No muy convencida, la joven siguió a Karen hasta un parque cerca de la universidad, donde nadie las podría interrumpir. Al llegar al sitio, se sentaron en uno de los bancos de madera más apartados.
- Me vas a decir ya qué está pasando. - Dijo ofreciéndole su paquete de pañuelos.
- La historia es larga. - Comenzó aceptando dichos pañuelos. - Para que entiendas lo que ha pasado hoy, necesito explicarte lo que pasó el verano de hace cuatro años. - Habló mientras intentaba quitar el maquillaje de sus mejillas.
Ella sabía muy bien lo que pasó ese verano, fue cuando intentó quitarse la vida. Meghan entrecerró los ojos. - No te preocupes por eso, tenemos tiempo.
- Esta bien. - Empezó. - Un día antes de cambiarnos de ciudad y comenzar una nueva etapa, yo iba a viajar con vosotros pero me tuve que quedar unos días a solucionar los problemas que surgieron con el papeleo ¿recuerdas? - Ella asintió. - Aquella noche, me crucé con James en la calle, supongo que me estaría siguiendo. - La pelinegra se movió incómoda.
- ¿Qué tiene que ver él en todo esto? - Preguntó extrañada, esa situación le parecía muy rara y hasta irreal.
- Con todo, James tiene que ver con todo. - Respondió ella. - Estaba furioso, quería saber dónde estabas y cuando no le quise decir tu paradero. - Tragó saliva. - Su cara cambió, se puso violento y me pegó. - Susurró con el nudo que ya se había formado en su garganta.
- ¿Qué? - Preguntó con los ojos abiertos.
- Resistí sin decir una palabra hasta que perdí el conocimiento. Cuando desperté en el hospital a los dos días, él ya se había dado a la fuga. - Explicó con la vista clavada en sus zapatos de tacón.
- No lo entiendo. - Negó con la cabeza. - ¿Por qué no dijiste nada? ¿Por qué cuando nos encontramos en la universidad te comportaste tan distinta? - Tenía tantas preguntas en su cabeza que creía que le iba a explotar.
- Tenía miedo. - Dijo con la voz apagada. Giró sus pupilas hasta ella. - Después de lo que pasó, me quedé todo el verano en casa de mis padres, recuperándome de las heridas que ese salvaje me hizo y en ese tiempo, cambié. - Cerró fuertemente sus ojos al recordar los sucesos.
- Nosotros te hubiéramos apoyado, ayudado a superarlo. - Una lágrima salió sin poder evitarlo.
- No lo entiendes ¿Verdad? - Pronunció dándole uno de sus propios pañuelos que aún tenía entre sus manos. - Apenas podía mirarte a la cara cuando me enteré lo que intentaste hacer.
- No fue tu culpa, tú no lo sabías, nadie lo sabía. - Le explicó Meghan. Efectivamente era así, ella se había encargado de ocultárselo a todo el mundo, fingiendo estar bien cuando no era así.
- ¡Por supuesto que fue mi culpa! Yo fui quien te lo presentó ¿o se te ha olvidado? - Y fue allí cuando Karen mostró realmente lo que sentía, ella lo pudo ver en su mirada, la culpa con la que había cargado los últimos cuatro años. Ahora entendía muchas cosas, entendía porque se había alejado, porque se comportaba así, porque cada vez que la veía mostraba rencor, un rencor reflejo de lo que sentía de ella misma.
- Karen, si lo hubiera sabido antes...- Intentó hablar pero ella la cortó.
- Cuando lo vi en el gimnasio, te juro que creí que me había vuelto loca, que era una pesadilla.
- Espera un momento ¿esto te lo ha hecho él? - Preguntó señalando el golpe en su cara.
- Sí, y no sólo eso, me amenazó y dijo que tú eras suya y que no descansaría hasta tenerte de nuevo junto a él. Por eso tenía que hablar contigo, tienes que tener mucho cuidado. - Le advirtió con temor en su voz.
Meghan apretó los puños. - No le tengo miedo. - Dijo seria y decidida.
- Pues deberías porque es un salvaje y no parará hasta conseguir su cometido.
- Que lo intenté. - Ni ella misma sabía muy bien de dónde salía esa valentía pero estaba dispuesta a enterrar su pasado.
