Capítulo 12

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Los dedos de la joven danzaban por aquel teclado con fluidez. Le fue fácil averiguar casi todos los datos de Derek Maxwell, comenzó con los que estaban en su matrícula de la universidad para luego indagar algo más profundo. Ya tenía bajo su conocimiento muchas cosas sobre él. Cuando estuvo lista, anotó en un posit su domicilio actual y se lo entregó a Meghan, la cual se encontraba leyendo algún libro de su estantería. Alice era meticulosa y sobre todo muy curiosa, había averiguado algunas cosas muy interesantes sobre Derek.

- ¿Cómo lo has hecho tan ráp...? Mejor no me lo digas, no quiero saberlo. - Dejó el libro a un lado y cogió la nota de papel. - Eres la mejor. - Le agradeció con un beso en la mejilla.

- ¿No quieres saber algunas cosas que he averiguado? - Preguntó la rubia con la mirada típica que ponía cuando se encontraba con algún chisme.

- No, ya sabes que no me gustan los cotilleos. - Le dijo de manera contundente.

- Pero...- Intentó decir su amiga.

- Pero nada, ya lo averiguaré por mi misma. - Habló mientras se levantaba de la cama y guardaba aquel libro en su lugar.

- Igual necesitas mi ayuda para eso porque no creo que él te cuente nada. - Dijo rápidamente saliendo de su habitación mientras reía a carcajadas.

Meghan negó con la cabeza al mismo tiempo que se dirigía a su armario. Una vez delante del mueble, se cambió el pijama de lana que llevaba puesto, por un jersey negro de punto, unos vaqueros pitillos junto a unas cuñas del mismo color que el jersey. Miró una vez más la dirección para saber si coger el coche o ir andando y para evitarse complicaciones y ahorrar tiempo, se decantó por desplazarse hasta el lugar en coche. A esas horas de la tarde, había más tráfico de lo habitual, por lo que tardó bastante más de lo que ella había calculado. Salió del coche, luego lo cerró con la llave y se quedó parada en frente de aquel edificio por al menos cinco largos minutos. Ocultó ligeramente sus muñecas con las mangas del suéter y rozó los dedos unos con otros, nerviosa, sin muchas agallas de ponerse en marcha.

En el momento que iba a volver a entrar en su vehículo, se armó de valor y caminó hasta la entrada del piso. Dudó una última vez al llegar hasta allí, así que para no darle más vueltas al asunto, presionó el botón que correspondía al apartamento de Derek. Al principio, no se oía nada, también cabía la posibilidad de que no estuviera en casa en ese momento.

- ¿Quién? - Escuchó su voz masculina a través del aparato.

- Me...Meghan. - Contestó ella dubitativa.

Le tomó unos segundos contestar, su voz salió dura e imponente.- ¡Lárgate! - No quería tratarla mal pero bajo su punto de vista, era la única manera de mantenerla alejada de él y sus problemas.

Le había colgado el telefonillo, volvió a presionar el botón, aunque ahora por un tiempo más largo.

- Más te vale abrirme o soy capaz de escalar y entrar por la ventana. - Amenazó ella.

Derek sonrió ante las ocurrencias de la pequeña joven pero cuando se dio cuenta, agitó su cabeza y su expresión se volvió dura de nuevo. - Puedes intentarlo si quieres, aunque las ventanas también están cerradas. - Le explicó para luego colgarle de nuevo.

La chica no se lo podía creer, vale que pasase de sus mensajes y alguna que otra llamada perdida, pero tratarla así era muy diferente. Meghan esperó algún tiempo, sin saber muy bien lo que hacer, si irse por donde vino, volver a insistir llamando al timbre o esperar a que él saliera de su casa. Empezó a caminar de un lado a otro, nerviosa, inconscientemente apretó más sus mangas y sin esperarlo, un hombre con una niña pequeña salían del edificio, era su oportunidad de entrar, así que cuando los dos salieron y mientras la puerta se iba cerrando, ella la paró con la mano y entró rápidamente, sin despertar sospechas. Subió las escaleras y se fijó en los números de las puertas, encontró el de Derek y se posicionó en frente de esta. Con una mano tocó a la puerta y con la otra tapó la mirilla.

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