🌷5🍁

6.8K 835 559
                                        


Jamás pensé sentirme tan bien como en este momento mirando a Jisoo hablar tan pacíficamente con el padre Min Ho acerca de la misa que este acababa de oficiar, cuando volvimos a la iglesia la misa ya había comenzado; mi abuela había estado buscándome por todos lados pero gracias a la señora Kwon pase algo desapercibido.

- ¿A dónde fuiste? – pregunto después de despedirse de la señora Kwon.

- Recibí una llamada y fui a contestar – mentí.

- Fue una llamada muy larga – reprocho – sabes que no me gusta que escuches solo la mitad de la misa.

- Lo sé – asentí – lo lamento desde ahora no me perderé ni una – estaba seguro que asistiría mucho más a la iglesia.

- Deberías – dijo mirándome – desde la próxima semana empezaras a dar el catecismo y debes ser un ejemplo para los niños.

- Seré un buen ejemplo – rodé los ojos.

El padre Min Ho había ido hasta la puerta de la iglesia a despedir a los fieles. Jisoo se había quedado para junto al altar mirando la estatua del Cristo crucificado mientras murmuraba algo.

- Vamos a casa – sonrió mi abuela tomando mi mano.

- Ya regreso – le sonreí inocentemente – quiero despedirme del padre Hong.

- Te espero afuera – asintió y se encamino a la salida de la iglesia. Camine hasta donde Jisoo se encontraba.

- ¿Qué tanto le pides? – pregunte llegando a su lado y fijando mi vista en la estatua.

- Nada que debas saber – dijo mientras me miraba.

- Que grosero – lo mire e hice un puchero.

- Que infantil – sonrió mirándome.

- Antes te demostré que no soy infantil – dije relamiendo mis labios – ¿quieres que lo haga de nuevo?

- Estamos en la iglesia – reprocho y se santiguo. Reí por su accionar.

- Me voy a casa – dije tomando su mano para depositar un beso en esta – hasta luego Jisoo.

- Hasta luego JeongHan – sonrió como solo él podía.


***


Me mantuve escuchando las confesiones de algunos feligreses, a veces eran pequeñas acciones que me causaban gracia por lo infantil que llegaban hacer y de alguna manera me recordaban a JeongHan. Dicte penitencia para un feligrés cuando escuche que tocaban la puerta del confesionario.

- ¿Qué ocurre? – pregunte abriendo la puerta.

- Hazme un espacio – rió JeongHan entrando al lado donde yo me encontraba y cerrando la puerta detrás de él.

- ¿Qué haces aquí? – susurre mientras él se sentaba en mi regazo.

- Quería verte – susurro.

- ¿Y si alguien te vio entrar? – pregunte preocupado.

- No había nadie – negó mientras dejaba un pequeño beso en mis labios.

- Esto es una locura – susurre contra sus labios.

- Pues perdamos la razón juntos – susurro volviendo a besar mis labios profundizando más el beso.

Mi pecado [JIHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora