En esos momentos, la tensión se apoderó del salón al ver a Andrea entrar y ocupar su asiento, como siempre.
Maestra Cecilia: Bien...ahora sí todas están presentes. Andrea, me alegro de que hayas retomado las clases luego de la suspensión.
Andrea: Gracias. Sé que tendré que esforzarme bastante respecto a los cursos, especialmente en matemática.
Maestra Cecilia: Justamente estábamos hablando de ti, y...sé que estás pasando por situaciones complicadas con tu familia y aquí. Emilio sensei me informó que te estás esforzando en los entrenamientos.
Andrea: Yo no soy culpable de tener el puesto, pero si este salón no está de acuerdo, yo no puedo hacer nada para cambiar las cosas.
Maestra Cecilia: No te preocupes. El elemento elige a su portadora y no al revés, por lo tanto...García y Julca tendrán dos puntos menos en conducta y el resto del salón un punto menos que no podrán recuperar con nada.
Todas: ¡¿Qué?!
Maestra Cecilia: ¡Así quedarán las cosas y espero que esto no se vuelva a repetir! Génesis, Paola, esto no les afectará a ustedes. Eso es todo y he terminado. Buenos días.
La maestra se retiró y Andrea se paró de su lugar para ir detrás de ella.
Andrea: ¡Maestra...espere! ¿Por qué me defendió?
Maestra Cecilia: Porque mereces algo de respeto, en parte. Pero por poco matas a una de tus compañeras, y eso se paga con cárcel, bueno...en tu caso sería en una correccional de menores.
Andrea: Yo he sido 100% transparente con mi salón, maestra.
Maestra Cecilia: Eso lo sé, Velasco. De eso no me cabe la menor duda. Lamentablemente la honestidad en el salón no te valió. Hay que ser cruel a veces, pero sin excederse. Y por cierto Velasco...tres puntos menos en conducta.
Andrea: ¡¿Ahora que hice?! (O_o).
Maestra Cecilia: En tu caso, una suspensión de tres días no es suficiente. Nos vemos.
Mientras la maestra se retiraba, Andrea le decía adiós a su "conducta perfecta". Regresó a su salón, resignada por casi todo lo que le había sucedido últimamente. Se sentó en su lugar y cerró los ojos para pensar en otra cosa. De repente sintió la presencia de alguien en frente de su carpeta.
E. Venegas: ¡Hola! Te noto muy cansada.
Andrea: Hola, Venegas. La verdad es que estoy mas pensativa que cansada. Al menos tu eres la única que me habla.
E. Venegas: No te preocupes. Yo no creo en esas tonterías que dicen sobre ti. ¡Ah, cierto! Si quieres te presto mis cuadernos para que te pongas al día.
Andrea (apenas sonriendo): Muchas gracias. En verdad necesitaré ponerme al día en los cursos. Ya falta poco para que culmine el año.
E. Venegas: ¿Y como te ha ido en esos días que te ausentaste del salón?
Andrea: Las cosas han ido de mal en peor. Ya te imaginarás.
E. Venegas: Tu si que tienes mala suerte (O_o). Me iré a mi lugar y a la hora de salida te doy mis cuadernos ¿Qué te parece?
Andrea: Gracias. Yo estaré aquí y mas aburrida que nunca.
(A LA HORA DEL RECREO...)
La maestra Cristina estaba sentada en la enfermería, esperando a que Andrea llegara. Hacía tan solo unos segundos que había sonado el timbre y notó a la defensora del viento parada en la puerta.
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In Search of the Rainbow
RandomEmpecé a escribir esta historia desde 2009, pero quizá ya la tenía en mi mente desde hacía tiempo, pero no sabía cómo expresarlo o como ordenar mis ideas. Ahora que puedo materializar esto, siento que hay parte de mí que libero cada vez que lo escri...