en el aire.

Me encontraba caminando hacia casa, el aire entraba por mis fosas nasales destruyendo la tibia atmósfera de mi interior, fluyendo así el aire frío inundando mis pulmones y saliendo después en forma de aire caliente.

Observé una pequeña luz rojiza a lo lejos tintinando, cerca de un grupo de pinos, en el bosque.
Mamá solía decir, "Nunca entres al bosque mientras de noche fuera, Twan, pues lobos podrían devorarte en cuestión de segundos." Si mamá, sigue hablando.

Me dirigí hacia los árboles de el frondoso bosque de pinos, siguiendo mi camino con esa pequeña luz a lo lejos, la cual daba destellos periódicos irrumpiendo contra la oscura tranquilidad de la noche.

Podía sentir que mi nariz se pintaba fría conforme me adentraba al bosque, se sentía un ambiente pesado, como si el aire se acabara un poco más a cada paso que daba. La luz se veía más cercana a a mí, casi solo a unos pasos de donde me encontraba.

Caminé unos metros más para de ese modo, encontrar, lo que parecía ser... ¿Nada?

— ¡Oh, vamos! —.

Dije en un tono de voz de frustración total, pues esperaba algo más que literalmente, nada.

Apoyé mi espalda contra un pino, para mirar unos segundos al cielo azul pintado con miles de estrellas. Acto seguido, me deslicé por el tronco hasta quedar sentado en el piso.

— Pff... que desperdicio de tiempo. —.

Me dije a mí mismo.

El dulce y calmo silencio nocturno, fue roto con un estruendoso impacto de una gran rama cayendo fuertemente al piso, tan solo a unos cuantos pasos de mí. Miré inmediatamente hacia arriba, buscando una causa o de donde había caído aquella rama, mas no podía ver nada más que el panorama pintado de azul oscuro gracias al cielo nocturno de invierno.

_Estaba tan oscuro que podía estar con otras 7 personas y ni si quiera sabría._.

Pensé para mí en una forma graciosa, más después de analizar dicho hecho por algunos segundos, comprendí la gravedad de la situación. ¿Por lo menos sabía por donde regresar a casa?

Justo atrás de mí, pude oír arbustos moviéndose de forma abrupta, generándome una sensación inexplicable de miedo y ansiedad.

Sediento. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora