La arena le corría por la mano mientras hacía un hueco en el suelo. Cada vez que metía la mano para sacar un puñado de arena le iban saliendo pequeñas conchas, unas grandes, otras muy pequeñas, igual de pequeñas que los granos de arena y luego algunas de colores vivos. Las que más le gustaban, Thais las iba guardando. Mark estaba delante suyo, ayudándola.
-¿Me vas a decir qué te pasa?- preguntó el chico, mientras examinaba una concha de color rojo. Había notado demasiado callada a la muchacha y la conocía más que a él mismo.
-Nada- contestó, en tono seco. Mark paró de escarbar para mirarle.
-¿Tiene que ver con Airam?- Thais levantó la vista, frunciendo el ceño.
-¿Por qué me conoces tan bien?
-Sabiendo como eres... te estarás comiendo el coco con alguna tontería. Vamos, suéltalo.
Thais suspiró. Definitivamente no podía esconderle nada a Mark.
-Está distante ¿No te has fijado que ni me ha hablado hoy? En todo lo que llevamos de mañana no ha cruzado ni palabra, ni mirada, ni nada conmigo- explicó Thais, con tristeza.
-Que raro. Ayer estaba muy pegado a ti.
-Ya- suspiró desganada recordando cuando estaban frente con frente, sentados en la cama.
Miró al mar. Dani jugaba a fútbol en la orilla con Alex y Airam... hablaba con dos chicas. Apretó los puños llenos de arena. Ya no lo aguantaba más. Se levantó cogiendo su mp3 con la mirada de Mark clavada en ella.
-¿Qué haces?- preguntó el chico, extrañado.
-Me voy a dar una vuelta.
-Espera, que voy contigo- Mark hizo ademán de levantarse pero Thais le paró.
-No- susurró- Necesito estar sola, de verdad.
Mark asintió y vio como se alejaba la chica, preocupado.
No soportaba que estuviese tan alejado de ella y para colmo hablaba con otras chicas. ¿Por qué le daba tanta rabia y coraje? Al fin y al cabo solo eran simples amigos, nada más. Pero la respuesta la tenía clara... Se detuvo, abriendo los ojos poco a poco. Se estaba enamorando de Airam. No sabía por qué, ni cómo, pero Airam estaba entrando en su corazón y eso era lo primero que se había prometido que no dejaría que pasara. Pero había pasado. En tan solo un día o menos, Airam se había ganado su confianza... Y ahora pasaba de ella.
Siguió caminando, por las piedras de la playa. Necesitaba estar sola, con su música, pero su mente daba vueltas sobre Airam. Se sentía una tonta, una idiota, por dejar que el moreno entrara en su corazón. Pero no había vuelta atrás. Estaba tontamente colada por él.
Sus ojos se humedecían y empañaban a cada paso que daba, con esos pensamientos, haciendo que tropezara y cayera en un hueco hondo entre las piedras y se hiciera daño en la espinilla de un pie. No se podía levantar del dolor y de las lágrimas, que no paraban de salir. Quería ver a Airam, quería estar con él... Pero él no iría a por ella. Ni siquiera sabía dónde estaba y dudaba que se hubiese dado cuenta de que se había marchado. No podía parar de llorar y de apretarse la espinilla que le dolía tanto como su corazón...
No la encontraba. Miraba de un lado a otro, pero no estaba. Ni con Dani, ni Alex, ni con Mark siquiera. Se despidió rápidamente de las dos chicas que se habían acercado, las dos de su clase, para preguntarle sobre los deberes de la semana siguiente. Fue hacia Mark.
-¿Dónde está Thais?- preguntó preocupado.
-No sé, se ha marchado, quería estar sola.
-¿Y has dejado que se largara sola, por ahí?- empezaba a estar furioso y desesperado.
-A mí qué me cuentas, quien ha pasado de ella toda la mañana has sido tú- replicó Mark, haciendo que el moreno sintiera una punzada de culpabilidad recorriéndole el cuerpo e intensificándose en el pecho, junto con la preocupación.
-¿Por dónde se ha ido?
-Por ahí- Mark le señaló el caminito que llevaba a las piedras. Después de susurrar un pequeño "mierda" Airam empezó a correr, para ir a buscarla. Algo le decía que le necesitaba.
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Perfect two
RomanceThais la antisocial del colegio, sin padres y con un hermanito y una abuela enferma, sufre bullyn y un chico del instituto tiene la vista puesta en ella... y hara lo que sea para enamorarla. Pero no será fácil. Otro chico, Aidan, también tiene su vi...