Un Amor Inesperado (Por editar)

Un Regreso Doloroso

Narra Marcus

Esto es horrible, no duermo, tengo pesadillas, ya me han puesto medicación y todo es simplemente desgarrador. Hace 3 días que volví a mi hogar y todo es simplemente horroroso.

Miro mi reloj y son las 3 de la madrugada, como cosa rara no puedo dormir. Quisiera que no pudiese dormir por los nervios que me provocan un examen, pero el liceo nos dio un permiso de 2 semanas, contando los días en los que estuvimos secuestrados. Pero mi realidad es otra, no lo hago por el simple hecho de que tengo pesadillas de sus rostros, de todos ellos, haciéndome daño.

Dormir con Chris era peor, aun recuerdo la primera noche, todo pasó muy rápido y no me dio tiempo ni de pensar.

Flashback

Estaba recostado, despertando del efecto de las pastillas que me dieron para poder conciliar el sueño, entonces siento unas manos sobre mi abdomen, abrazándome, una respiración en mi nuca y unas piernas que cubren las mías.

—¡No, no, aléjate! —Empecé a gritar como loco dando muchísimas patadas y cayendo en el suelo. Aterrado, con mi corazón en la boca intentaba razonar -no puede ser que de nuevo pasara esto y esta vez que durmiese con el hombre que lo había hecho-. Todo estaba oscuro y solo veía una sombra levantarse.

—¡Apártate, no me toques! —Le grité empezando a desesperarme, mientras veía como todo el lugar en el que estaba era ese lugar donde abusaron de mí.

—Mi amor, soy yo —Escuche la voz de Chris cortada.

Encendió la luz y pude darme cuenta de que estaba en mi habitación, en una esquina, aterrado.

—¿Qué paso? —Mi madre entró con mi abuelo, alterados y confundidos. Los mire con ojos llorosos y Chris estaba pálido y sin entender nada.

—Lo siento —Dije mientras agachaba mi cabeza.

—Chris, creo que deberías irte —Dijo mi abuelo serio, viéndome dolido y aterrado.

—Dormiré en la sala —Dijo tomando una almohada y yéndose devastado hacia afuera.

—Lo siento —Volví a decir mientras me abrazaba -¿Qué le pasa a mi mente?-.

Fin

Y por si fuera poco, se lo hice las siguientes dos noches. Como un estúpido lloraba en la mañana del día siguiente para rogarles a mi abuelo y a mi madre que lo dejaran dormir conmigo. Pero en la noche no sé que me sucedía, no sé que me pasaba que confundía todo y pensaba lo peor de todo.

Todos los días comenzaban conmigo llorando pidiéndole que esa noche durmiera conmigo, él sonriente aceptaba y en la noche se iba desconcertado y destruido. Le estoy haciendo daño, muchísimo y me duele hacerle eso porque lo amo demasiado. Solo que no tengo control sobre mí mismo.

—Eres de lo peor, Marcus —Me dije poniendo mis muñecas cruzadas sobre mi frente. -Se cansara de mí, lo sé, lo hará y yo no puedo culparlo-. Empecé a llorar, como siempre ya que es para lo único para lo que soy bueno.

Pasado mañana es mi cumpleaños y ni siquiera me importa. Todos están muy emocionados de allá para acá planeando todo para hacerme sentir mejor, pero solo quiero poder dormir toda una noche tranquilo.

—Por favor —Le rogué. —Ayúdame, no sé qué me pasa y no quiero perderlo —Siempre me escuchaba, aunque a veces no respondiera, se que lo hacía.