Amor y desprecio.

231 19 12
                                    



Suspiro mientras la puerta detrás de él se cerraba, colgó las llaves en un adorno con forma de alien y encaminó sus pasos hacía la habitación, quedándose recostado en el umbral de la misma.

─ ¿Qué haces? ─musito Wakatoshi que se encontraba recostado en la cama con una revista de vóley en sus manos.

─ Te observo, deberías estar agradecido de que el gran Oikawa-san te encuentre algo lindo ─caminó hacia la cama subiéndose sobre la misma quedando a horcajadas sobre el imponente cuerpo del peli oliva─ Ushiwaka si tu novio te está diciendo algún cumplido debes prestarle atención y en especial si tu novio es tan sexy y atractivo ─musito haciendo un puchero con sus labios.

─ No sabía que alagarse a uno mismo cuenta como cumplido, pero lo tendré en cuenta ─soltó la revista para atraer el cuerpo del castaño al suyo intercambiando posiciones beso el puchero que esbozaba Oikawa─ ¿Cómo está Kageyama? Supongo que no tan bien para que tu estés con ese ánimo ─el castaño solo soltó un suspiro y rodó los ojos─ No estoy con ningún ánimo en particular, no pienses cosas extrañas además pensar te hace mal.

Ushijima no dijo nada solo levantó la camiseta de Tooru esbozando el abdomen bien trabajado de este y sin preámbulo dio un mordisco a los músculos del mismo, el castaño por su parte soltó un pequeño chillido─ ¿Qué haces? No no cosquillas no para tu vaca del Shiratorizawa ─intentaba zafarse del ataque de su novio pero este solo subía su boca haciendo un camino de mordidas por su abdomen hasta que llegó al pecho del castaño, donde se detuvo para mirarle de forma seria─ Pero tu debiste haber venido al Shiratorizawa ─musito mientras le quitaba la prenda al castaño─ Eres un idiota Waka-kun pero idiota y todo te amo.

El castaño enredó sus brazos en el cuello de Ushijima mientras este se adueñaba de los labios de su pareja como si estos fueran el manantial que calma su sed, y es que le amaba a tal medida que ni él mismo era capaz de comprender su desesperación y locura cada vez que le hacía el amor, sus manos viajaban por el torso de Tooru sintiendo como bajo sus falanges la piel del castaño se erizaba ante su tacto.

Suspiros y susurros que profesaban amor, la habitación se llenó de ellos mientras el resto de la ropa que cargaba el castaño era despojada de su cuerpo dejándole expuesto ante su amante que le observaba con hambre lujurioso.

─ Si pones esa expresión creeré que no puedes vivir sin mí ─musito el castaño mientras abría sus piernas permitiendo que el peli oliva se acomode entre ellas.

─ Esa es toda la verdad Oikawa Tooru, yo te amo y el vivir sin ti se me haría imposible aunque a decir verdad no creo que existan los extraterrestres.

Antes las palabras de Ushijima Tooru hizo un mohín moviéndose de la posición en la que se encontraba ante la mirada atenta del peli oliva, empujó a este hacia el colchón de manera suave─ Primero está probado científicamente la existencia de los ovnis y extraterrestres, segundo sí que arruinas el momento pero como soy tan bueno solo te castigaré, desde ahora no puedes tocarme ─le dijo colocando su índice sobre las comisuras ajenas haciendo que calle cualquier protesta.

El castaño bajo la ropa interior que llevaba puesta Wakatoshi liberando de esa manera la prominente erección del peli oliva, tomo la misma entre sus manos y sonriendo malicioso comenzó a masturbar a su pareja antes de tomar la totalidad del falo ajeno en su boca haciendo que el peli oliva quiera sostener su cabeza a lo que Oikawa le negó empujando sus manos.

─ Dije que no podías tocarme ─dijo antes de volver a la tarea que se había propuesto.

El castaño sabía que Ushijima era débil ante ese tipo de atenciones y de un momento a otro perdería los estribos tomándolo de esa forma brusca y dulce como solo él podía hacerlo. Minutos después que la boca del castaño se movía de arriba abajo sobre el falo de su pareja este lo tomaba en brazos para intercambiar posiciones haciendo intromisión en su interior con esos largos dedos que poseía llegando a pulsar su próstata al primer intento pues solo Ushijima sabía cómo amarle y encontrar los puntos exactos en los que se volvía loco.

Y si me olvido de ti.Where stories live. Discover now