If you love me

34. Ash

Estoy tan feliz.. lo sé parezco un idiota enamorado. Pero la cosa es que SI SOY un idiota enamorado así que no me importa. Me gusta esto.. se siente bien. Hemos ido a todas partes.. hoy voy a llevarla a patinar sobre hielo aunque todavía no se lo dije. Me acuerdo de la apuesta que hicimos hace un tiempo cuando encestó los tiros que le había pedido.. ella quería ir a patinar. Así que eso tendrá..

— Hola — dice sonriendo cuando me abre la puerta de su habitación.. mmm se ve tan linda.

— Hola princesa

— Qué pasa?

— Te vengo a buscar para irnos..

— Vamos a salir? — me encanta la carita emocionada que está poniendo.

— Sip.. hoy no tienes ensayo no? — el estreno de su musical es pronto y ha tenido un montón de ensayos en la semana. Voy a verla casi todas las veces.

Primero porque me encanta verla bailar se ve hermosa y lo hace tan bien..

Segundo porque la extrañaría si tuviera que esperar hasta después de los ensayos para verla

Tercero porque no quiero que el bailarín cutre intente nada con ella otra vez, no me importa si tengo que marcarla como un perro no quiero que ese sujeto se acerque a ella fuera del baile. Si pudiera ponerme a bailar en su lugar para que no la tocara lo haría también. Desde cuando soy tan celoso? ah si desde que la conocí..

— Nop.. a donde vamos?

— Es una sorpresa — su cara se arruga de la frustración. Sé que odia las sorpresas.. jajaja la amo.

— Sabes que no me gustan las sorpresas..

— Vamos entre más rápido salgamos más pronto sabrás adonde te llevo

— Ugh.. tengo que abrigarme? — está usando unas calzas ajustadas negras y uno de esos sweater largos que tanto le gustan. Son holgados y no muestran sus curvas.. antes los odiaba pero ahora considerando que me convertí en un animal rabioso de los celos me parecen perfectos.

— Ponte una chaqueta y vamos — no quiero que se congele en la pista de hielo..

Cuando entramos al auto recuerdo que tengo que darle algo.

— Tengo que devolverte algo — digo moviéndome hacia el asiento trasero.. hablando de traseros ella acaba de morder el mío.. que diablos?

— Qué haces? — casi me golpeo con el techo del auto por el susto

— Lo siento.. era muy tentador — dice riéndose.. amo su risa.

— Me mordiste con jeans y todo?

— Que querías que hiciera? que te sacara los pantalones? eres un pervertido

Tomo la bufanda y me recuesto en mi asiento.

— Ok me debes una mordida en el trasero.. y lo haré cuando menos lo esperes — digo meneando las cejas. Ella libera un par de carcajadas más hasta que se da cuenta de lo que tengo en mis manos..

— Esa es mi bufanda?

— Sip.. me olvidé de dártela — en realidad no me olvidé como que la tenía confiscada debajo de mi almohada. No pienso decirle eso porque es muy aterrador, soy un completo acosador. Pero es que olía a su perfume de vainilla y es tan suavecita.. no me podía despegar de la jodida cosa. Ahora que mi propia almohada huele a ella la mayoría del tiempo ya no la necesito.

— La has tenido desde nuestra primera cita? — pregunta enarcando una ceja

— Sip — me encojo de hombros y me acerco para ponérsela antes de que pregunte más cosas que me humillen.