Narra Siriel
Estábamos desayunando para irnos, hicieron un festín como era de esperarse del abuelo de Marcus, es imposible que se quede tranquilo. Saldríamos dentro de poco al aeropuerto para irnos a nuestro destino, espero que no haya ningún inconveniente. Arreglamos ropa para frío ya que por esos lados siempre hay bajas temperaturas y además de que no nos quedaremos en la ciudad, la cabaña de Haziel queda en las lejanías. Se supone que llegaríamos las 3 de la tarde si no hay ningún problema, estoy muy nervioso, me levanto de la mesa y llevo mi plato a la cocina -todo debe salir bien-.
—Por primera vez has algo bien, Siriel —Me dije a mi mismo entrando en la cocina.
—¿Dijo algo joven? —Negué con una sonrisa de lado y tomó mi plato, regreso a la mesa y le doy un beso en la cabeza a Marcus, para luego subir a buscar nuestras maletas. Recogí todo lo necesario y empecé a unirlo para no estar saltando de un lado a otro.
—Ey ¿Todo bien? —La voz de mi novio me sacó de mis pensamientos.
Me giro y esta recostado en la puerta viéndome con esos ojos azules que me hacen perder todo el control de mi cuerpo.
—Si, solo, estoy nervioso —Le digo cortándome -cálmate idiota-. —Quiero que todo salga bien.
Se acerca y me abraza, no sé en qué momento especifico se convirtió en una necesidad el tenerlo tan cerca de mí, sentir sus abrazos, sus besos, todo de él.
—No lo estés, todo saldrá bien —Me responde. —¿Cuánto tiempo tienes planeando esto?.
Suspiré -sabia que lo preguntaría-.
—Desde hace 2 meses —Respondí agachando la cabeza y el chico me la levanta con una sonrisa sorprendida.
—Dios mío, eres lo máximo —Dijo y me besó tomándome por la nuca, sentía su desespero, yo estaba peor, desde aquel incidente tenía que mantener total control sobre mi cuerpo que cada vez que me pedía más del chico.
Salimos de la mansión en un carro privado que nos entregó en el aeropuerto, todos se despidieron felices, dijeron que irían a la playa a pasar el día, Marcus se disculpó con su abuelo por dejarlo y el muy descarado le dijo que no se preocupara, le regaló varios paquetes de preservativos y le guiñó el ojo, mi pobre chico salió rojo como un tomate gritándole al mayor mientras este reía a carcajadas.
El viaje estuvo muy tranquilo y llegamos a tiempo, recogimos las maletas y fuimos a un establecimiento de autos para alquilar uno, lo hicimos, uno barato ya que no lo usaríamos mucho. Nos alejamos de la ciudad y dejamos que la naturaleza nos rodeara, la cabaña aunque es moderna y le llegan los servicios básicos como agua y luz es muy alejada, incluso no tiene tv.
—No me estas secuestrando ¿Verdad? —Preguntó burlón el chico mientras veía por la ventana.
—La verdad si —Le dije pícaro y le puse una mano en su pierna.
Recibí una hermosa sonrisa en respuesta.
—Pues creo que yo mismo me diagnostico Síndrome de Estocolmo —Me respondió dándome un beso en la mejilla que me hizo sonreír.
—Si quieres puedes dormir —Le digo al ver que bosteza un poco, me niega y vuelve a sonreír.
—No tengo sueño —Otro bostezo, lo miro con gracia y asiente. —Está bien, solo un poco —Se sincera y estruja los ojos. —Pero no quiero dejarte solo.
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Un Amor Inesperado (Por editar)
RomanceUn demonio Llamado Siriel tiene una misión, la cual se ve en riesgo cuando este empieza a sentir ¿Lastima? por el humano a quien se supone debe torturar. Un chico llamado Marcus Arguinzones sufre de toda clase de acosos, inseguridades, miedos y dolo...