El día antes del examen de evaluación, Joan acudió al jardincillo de los monjes con la esperanza de encontrar allí a Juliette.
Habían pasado semanas desde su último y desgraciado encuentro.
Aunque la llama de su amor se había extinguido, Joan estaba realmente preocupado por el destino de su amiga. Necesitaba encontrarla y advertirla que, por su propio bien, debía aprobar el examen y no cometer ninguna estupidez.
No halló en cambio rastro de Juliette en el jardín.
A hurtadillas se coló en el pabellón de las internas y preguntó por ella.
-No quiere verte, Joan -le explicó sin rodeos Violette, la amiga de Juliette-. Está muy dolida por tus insinuaciones.
-¿Insinuaciones? Pero si me ha engañado con Zapic. Lo sé.
-¿Lo sabes? ¿Por una inscripción tallada en un árbol? ¿Tan poco necesitas para dudar de su amor?
-Pues...
-Para tu información, ella no te ha engañado. La inscripción que viste es del año pasado. Lo sé porque yo estaba presente cuando la hizo. Poco después cortó con Zapic.
-¿De... de verdad?
-¡Pues claro! Ella no te ha engañado, Joan. Ella te quería más de lo que te crees y tú le has hecho daño.
Por primera vez, Joan admitió que tal vez se hubiese precipitado al dudar de Juliette.
-Yo... yo también le dije la verdad -se excusó Joan-. Todo ha sido un malentendido por parte de ambos.
-Es posible, pero ella ahora no quiere verte. En realidad, no quiere ver a nadie.
-Está bien... Convéncela al menos de que apruebe la evaluación, por lo que más quieras, Violette.
-Lo siento Joan, pero Juliette ya ha tomado una determinación: va a abandonar Saint Martin.
-¿Qué... qué dices? -balbució Joan, sabedor del peligro que entrañaban aquellas palabras.
-Tú eras su mejor amigo y te perdió. Ya nada la retiene aquí.
-¡Dios mío, no! Todo esto es por mi culpa -se lamentó Joan profundamente.
No obstante, sabía lo que tenía que hacer:
Cualquier palabra que hubiera intentado dirigir a Juliette en aquellos momentos habría resultado inútil.
Juliette necesitaba hechos y los tendría.
Llegada la noche, las luces del internado se extinguieron.
A través del ventanal del dormitorio, Joan distinguió desde su cama cómo una débil lucecilla brillaba en el interior del temido caserón.
-¿Qué vas a hacer con Juliette, Joan? -le preguntó Pierre en la penumbra.
-Me iré con ella; la salvaré.
-¿Cómo, Joan?
-No lo sé aún, pero lo haré. Tú preocúpate de aprobar mañana, Pierre.
-Así haré.
Pierre cerró los ojos y se rindió al sueño.
Joan permaneció absorto en sus pensamientos.
Su mente elucubraba un plan.
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El Internado de Saint Martin
Misteri / ThrillerAño 1943. Joan Sagace (14) es el nuevo alumno del internado de Saint Martin, un antiguo monasterio en mitad de la campiña francesa que acoge a chicos huérfanos tras la invasión nazi. Maxime Gautier, el director del centro, ordena que los alumnos su...