- Al parecer, no soy la única que ha cambiado. - Sonrió levemente. - Pero aún así, ten mucho cuidado. - Le aconsejó de nuevo.
- Tengo gente preparada para ir a la guerra. - Rió ante su propia ocurrencia. - Y sobre eso, tienes que decirle a Nathan y Alice lo mismo que me has contado a mí.
La chica dudó. - No van a creerme, sobretodo Alice. - Dijo convencida.
- Yo me encargaré de que te escuchen. - Desbloqueó su móvil para mirar la hora y se dio cuenta de que no le daría tiempo a ir al apartamento, contactar con los chicos y convencerlos para que hablasen con Karen. - Tengo que ir a trabajar porque sino llegaré muy tarde. - Explicó la pelinegra guardando de nuevo el teléfono. - Pero podemos quedar esta noche en mi casa, así no podrán decir que no. - La joven asintió a su petición. Después de eso, Meghan la acompañó hasta su piso en su coche y luego se dirigió a la veterinaria. Marvin la saludó con dos besos antes de enumerar las tareas que tenía pendientes por hacer aquella tarde, ella sonrió y se puso manos a la obra.
No muy lejos de allí, Tucker caminaba a paso decidido por las calles de la ciudad, como si fuera el dueño de ésta. Siguió a Derek toda la mañana, esperando el momento indicado para atacar, lo vio salir de la cafetería en la que a penas cinco minutos había entrado. Llevaba el café en la mano y sin darse cuenta, estaba conduciendo a Tucker hasta un lugar muy apropiado para hacer su jugada. Metió la llave en la cerradura, y al oír el "click" empujó levemente la puerta para entrar al edificio. No se trataba de un barrio muy seguro y mucho menos del edificio más lujoso del mundo, no habitaba mucha gente en aquel sitio. Por lo que él había observado, tan sólo tenía de vecinos a una anciana que debía tener más años que el propio edificio, un padre soltero con su hija pequeña y un camello de la zona. Tras subir las escaleras, pudo escuchar el ruido de la puerta principal cerrándose. Hizo lo mismo con la cerradura de su puerta pero antes de poder abrirla bien, sintió un fuerte dolor en la parte baja de su espalda, correspondiente a un puñetazo. Su atacante abrió del todo la puerta y con un empujón, lo obligó a entrar. Derek giró rápidamente su cuerpo, obervando a Tucker, no estaba sorprendido, al fin y al cabo, ya sabía que algo parecido podía pasar tarde o temprano.
- Tucker. - Dijo entre dientes. - Siempre atacando por la espalda. - Apretó los puños, listo para pelear.
Él sólo sonrió de lado y en apenas unos segundos, la lucha comenzó. Derek esquivó un puñetazo que iba a ir a parar a su cara y en un ágil movimiento, él le pegó primero. Tucker se limpió la sangre de su nariz y aún más furioso, lo agarró de la camiseta empujándolo contra la pared. - Tienes suerte de que las órdenes no sean matarte. - Dijo con suficiencia para después golpearle el estómago con la rodilla. Éste se quedó sin aire por unos instantes pero eso no le impediría poder defenserse. Se incorporó y lo miró desafiante, se soltó de su agarre con un cabezazo que dejó a Tucker aturdido. La pelea siguió por varios minutos más y para mala suerte de Derek, había acabado contra la pared de nuevo. - Esto es una advertencia de lo que somos capaces de hacer, el jefe te quiere a su lado. - Le informó la mano derecha de Dominic. - Así que, o vuelves con nosotros o tú y tus seres queridos acabareís como tu padre. - Dijo soltando su agarre y cuando estaba de espaldas y a punto de irse soltó lo que Derek no se esperaba. - Y eso incluye a tu novia Meghan.
{ Parece que la cosa va avanzando... Gracias por seguir leyendo. Un besazo ❤ }
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Lo mejor de mí
RomantikMeghan y Derek tienen muchas cosas en común. Los dos tienen un pasado que quieren olvidar. Los dos tienen al enemigo muy cerca. Los dos pelearán por volver a tener una vida normal y ser felices. Los dos darán su vida si es necesario para proteger al...