Voy caminando por los pasillos vacíos de la escuela, ¿quién viene a la escuela el sábado?, exacto, nadie, solo yo, y era esto o reprobar cálculo y no salir de la maldita preparatoria.
Así que aquí estoy, arrastrando los pies, atrasando todo lo posible la clase, que seguramente, va a ser aburrida, con alguien que sólo me va a "enseñar", porque necesita créditos.
Al fin llegué a la librería, pero está vacía, genial, mi tutor decidió abandonarme, cansada de todo decido tomar una siesta en una mesa apartada.
Después de media hora siento que alguien me está picando el hombro, alzo la cabeza y veo a mi famoso tutor, que al final decidió aparecerse. -Lo siento, pero tenía que...- empieza a explicarme, pero yo lo interrumpo. -Como sea, ¿me vas a enseñar o no?- él hace una mueca y se sienta a mi lado, sacando sus libros para empezar.
Empieza, pero instantáneamente todo lo que dice me entra por un oído y sale por el otro, hasta este momento pude admirar su rostro y me doy cuenta que es muy guapo, con unas pestañas largas, nariz y labios de un tamaño perfecto, cabello sedoso, parece alguien salido de un libro.
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Estoy tan centrada observándolo, que no me doy cuenta cuando ha dejado de explicar y se me queda viendo. -¿Estás escuchando algo de lo que estoy diciendo?
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Sorprendida no puedo responder algo coherente, muy tarde me doy cuenta de lo que he dicho.
-Eres hermoso...-
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-Ehm, ¿gracias?- inmediatamente se puso nervioso- tú también- susurró tímidamente, pero lo alcancé a escuchar. Creo que estas clases no van a ser tan malas después de todo.
