Cambios

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Tsukishima despertó con dolor de cabeza luego de que Kageyama lo dejara en el club se sintió tan mal que tuvo que volver a su casa, miro por la ventana el sol se colaba entre medio de la cortinas a su mente vino la imagen de la expresión dolorosa que había hecho Tobio al despedirse pero sus pensamientos fueron interrumpidos por su progenitora.

─ Kei vamos levántate debemos ir a encargar las flores –el rubio solo suspiro molesto─ Porque tengo que ir yo acaso Akiteru no puede ir solo –la mujer abrió las cortinas para que la luz invada la habitación─ Vamos Kei no seas así tu hermano te necesita.

Se levantó molesto, desayuno tranquilo aun cuando su hermano intentaba hacer que coma más rápido pero el rubio degustaba feliz el pastel que Kageyama le había obsequiado, por fin termino y fue arrastrado por su hermano mientras veía las flores para la ceremonia lo cual le parecía patético que sean dos hombres los encargados de elegir, ni bien tubo un momento a solas logro escabullirse hacia un restaurante aledaño a la florería.

Sentado en una pequeña mesa redonda observaba por el cristal a la gente pasar, entre ellos logró divisar a un viejo conocido lo recordó de inmediato y cuando pudo notar que este cruzo la mirada con la suya levanto la mano para saludarle pero la otra persona agacho la cabeza como si escondiera algo y apresuro su paso para alejarse de Kei, el rubio no entendía se quedó allí confundido.

─ Kei, aquí estabas –Akiteru se sentaba frente a él─ Que haces siéntate ¿Qué miras? –inquirió viendo a Tsukishima con la vista fija en algún punto─ Es que acabo de ver a Asahi y estoy seguro de que él me vio pero hizo como si no me hubiera visto, me pareció extraño ¿No se junta más con nuestros amigos? –Akiteru se atraganto con el café que tomaba─ No Kei no hablamos más con él –el rubio lo miro confundido─ ¿Por qué? –quiso seguir preguntando pero su hermano le hizo señas─ Mira la hora Kei debemos ir con mamá a ver los trajes vamos, vamos.

Volvieron al hogar de los Tsukishima pero Kei sintió la necesidad de saber un poco más del pasado que no recordaba por lo que decidió salir solo, tenía claro en su mente a donde se dirigía aunque sabía en lo profundo de su ser que no estaba bien. El taxi que lo transportaba paro frente a un edificio enorme en la entrada podía leerse "Bufete Kuroo & Asociados" Kei trago saliva para luego adentrarse en el lugar.

─ Buenas tardes Yuki, Naguisa –saludo a las dos recepcionistas antes de entrar a la oficina perteneciente a Kuroo─ Buenas tardes Kei ¿Kei? –ambas chicas se miraron confundidas sin entender porque razón el rubio se encontraba en el lugar.

Kuroo hablaba por teléfono en cuanto vio a Kei entrar a su oficina corto la llamada de inmediato─ Kei, ¿Qué haces aquí? –el rubio solo se sentó─ Necesito saber algunas cosas Tetsurou, siéntate por favor ─el rubio le señaló la silla a su lado a lo que Kuroo simplemente acato la orden sentándose a su lado─ ¿Tu esposo sabe que estas aquí? No me malinterpretes Kei me gusta que hayas venido a visitarme pero no quiero ser causante de problemas –mentía en realidad nunca había podido olvidar al rubio aunque hayan terminado.

Tetsurou ¿Por qué terminamos? Es decir en mi mente aún estamos juntos, no logro entenderlo y creo que si me dices que fue lo que sucedió tal vez pueda recordar algo ─Tsukishima se acomodó mejor quedando a escasos centímetros del rostro de Kuroo─ Esto es cruel Tsuki, quieres hacerme recordar nuevamente como me abandonaste –suspiro antes de volver a hablar─ Un día llegaste refunfuñando dijiste que no encajábamos que era patético tratar de sostener algo que no funcionaba, dejaste el anillo en mi mano y solo te marchaste lo último que después supe fue que te habías enamorado de Kageyama.

