Capítulo 22: ELLA

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Melisa no quiso que Caro le contara nada por teléfono, y corrió a su casa para escuchar las noticias personalmente. Pero el relato de Caro, lejos de ser apasionado y emocionante como ella esperaba, fue una verdadera desilusión.

La tarde romántica que ella, y ellas, habían imaginado se había transformado en una tarde aburrida, escuchando una y otra vez los discos de Ataque 77, en la casa de Gastón... y con Gastón. Carolina, al final, se había puesto a leer, y Melisa estaba furiosa por semejante falta de tacto, sentido común, inteligencia y no se sabe cuántas cosas más.

_ Pensá un poquito, Caro _le decía_ Salís con un chabón, se te tira y vos te ponés a leer Juan Salvador Gaviota. ¡Deben de haber creído que sos re- nerd!

_ Nadie es re- nerd por leer.

_ Es que es "leer en ese momento", a ver si nos entendemos.

_ ¿Por qué no lo pensás al revés? El chabón se me tira y me lleva a escuchar Ataque 77 a la casa de Gastón. Se desubicó mal.

_ A lo mejor para no quedar pagando...

_¿Pagando qué?

_Como le dijiste que lo ibas a pensar...

Carolina no le contestó. Se acercó a la computadora y, automáticamente, la prendió. Sabía que iba a ser difícil tener mensajes del Gusano después de su enojo de ayer, pero... tal vez...

_¿Se puede saber qué hacés con esa computadora? _preguntó Melisa, que lo único que quería era seguir hablando de Bruno.

_ Quiero ver si hay algún mensaje del dios del Olimpo.

_¿Todavía seguís con eso?

Una nueva desilusión para Melisa: el dios del Olimpo había resucitado.

_ Ese pibe ya fue, Caro.

_ No me lo quiero transar, si es eso lo que estás pensando.

_ Obvio que no te lo vas a transar.

Carolina giró la silla y la miró.

_¿Obvio por qué?

_¡Ay nena! ¿Cómo hacés para sair con un pibe así? ¿Lo llevás a dar una vuelta empujando la silla de ruedas?

_¿Y qué tiene?

_¡¿Cómo qué tiene!? Es... Es... Es de terror...

_ Esos pibes también deben de tener novia, ¿o no? _casi se preguntó en voz alta Caro.

_¿Te parece?... Yo no creo...

Melisa mira a Carolina con atención. ¡No podía ser que su amiga... SU amiga... estuviera..!

_ Caro... ¿vos no estarás pensando en...? _no se animó a seguir.

_¿Por qué no?

A esa altura, Carolina yabse estaba divirtiendo con la cara de susto de Melisa.

_ Caro... ¿me estás hablando en serio?

_ No _contestó Carolina muy seria.

Melisa le tiro un peluche.

_¡Que tonta que sis, nena! ¡Casi me lo creo! _protestó.

Carolina se rio y volvió a mirar la pantalla.

_¡Ahí está, mirá! _gritó_ Ese es él.

_ Gusano Empantanado... ¡Que nombre! _dijo Melisa pegando una ojeada a la computadora sin ningún interés. _ Dale, apagá.

Caro dice l Maria Ines FalconiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora