Brecha

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Estaciono su auto frente a una enorme mansión de estilo colonial acomodo su corbata, no le gustaba usar esa cosa pero se supone irían a un lugar elegante, por ello es que llevaba pantalones de vestir, camisa un chaleco y corbata odiaba los sacos por lo que opto solo por el chaleco. Camino acomodándose la corbata antes de tocar el timbre.

 Camino acomodándose la corbata antes de tocar el timbre

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(Está tan bello)

─Buenas tardes ─saludo una empleada─ El joven Kei lo espera en la sala pase por favor.

Fue guiado hasta la sala donde se hallaba el rubio junto a su hermano Akiteru y el futuro esposo de este, Kageyama se sorprendió de ver al que solían apodar "pequeño gigante" en persona ya que solo lo había visto en fotografías, saludo tanto al rubio mayor como a su pareja para luego ver a Kei asomarse para saludarlo, en el momento en que sus ojos vieron al rubio quedo atónito ante la imagen de este, el rubio vestía ropa realmente elegante y era la primera vez que Tobio lo veía con ese estilo.

─ Llegaste, ¿Quieres tomar algo? –el rubio se acercó aunque no supo bien si besarlo o no─ No, estoy bien ten te traje esto de regalo –le entrego una caja con un shortcake de la pastelería favorita del rubio, Kei sonrió con esas únicas sonrisas que Tobio conocía bien, las cuales amaba─ Gracias, lo pondré en la nevera iremos a cenar.

A los cuatro jóvenes se le sumaron dos amigos más de Akiteru, los cuales observaron a Tobio dejándole claro que él era un sapo de otro pozo, acción que el azabache ignoro después de todo lo único que le importaba era pasar la velada junto a su esposo. Arribaron a un club de la zona vip de la ciudad, al entrar fueron guiados por una mesera hasta su mesa donde aguardaban otras personas que Tobio no conocía pero también se encontraba alguien en particular a quien lamentablemente sí conocía y aunque quisiera parecer amable le era imposible ya que la persona que se levantó para saludarlos le desagradaba en demasía.

─ Buenas noches Kei ─el modo en que pronunció su nombre y la manera en que se acercó a su esposo hizo que Kageyama apretara su puño─. Buenas noches Kuroo-san –saludo para interrumpir la atmosfera que Kuroo intentaba crear con el rubio─ Kageyama, es raro verte en un lugar así creí que nunca salías de la cancha –Kuroo le sonreía de lado con superioridad mientras Tobio pensaba en mil maneras de borrar esa sonrisa gatuna que tanto odiaba.

─ Kuroo basta, vamos a sentarnos quiero un pantera rosa.

El rubio tomaba el brazo de Kuroo haciendo que se siente a su lado, mientras Tobio observaba la manera cómplice en que Tsukishima miraba al mayor como si aún existiera algo entre ellos, mordió su labio tragándose las ganas de partirle la cara a Kuroo que lo miraba como si hubiese vencido.

Kageyama paso la noche entera viendo el actuar de Kei, la manera en que coqueteaba con Kuroo como bebía y hablaba con ese tono distinto era como si ese no fuera el Kei que conocía en cambio era alguien completamente distinto pero sobre todo notaba como la brecha entre ellos parecía que se hacía más grande. Se levantó para ir al baño y fue seguido por Kuroo.

─Kageyama no perteneces aquí, ¿lo has notado no? –Kuroo le hablaba serio mientras se secaba las manos en el lavabo, Tobio solo apretó su mandíbula para tragarse la bronca y así poder hablar─ Kuroo-san el que no entiende pareces ser tú, el esposo de Kei soy yo –ahora era Tobio quien enjuagaba sus manos observando a través del espejo la imagen del mayor, mientras este volvía a esbozar esa sonrisa pícara que hacía que tuvieras ganas de rompérsela─ ¿Qué extraña es la mente humana no? Digo eso de la amnesia, debe ser difícil para ti ser el único al que Kei olvido –el mayor apoyo una mano en el hombro de Tobio a lo que este de manera rápida movió el hombro para quitarla─ Serás su esposo Kageyama pero ahora él no te recuerda, soy un buen abogado un divorcio es fácil de realizar ─fue lo último que dijo el mayor dejando a Tobio solo.

Kuroo tenía razón Kei lo había olvidado y ahora parecía tan distante, volvió del baño deteniéndose a observar la imagen del rubio junto a esa gente adinerada poniendo expresiones que él no conocía, en especial lo que más le dolió fue ver el modo en el que le sonreía a Kuroo. Camino nuevamente hacia la mesa para despedirse de Kei.

─ Espera ¿Por qué te vas? –el rubio lo detuvo tomando el brazo de Tobio─ Dime tu Kei porque me voy –musito ante la mirada confundida del rubio─ Kei ¿Para que me quedo? Para ver la manera en que mi esposo le coquetea a su ex como si fuera una colegiala enamorada –trago saliva─ Tobio yo...─las palabras del rubio fueron calladas por el índice del azabache en su boca─ No tienes que decir nada Kei, lo entiendo y eso es lo peor porque la manera en que lo miras es como solías mirarme a mí –suspiro para luego dejar un casto beso en los belfos del rubio─ Nos vemos mañana.

Tsukishima se quedó parado en el mismo sitio viendo a Kageyama alejarse, sintiéndose culpable un nudo enorme se le formo en la garganta que no dejaba pasar ni la saliva, de pronto sintió un gusto a hiel en su boca ¿Qué estaba haciendo? Lastimaba a Tobio y le dolía de una forma inimaginable pero su mente le jugaba en contra, aunque hurgara en su psiquis los recuerdos de su vida junto a su esposo no venían en su lugar había un espacio vacío uno que no podía llenar.

Kageyama camino hacia la salida del club el lugar o quizá la situación le asfixiaban, salió a la fría noche empujando sus pies obligándolos a caminar, se detuvo junto a un poste de luz el cual recibió su puñetazo.

─ No deberías hacer eso podrías lastimarte –una voz conocida sonó a su costado─ Oikawa-san ¿Qué haces aquí? –el recién llegado solo suspiro─ Eso debería preguntarte a ti Tobio-chan yo estoy con mi esposo –señalo el estoico hombre que venía tras él─ Ushijima-san, ya veo salieron de paseo ─Kageyama hizo una leve reverencia a su senpai─ Kageyama debes cuidar tus manos un deportista debe hacer de su cuerpo un templo –el comentario de Ushijima fue terminado por un golpe del castaño en su hombro- Ushiwaka no sabes leer la atmosfera –suspiro- Tobio-kun ¿Qué sucedió, Kei?

─ Oikawa-san estoy cansado me iré por ahora, hablamos mañana en la práctica.

Ni Oikawa ni Ushijima dijeron algo solo vieron como Kageyama se marchara mientras el más alto abrazaba al castaño, dejando un beso en su cuello.

─ ¿Qué sucede Wakatoshi? –Tooru le miró extrañado─ Nada, solo estoy feliz de que estés a mi lado –la pareja se besó para luego también retornar a su hogar.

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Perdón por la tardanza estuve sin inspiración, pero ya volvió

Solo diré no odien tanto a Kuroo snif.

SoleNami.

Y si me olvido de ti.Where stories live. Discover now