La Tarea

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Narra Siriel

Estoy caminando hacia el aula de clases, si me presentimiento es acertado, el profesor hará una trampa, haciendo que todos caigan.

—Me cae bien —Reí para mí mismo y seguí mi andar, en mi camino me encontré a la fastidiosa de Katherine.

—Hola guapo ¿Cómo estás? —Que molesta es esta chica. La ignore y continúe —Te estoy hablando —Me tomó del brazo intentando haciendo que me girara.

—Y yo ignorándote —Le dije sonriendo. —Pensé que era obvio —Al decirlo pude notar su cara de rabia y su mirada asesina.

—¿Qué sucede contigo? —Pregunto en voz alta. —¿Acaso eres maricon? —Seguí ignorándola y me fui hacia el aula, subí las escaleras, tocaba en el 3er piso hoy, en el camino una chica venia con un montón de libros en sus manos, me di cuenta que iba a resbalar entonces rápidamente la detuve y no deje que cayera -¿Por qué ayudas a estas personas? Idiota-.

—Lo... lo siento —Dijo temblorosa. Una chica morena de piel muy lisa, de cabello alisado y ojos marrones claros, mediría unos 1,75mts, un poco más, su nariz era algo ancha pero delicada y su complexión delgada y esbelta.

Estaba muy nerviosa.

—No te preocupes —Dije sin tomarle importancia al asunto.

—Me llamo Andreina —Extendió su mano como pudo mientras tomaba sus libros solo con una, me sonrió, podía sentir su sinceridad, no había nada oculto —Andreina López.

—Christopher Muller —Le extendí la mía con mucha tranquilidad.

—Oh un Muller —Dijo asombrada —Un apellido poco usual por estos lados del mundo —Me sonrió y tomó sus libros con ambas manos —Un placer Christopher, gracias por no dejar que muriera hoy —Siguió bajando, esta vez con más cuidado, me llamó Christopher, todos eran confianzudos y me llamaban Chris, menos ella y Marcus.

—Bueno, no es para tanto —Me dije a mí mismo y seguí subiendo.

Llegue al 3er piso y camine tranquilo al aula, todo estaba solo y en silencio debido a que las clases habían comenzado ya, se supone que por orden del profesor, debíamos llegar a la segunda hora de la clase, es decir, 8 am. Pensando mal, como típico demonio, me vine como si fuese a entrar a la primera, deje una nota muy cuidadosamente colocada en un cuaderno de Marcus, sobre su escritorio y encendí su alarma muy temprano, cuando se exalté espero que tumbe el cuaderno y vea la nota.

—También espero que me hagas caso, idiota —Me senté en frente de la puerta y mientras la veía pensé en aquella chica -¿Me había caído bien?-. —Deja de pensar tanta porquería Siriel,

—Christopher —Dijo una voz cansada y en tono bajo.

Al girar mi vista veo a Marcus sudado y respirando con pesadez, de nuevo ese latido estruendoso retumbo en mi interior, desvié la mirada y reí para disimular el tiempo que me quede viéndolo.

—Viniste —Dije mientras reía. -maldición deja de hacer eso-. Si funciono, empezó acercarse mientras trataba de recobrar su aliento.

—No sé qué paso, que mi alarma volvió activarse, vi tu nota salir de un cuaderno ¿De qué querías hablar? Y ¿Cuándo... —Corté su vomito verbal levantando una mano y sacudiéndola.

—No importa como lo hice, solo te tome desprevenido —Le dije mirándolo serio.

—¿Qué querías decirme? —Me pregunto sonrojándose.

Un Amor Inesperado (Por editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora