¿Y si Comenzamos de Nuevo?

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El beso de Tobio le supo a néctar que envolvió sus sentidos, en su pecho su corazón se aceleró; intentó en vano apartar al azabache por lo que dejó simplemente que siguiera con los lentos movimientos sobre sus belfos. Para Tobio el tener nuevamente a Kei entre sus brazos se sintió como si pudiera tocar el cielo, le amaba y aunque pasara una eternidad le amaría de igual manera sin importar obstáculos que le pusieran en el camino, él los vencería para volver siempre al lado del rubio porque justo allí era su hogar.

─ No deberías haber hecho eso ─musito el rubio intentando sonar molesto aunque su estado distaba mucho de eso.

─ Lo sé, perdóname Kei pero... la verdad te extrañe demasiado y no pude contenerme, tampoco es que me arrepienta de hacerlo, todo lo contrario ─soltó con un tono socarrón─ ¿Quieres ir a cenar conmigo?

El rubio solo asintió, el túmulo de sensaciones en su pecho aún no le dejaban razonar, claro que no dejaría que Tobio sospeche que se sentía nervioso y ansioso por estar junto a él, no porque tuviera orgullo sino por el bien del azabache, aún no sabía si podía enamorarse otra vez y darle falsas esperanzas solo lastimaría a Kageyama.

Caminaron a paso lento hasta llegar a un pequeño restaurante de ramen, se sentaron uno frente al otro cosa que le daba a Tobio una perfecta vista del rubio al comer cosa que adoraba ya que en esos momentos Kei podía ser todo un niño haciendo pequeños gestos en su rostro que ni él mismo notaba.

─ Volví a hacer música ─dijo el rubio mientras llevaba unos vegetales a su boca, Tobio le miró sorprendido.

─ ¿Recordaste? ─inquirió emocionado.

─ No, pero me siento a gusto con ello como si las piezas que me faltan se acomodaran naturalmente ─acomodo el puente de sus lentes─ tal vez mi mente no recuerda pero mi instinto sí.

─ Es porque lo amas, eso te hacía feliz lo tienes guardado en tu ADN o al menos eso solías decir ─bromeó, ante la mirada de enojo ajena y una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro del azabache.

─ No sé lo que decía, tampoco quiero volverme loco tratando de recordar, solo quiero que las cosas surjan como si fuera la primera vez que las hago ─al decir esto el rubio también se refería a la relación que mantenían, sabía muy bien que Tobio le atraía quizá no de igual manera que en el pasado pero quería darse una oportunidad para enamorarse, además el azabache se merecía eso.

─ Es bueno que pienses así, significa que aún estoy en el juego ─Tobio estiró su mano para sostener la del rubio acariciando lentamente la misma─ ¿Me dejarás?

─ ¿Qué cosa? ─aunque supiera a que se refería el azabache, Kei solo quería escucharlo decir esas palabras.

─ Hacer que te vuelvas loco por mí...

─ Mírate cuanta confianza, no lo sé depende de cuan bien te portes ─musito con su típico tono desafiante y una sonrisa perversa en sus labios.

─ Ya verás, tu solo prepárate ─musito mientras llevaba comida a su boca─ te haré susurrar mi nombre.

─ Cállate rey idiota.

Tobio soltó una pequeña risita ahí estaba su viejo apodo dicho en la voz de la única persona que ama sobre la tierra, ninguno dijo más solo se dedicaron a comer tranquilos mientras sus miradas se cruzaban de tanto en tanto, cómplices del trato pactado esa noche. Un comienzo a tropezones pero comienzo al fin, y la oportunidad que Kageyama deseaba expuesta en bandeja para él, y él no estaba dispuesto a desperdiciarla.


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El peli plata era arrastrado por los fuertes brazos de ese extraño personaje que por cuenta propia decidió llevarle a cenar, muy emocionado no paraba de decir que comería en el lugar más lindo del universo. Suga solo siguió a el extraño sujeto no tenía la energía suficiente para contradecirle y era obvio que ese chico no se daría por vencido fácilmente.

─ Ya verás Sugawara te llevaré a un lugar donde se come como los dioses ─musitó Bokuto mientras giraba en la esquina para encontrarse frente a las puertas de un pequeño restaurante el cual se encontraba cerrado. Soltó el brazo de Suga solo para llevar ambas manos a su cabeza─ No, no, no esto no puede ser ¿Por qué diosito me castigas así? Justo ahora que me presentas un ángel ─estiraba sus cabellos como si quisiera quitárselos y esbozaba gestos casi al punto del llanto.

─ Bokuto-san tranquilo ─Suga le daba palmaditas en la espalda como cuando consolaba a uno de sus estudiantes el cual había perdido su caramelo─ podemos ir a comer allí enfrente, lo importante es que comamos juntos ¿no? ─dijo mientras señalaba un foodtrop estacionado frente a ellos.

Desanimado cual cachorro mojado Bokuto siguió a Sugawara hasta el camión de comida, fue Suga quien se encargó de comprar la cena pues Bokuto no parecía reaccionar a estimulo alguno.

─ Ten ─musito el sensei mientras le entregaba al más alto una paleta de fresa.

─ Para mí ─de inmediato los ojos de Bokuto se iluminaron y cambió su semblante, Suga sabía que algo dulce siempre ponía feliz a la gente.

El sensei soltó una risita y Bokuto nuevamente se sintió atravesado por las flechas de cupido aunque según Bokuto este cupido tenía una AK-47 por que no era normal sentir tantas mariposas al ver la sonrisa de otra persona.

Pasaron el resto de la velada charlando, más bien Suga riendo de las ocurrencias de Bokuto mientras contestaba las interrogantes del búho, al fin fue el momento de volver a casa y era imposible que Kōtarō deje ir solo a Kōshi, casi corriendo fue en busca de su auto para llevar al sensei. Al llegar frente al apartamento de Suga, Bokuto bajo para abrirle la puerta, había visto en doramas que eso era cool.

─ ¿Saldrás otra vez conmigo? Prometo investigar si el lugar está abierto antes de ir ─musito con un puchero.

Sugawara asintió ante de entregarle su tarjeta de presentación con su número particular─ Llámame y salgamos otro día me divertí mucho, gracias por el paseo.

Bokuto tomo ese pequeño papel como si le hubieran entregado las llaves del mundo y en cuanto el sensei estuvo dentro del edificio se puso a saltar de alegría mientras les hablaba a unas palomas que le miraban curiosas. 

Y si me olvido de ti.Where stories live. Discover now