Capitulo uno: Como reconocerte

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Narra Inés:

Alguien le había mandado hasta aquí para juntarse con migo. Era más que una sensación, era una certeza. Podría estar observandole horas y horas, mirando como se sentía solo y perdido entre la gente, delante de aquel baño. Su cabello negro era precioso. Tenía la sensación de poder perderme en el, era tan denso y suave...

- Inés! Ay dios mio, Inés! Estaba deseando verte!- gritó alguien.

Al darme la vuelta ví a Ginger corriendo hacía mí. Llevaba el uniforme, menos mal. Normalmente se le olvidaba siempre después de las vacaciones. La camisa blanca de manga corta y el chaleco con el escudo del colegio estaban allí. Al igual que los zapatos negros brillantes, pero llevaba pantalones cortos al lugar de la falda.

- Gin! Traes el uniforme! Pero... Y la falda?- pregunté.

Se sonrojó casí instantaneamente. Apretó los labios y empezó a mirar a su alrededor. Me agarró de la mano y me arrastró hasta el cuarto de baño. Al pasar por delante del chico al que había estado observando, empecé a quejarme en voz alta para hacerme notar. Intentaba que parecíese guapa y perfecta, aun que era dificil con lo dormida que estaba. Las circustancias tampoco me lo ponían facíl, ya que Gin no paraba de tira rde mi. Me agarré a una esquina para ver su cara y si me estaba mirando.

- Inés, en serio! Te necesito!- gritó Gin.

Me resistí tan solo un instante para poder admirar aquella sonrisa tan mona que me estaba regalando aquel chico. Decidí llamarle 'Cupido' hasta saber su nombre. Finalmente solté la esquina y me dejé arrastrar hasta el baño.

- Podrías habermelo pedido- me quejé.

Ella tansolo hizo un gesto con la mano y se quitó la coleta. Al quitarse la coleta su pelo castaño se soltó y unas mechas rosas fluorescentes salieron a la luz. Incredula me tapé la boca. Ella miro al suelo, intentando ignorar mi mirada.

- Te van a matar... Te van a matar!- chillé.

Ella asintió. Entonces se encerró en una cabina y se quitó los pantalones. Esos pantalones estaban diseñados para un chico y le quedaban bien tan solo a los chicos. Bueno, a algunos chicos. El pantalón azul marino le quedaba perfectamente a Cupido. Al igual que la camisa con aquella prenda tan disgustosa color azul marino que llevaban encima. Esa prenda se parecía a un pullover sin mangas de lana. En verano era totalmente inapropiado, además de horrible. No concía a nadie que le quedará bien. Hasta que llegó Cupido. A el le quedaba de maravilla, al igual que la corvata. Pensé en como me había sonreido antes de que yo dejará de resistirme. Era tan...

Los pantalones de Gin se calleron a mi lado. Incomoda los cogí. Por suerte aún no me habían visto. Un subidon de adrenalina corrió por mis venas al tocar la tela de los pantalones.

- Son de mi hermano Javier. Llevaselos, porfa- suspiró Gin.

Javier era un año mayor que nosotras. Iba a 4 ESO y era todo un bonbon. Tenía tantos musculos que le sobraban, por no hablar de sus ojos. Sus ojos brillaban con cada uno de sus movimientos, mientras sus labios perfectos se formaban tantas veces a una sonrisa. Su pelo era perfecto, me imaginaba como serí juguetear con el... Era un sueño.

- No se yo, Gin. Va a 4 de la ESO y...Eso esta en la planta de arriba.No quiero que me vean con esto en la mano. Es facíl de malinterpretar...- repliqué.

Escuché un golpe y la puerta de la cabina se abrió. Gin no tenía ningun tipo de vestido para taparle lo que era su ropa interior de abajo. Si hubiese habido más gente habría sido embarazoso... Aún más que lo que era.

- Inés... Te lo pido porfavor! No me dejes plantada! No puedo ir yo! No me pueden ver así!- me rogó poniendose de rodillas.

Cerré los ojos y me imaginé a Gin corriendo por todo el colegio en ropa interior. Pero algo aún más horrible llegó a mi mente; Javier con una falda. Horrorizada la empujé otra vez en la cabina y cerré la puerta.

Para no olvidarte (Jesus y Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora