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Un ligero ruido me obligo a abrir los ojos, el agua golpeaba mi ventana suavemente; estaba lloviendo. Me acomode mejor en mis cobijas y me obligue a sentir calor. Eran apenas las cinco de la mañana y todo el sueño había desparecido de mi cuerpo, mire hacia la ventana donde las gotas resbalaban al chocar con ella; anoche Jisoo lo había dicho "Lloverá, ve pronto a casa" al parecer también era adivino pensé. Sabía que no podría dormir así que me vestí rápidamente y fui a preparar el desayuno.

El reloj marcaba las seis y cuarto cuando mi abuela apareció en la cocina dispuesta a hacer el desayuno pero yo ya estaba en eso.

- Buenos días abuela – sonreí mientras batía unos huevos – ¿Dormiste bien?

- Buenos días pequeño – sonreía ella – he dormido de maravilla ¿Qué haces despierto? – cuestiono mirando lo que hacía.

- No tenía sueño – me encogí de hombros – así que decidí preparar el desayuno.

- Serás un gran esposo – sonrió acariciando mi mejilla – tu esposa será muy feliz – suspire fuertemente para no contestar aquello, no quería darle una molestia.

- Lo seré – murmure solamente y vertí los huevos en la sartén.

Mis padres despertaron media hora después, mi abuela había terminado de preparar el desayuno mientras decía como me imaginaba en el futuro, como imaginaba a mis hijos, como quería que fuera mi esposa y yo solo me limite a asentir.

- ¿Qué harás hoy? – pregunto mi padre mientras se llevaba la taza de café a la boca.

- Iremos a ver a los niños que asistirán al catecismo – conteste – ¿Verdad abuela?

- ¡Lo olvide! – exclamo mi abuela, reí por su acción – ¡Oh Dios! Incluso tengo otros planes – suspiro.

- Puedo ir solo – me encogí de hombros –  puedes ir a beber té con tus amigas – sonreí, esos eran los planes de mi querida abuela; beber té mientras chismeaban sobre lo que ocurría en el pueblo.

- Eres un ángel – sonrió, y no pude evitar pensar en Jisoo "eres el peor de mis pecados"

- No soy un ángel – reí y continúe con mi desayuno.

Tome la lista de los niños, apenas eran veinte los que entrarían al catecismo; tome mi maleta junto a algunos libros y la biblia; reí para mí, de verdad era un atrevido al dar catecismo después de todo lo que hacía.

- ¡SUÉLTAME! – escuche el grito de un niño, levante la vista pero no había nadie – ¡SOCORRO! – volvieron a gritar. Aquel grito venia del parque, corrí y me dispuse a buscar al dueño de esa voz.

Dos niños golpeaban a otro mientras este se mantenía en el suelo, mi corazón se detuvo al ver al pequeño Chan cubriéndose el rostro con sus manitas.

- ¡DETÉNGANSE! – grite caminando hasta ellos, pude reconocerlos – ¿Qué demonios hacen? – pregunte mientras tomaba a un sollozante Chan entre mis brazos – Contesten – insistí.

- Se lo merece – SoonYoung fue el primero en hablar – sus padres son unos pecadores – cerré los ojos tratando de calmarme.

- Ira al infierno – dijo SeokMin – sus padres son malos y le hacen daño a Dios.

- ¿Quién les dijo eso? – pregunte tratando de no sonar agresivo.

- Papá dice que los maricones se irán al infierno – SoonYoung hizo un puchero – él es hijo de unos maricones – señalo a Chan quien aún sollozaba, un nudo se formó en mi garganta. Habían llamado maricones a sus padres y de alguna forma también me lo decían a mí.

Mi pecado [JIHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora