Capítulo 72

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Capítulo 72

Thais decidió ir a buscar a su primo. Era muy raro en él no haber ido a verla a ella aunque fuera. Dani no era así. Iría a buscarle y hablaría con él. Algo debía haber pasado. Thais estaba segura de ello.

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Le dolía mucho el pecho. Llevó una mano hacia él rozando y sintiendo una espécie de tela. Al tocarse del todo sintió un fuerte dolor e  hizo una mueca, soltando un quejido. ¿Por qué le dolía tanto? Airam abrió los ojos encontrándose con la mirada sorprendida de su hermana, María.

-¡Airam!- gritó eufórica-. ¡Estás bien!

-Bueno...- susurró el chico reprimiendo otro gemido de dolor cuando su hermana se le tiró encima- Bien, bien, lo que se dice bien... no estoy. Estoy regular.

La joven se rio. Airam siempre tenía algo que decir, al menos en eso no había cambiado.

María se separó de su hermano mayor, cogió una de las sillas y se sentó a su lado. Vio al moreno recorrer con la mirada la habitación, buscando a alguien. ''Busca a Thais, como no'' pensó arrugando la frente. Thais se había ido, según le había dicho a ella, a buscar a su primo...

-¿Y Thais?- preguntó finalmente Airam. Algo dentro de él esperaba verla a ella sentada delante suyo. Más bien, lo deseaba y se desilusionó al ver que no estaba.

María suspiró desganada.

-No ha venido... He... estado sola todos estos cinco días- susurró, intentando poner voz triste. Sabía que mentirle no era lo correcto, pero esa chica no le hacía ningún bien a su hermano.

Airam abrió un poco los ojos al escucharlo. Una parte de él no podía creerse eso. Pero, por otro lado, Thais no estaba ahí. Era una prueba de que lo que le decía su hermana era de verdad.

-Vaya- murmuró desilusionado- Esperaba... que estuviera aquí...

-Lo siento, tete- María se levantó y abrazó a su hermano, para consolarle- Esa chica no te hace ningún bien... debes alejarte de ella.

-¿Por qué?- Airam la apartó, frunciendo el ceño.

-Pues porque mírate- su hermana le señaló haciéndole ver cómo estaba. Con el pecho lleno de vendas y  heridas y moratones por todas partes de la paliza de los amigos de Aidan- Estás magullado y todo por su culpa.

-¡No es culpa de Thais! ¡La culpa es de Aidan que quería matarme porque, según él, quiere a Thais!- se quejó Airam. No dejaría que nadie pronunciara el nombre de Thais de mala manera. Ni aunque esa persona fuera su propia hermana.

-¡Acabas de decir su nombre! ¡Ella está metida en todo ese asunto vuestro! ¡Ha venido la Poli a buscarle!- estalló María, que no lo aguantaba más.

-¿Se la ha llevado la Policia?- Airam carraspeó y luego abrió los ojos, dándose cuenta de algo- Espera, espera... ¿Thais ha estado aquí?

-Airam... aléjate...

-María- la voz de Airam sonaba amenazante y serena. María se estremeció en su silla, poniéndo sus manos en los posabrazos, apretándolos con fuerza- Dímelo, ha estado o no ha estado, quiero la verdad.

-Airam...- el moreno le volvió a dedicar una mirada amenazante. María suspiró rendida- De acuerdo, tú ganas, tu querida chica Thais ha estado estos cinco días, las 24 horas  sentada al lado de la ventana a tu lado ¿Contento?

Airam no hizo nada, aunque por dentro algo empezaba a dar saltos de alegría al saber que Thais había estado a su lado todo ese tiempo. Pero ¿Y ahora por qué no estaba? Aunque ahora el tema no era ese...

-¿Por qué me has mentido?

María suspiró, mirando al suelo, entristecida.

-Desde que vas con ella no paras de estar fuera de casa, mamá está preocupada. Y yo también. Y encima nos dicen que estás en el hospital...

-¿Y qué tiene que ver ella en todo eso, María?

-Pues que... si no estuvieras con ella no pasaría todo esto...

María se pasó una mano por los ojos, intentando secarse las lágrimas que amenazaban con salir al exterior.

-Maria... No puedes pedirme que me aleje de ella. No lo haré.

-¿Tanto te cuesta?- dijo la chica con voz de súplica.

-Me cuesta mucho. Ya me alejé de ella y fue inútil..,

-¡Si no te alejas volverán a hacerte daño!- gritó su hermana fuera de sí, en un sollozo.

-Me da igual. Quiero estar a su lado... Lo siento María.

La joven no aguantó más. Se pasó el brazo por la cara, limpiándose las lágrimas, cogió su bolsa y salió corriendo de la habitación, dejando a Airam sólo.

El moreno suspiró. No le gustaba ver así a su hermana, pero lo que le pedía era algo imposible para él. ¿Alejarse de Thais? Lo había hecho y había sido como si le clavaran mil cuchillos en su interior. Miró hacía la ventana. Ahí, en esa silla, se suponía que había estado Thais. Y era verdad, había una mochila al lado. Pero ¿Por qué no estaba con él cuando despertó? A lo mejor había pasado algo...

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