Capítulo 8

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Gracias a una buena y relajante ducha caliente y sobre todo, la compañía de los únicos dos amigos que nunca iban a fallarle, Meghan pudo descansar mejor aquella noche, tanto que ni escuchó la chirriante melodía de su despertador. Alice en cambio, sí se había despertado. Hizo un ligero esfuerzo para levantar a los otros dos dormilones pero fue imposible, así que luego de haber desayunado, se concentró en acabar su último trabajo del trimestre, porque a pesar de las bromas de sus amigos, sí que se tomaba enserio su carrera.

Dos horas más tarde y con la ayuda del sol que entraba por la ventana y el peso muerto o más bien dormido que estaba apoyado en ella, empezaba a despertarse.

- ¿Qué hora es? - Preguntó con la voz ronca y sin abrir del todo los ojos.

La rubia miró la hora en su portátil antes de contestar. - Las diez de la mañana.

- ¿QUÉ? - Gritó.

Nathan sólo pudo hacer un "Shh" para después darse la vuelta y seguir durmiendo. La joven inmediatamente saltó del sofá en dirección a su armario, una vez más, cogió lo primero que vio, se vistió y se aseó en un tiempo récord.

- ¿Me puedes decir por qué tanta prisa? - Cuestionó su amiga al verla correr de un lado para el otro.

- ¡Tengo examen en menos de media hora! Tendrías que haberme despertado. - Hablaba mientras intentaba cepillarse la rizada melena.

- ¡Eeh! Yo lo intenté pero fue como tratar de despertar a dos troncos. - Se excusó Alice.

Meghan no contestó, fue a por su mochila y sin despedirse, salió pitando rumbo a la universidad. En el momento que ella llegaba justo a tiempo para su prueba, Derek tenía algunas horas libres, por lo que, decidió pasarse por el gimnasio y discutir algunos términos con Daphne, su jefa. Nada más pisar aquel lugar, cruzó miradas con James. Éste se encontraba dando consejos a un muchacho que estaba entrenando con las pesas. Saludó con un asentimiento de cabeza y Derek se lo devolvió de la misma manera. Al poco tiempo y después de llamar a la puerta, entró al despacho de Daphne.

- Hola. - Saludó él.

- Pasa, siéntate. - Le sugirió sonriente. Su pelo estaba recogido en un apretado moño y su vestimenta constaba de una camisa celeste y una falda de tubo negra.

- Como tenía un rato libre, pensé que podríamos hablar de un par de cosas. - Le explicó.

- Claro, dime. - Dijo mientras colocaba sus codos en la mesa y colocaba su pierna derecha encima de la otra.

- Me gustaría saber si podríamos hacer algún cambio en mis turnos de trabajo.

La mujer asintió. - Mira, si te parece bien podrías venir los fines de semana y algunos días por las tardes.

Derek enseñó su sonrisa encantadora y siguió con la conversación. Poco después de eso, se dirigía a la salida cuando fue interrumpido por una figura que le cortaba el paso.

- Compañero. - Saludó James.

Derek había conocido a varios tipos como él lo suficiente como para saber que algo quería. - ¿Qué hay? 

- ¿Cómo ha ido la charla con la generala? - Preguntó con un obvio tono despectivo.

- Muy bien. - Dijo neutral. - ¿Querías algo más o...? - Hizo un gesto con la mano, indicando que se quería ir.

James pensó unos segundos. - Bueno... Algo si quería saber, solo por curiosidad. - Aclaró rápidamente.

- Soy todo oídos. - Se cruzó  de brazos.

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