Tsukishima escucho atento cada palabra que el mayor pronuncio pero aún no entendía cual fue la razón para cambiar tanto, no solo su estilo de vida sino su carrera y el hecho que se había alejado de su familia era lo que más lo confundía.

─ No creo que pueda ayudarte Tsuki, porque luego de eso no te vi más digamos que tu esposo no me quería muy cerca ─el mayor se levantó para servir café─ No le has preguntado a Akiteru o a tu madre –Kei solo frunció el ceño recordando como su hermano evadió la pregunta con respecto a Asahi─ No ellos no me dicen nada hasta creo que están felices de que olvide a Tobio –el rubio tomo la taza de café de las manos de Kuroo rozando sus dedos con la piel ajena─ Es entendible Tsuki, te alejaste de todos.

Tsukishima tomo tranquilo el café sin pronunciar palabras mientras Kuroo revisaba unos papeles, recordaba tantas veces esa situación él visitando a Kuroo en su oficina mientras este trabajaba, volvió a suspirar no tenía caso no encontraría respuestas ahí la verdad estaba oculta en algún recóndito lugar de su memoria pero ¿Cómo hacerla salir?

─ Lamento las molestias Tetsurou, será mejor que me vaya ─dejó la taza sobre el escritorio mientras Kuroo se levantó de su asiento para acompáñalo hasta la puerta─ No tienes que disculparte jamás serás una molestia para mí.

Tsukishima se giró hacia Kuroo y como si fuera una broma del destino simplemente dejó que un impulso se adueñara de su cuerpo rodeo el cuello del mayor con sus brazos para luego acercarse a los labios ajenos en un beso Kuroo por su parte se dejó llevar aun amaba a Kei nunca lo dejaría de hacer pero cuando quiso intensificar ese beso fue detenido por el rubio.

─ Esto está mal, no puedo hacer esto –se soltó del agarre del mayor─ perdóname Kuroo.

El rubio se marchó casi huyendo se sentía vil se supone que está casado aunque no recuerde a Tobio no podía hacerle eso no cuando este demostraba en tantas ocasiones cuanto le amaba, apretó sus dientes hasta que estuvo fuera del edificio hecho a correr hasta llegar a un parque cercano donde grito como si así pudiera sacar toda la frustración, cayo de rodillas en el arenero tratando de aguantar las lágrimas ¿Por qué le tuvo que pasar a él? ¿Por qué no podía recordar?

No supo por cuanto tiempo estuvo allí solo supo que fue bastante cuando intento levantarse y sintió sus piernas entumecidas, llamó un taxi y volvió a su casa.

─ Kei que bueno que llegaste ─su madre lo recibió con una sonrisa enorme─ ¿Dónde estuviste? Bueno eso no importa ahora, te tengo una sorpresa –le invito a sentarse en el sofá de la sala mientras le ofrecía una copa de vino─ ¿Qué sorpresa? –el rubio no entendía que sucedía─ Kei recuerdas que soy amiga del decano de la escuela de leyes, bueno hoy desayuné con él y como un favor hacía mi te permitirá regresar a clases, claro que tendrás que adelantar materias pero como eres tan inteligente seguro no tendrás problemas ─el rubio intento sentirse feliz pero en el fondo eso le supo amargo, acaso quería controlar su vida nuevamente─ Yo aún no estoy seguro de querer volver a la escuela de leyes –fue lo único que pudo pronunciar─ Bueno pero era tu sueño, ser como tu padre piénsalo puedes regresar el mes que viene.

Se quedó allí sin poder decir que no después de todo eso era lo normal, su vida en la escuela de leyes la recordaba bien y no encontraba razón alguna para negarse tal vez lo mejor era volver a lo que conocía dejar de forzar a su cerebro quizá nunca recordaría entonces esto era lo único que podía hacer.

─ Está bien dile que volveré el mes que viene.

Y si me olvido de ti.Where stories live. Discover now