Lo mejor de mí

Capítulo 21

En ese instante, había pocas cosas que podía hacer, gritar no era una de ellas, con el volumen de la música nadie la oiría. Su cuerpo estaba bloqueado por su agarre, sin embargo, lejos de sentir miedo, algo lógico en ese momento, los únicos sentimientos que brotaron fueron asco y rabia. Sabía que ese momento llegaría tarde o temprano y estaba preparada para luchar, para defenderse, para vivir.

Con firmeza y rapidez, le clavo la aguja de su tacón en el pie derecho y antes de que él pudiera darse cuenta, la cabeza de Meghan cogió impulso y se estampó contra su cara, provocándole tal dolor que la soltó inmediatamente. Sin embargo, no tuvo suficiente tiempo para huir debido a que James la empujó con fuerza, haciéndola caer en el suelo del baño.

- Vas a pagar muy caro todo lo que me has hecho. - Amenazó.

Ella se giró para enfrentarlo cara a cara, mientras su atacante cerraba de un portazo su salida. - Creo que aún no te ha quedado claro que eres mía. -Pronunció posesivo, al tiempo que se acercaba lentamente. Estaba tan furioso que no notaba la sangre saliendo de su nariz.

- Has cometido un grave error. - Dijo la joven respirando más rápido de lo normal.

Una sonora carcajada salió de su boca. - ¿No me digas? - Habló entre dientes, al tiempo que la levantaba bruscamente. - ¿Qué error he cometido según tú? - Le preguntó mirándola de arriba a abajo como si ella fuera un bicho pequeño e insignificante.

- Subestimarme. - Respondió firme, para después deshacerse de su agarre mediante un rodillazo en la entrepierna. Él estaba agachado, un poco abatido, así que decidió salir de ese sitio, aunque de nada le sirvió porque James no iba a permitir que saliera con vida de aquel baño. Se levantó y la sujetó por el pelo, un golpe en las costillas le bastó para que Meghan cayera al suelo nuevamente.

Sin perder ni un segundo, saltó sobre ella, rasgó su vestido y comenzó a besarle el cuello con desesperación. Aunque no paraba de intentar zafarse, sus brazos estaban inmovilizados, él la tenía bien sujeta, provocándole en un futuro graves hematomas. 

- Quieta o te haré más daño. - Jadeó.

Mientras James frotaba su cuerpo contra el suyo, ella luchaba por aguantar las lágrimas, tenía que hacer algo. Intentó arrañarle, pero no podía, así que le mordió con todas sus fuerzas, dejando una réplica idéntica de su dentadura en el brazo.

- Hija de pu... - Antes de que pudiera decir o hacer algo más, Meghan volvió a defenderse, pataleó hasta que él la soltó, un puñetazo viajó hasta su mentón, lo que le hizo enfurecer aún más, otro puñetazo le giró la cara y por fin se pudo poner en pie.

- Vamos a ver quien gana esta pelea cabrón. - Escupió con ira, mientras se quitaba los zapatos.

James la acorraló en una esquina. - ¿Ahora qué vas a hacer? - Dijo él con el pecho hinchado, sabiendo que tenía las de ganar.

- Esto. - Contestó ella mientras le clavaba el tacón de su zapato en el hombro.

James gritó de dolor y fue ahí cuando supo que tenía que correr, se dirigió hacia la puerta y aunque él intentó seguirla, consiguió escapar.

Intentó buscar a Karen entre la multitud pero no lograba visualizarla, así que siguió corriendo, salió al exterior, descalza, magullada y sin ningún medio de huida. No tenía mucho tiempo, por lo tanto, sus pies siguieron moviéndose, intentando no mirar hacia atrás. A lo lejos vio un taxi y en su interior sonrió. Cuando estaba cruzando la calle para llegar hasta él, las luces de un coche se clavaron en la carretera. Se quedó inmóvil al darse cuenta que ese iba a ser su final, cerró los ojos pero el golpe nunca llegó, un frenazo se pudo escuchar y la puerta de la camioneta abrirse.