Capítulo 1 - Noche de bodas

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Narra América:

Estoy hablando con mi madre sobre que Maxon ha estado preparando la Luna de Miel durante unos días pero no me quiere decir adónde vamos a ir. Me dijo que no insistiera así que no insistí. Pero tampoco me imagino cuál podría ser el destino, nunca he salido de Illea, así que tampoco sé muy bien qué lugares son románticos. Tampoco me preocupa, sé que sea el destino que sea será la mejor Luna de Miel de la historia solo porque iré con él pero eso no quita que no quiera saber el lugar. Mañana partiremos en avión aunque llegaremos muy cansados y no creo que tengamos ganas de hacer gran cosa, ya que esta noche...

- Cariño - me dice Maxon sacándome de mis pensamientos sobre la Luna de Miel y lo que estaba diciendo a mi madre -, ¿me concedes este baile? - me pregunta con una gran sonrisa extendiéndome la mano.

 - Por supuesto mi amor, este, el siguiente y todos los que quieras - le respondo mientras me levanto de mi asiento. Mi madre nos mira con una amplia sonrisa. Está muy contenta de que haya encontrado a Maxon. Se le nota en la forma de hablar, en que está siempre sonriendo, en que no es tan estricta con May y Gerad... 

Nos dirigimos a la pista de baile, le cojo del cuello y él coloca sus manos alrededor de mi cintura. Estamos muy juntos el uno del otro, tanto que puedo sentir el latido de su corazón algo acelerado.

En alguna vuelta del baile levanto mi cabeza de su hombro y observo cómo May me guiña el ojo, cómo comenta con la gente lo mucho que pegamos, o como siempre, cómo se ríe de algún chiste que han dicho por ahí. Incluso podría decir que ella ha estado más nerviosa que yo. Durante la ceremonia no había parado de dar saltitos, por supuesto con una amplia sonrisa en la cara y, en uno de los bailes del principio de la fiesta, incluso le pidió a Maxon bailar con ella. Maxon, siempre como un caballero, le dijo que sí.

Vuelvo a poner la cabeza en el hombro de Maxon y seguimos bailando tranquilamente.

- Amor, ¿no crees que deberíamos de irnos ya? Es un poco tarde, y mañana a las 8 tenemos que levantarnos - pregunta Maxon echando la cabeza un poco hacia atrás para mirarme. Es enntonces cuando miro a mi alrededor y no veo más que a alguna doncella moviéndose de aquí para allá limpiando y a un par de guardias en la puerta. 

《¡Oh, Dios mío! Qué vergüenza...》

- Emmm... sí, debemos irnos, ya hemos hecho demasiado el ridículo... - contesto más roja que mi cabello. 

- ¿El ridículo? ¿Por qué? - pregunta él algo confuso. 

- Hemos estado bailando toda la noche, mientras la gente se iba. No nos hemos despedido de nadie, ¿acaso te parece que eso no es hacer el ridículo? - le susurro al oído, no quiero que el personal se entere de toda la conversación. Él solo ríe ante mi explicación.

- Mi amor, eso no es hacer el ridículo - me murmura cerca de la boca con una amplia sonrisa. Sabe cómo ablandarme, ese aliento tentador... ¡Él sabe que no me puedo resistir! Me parece que al sentir su aliento pongo una cara de embobada de las grandes porque se ríe un poco más por lo bajo-.  Eso es disfrutar de tu noche de bodas, aunque todavía queda lo mejor... - No puedo. No me puedo resistir a sus encantos. Sin pensármelo una vez me acerco y le besé. Él aprovecha mi despiste para cogerme a modo de princesa y sacarme corriendo del salón. Yo grito cuando gira por las esquinas porque los giros son muy rápidos, pero él solo aprovecha esos momentos para agarrarme más fuerte, de forma que me acerco más a él. Le vuelvo a besar y Maxon me corresponde el beso pero ahora corre algo más lento porque cierra un poco los ojos para disfrutar más nuestros labios estén juntos.

- Amer... Est... ate... qui... eta... - dice entrecortadamente cada vez que nos separamos para respirar, pero yo le vuelvo a besar. No quiero estar ni un segundo más separada de él. Pero de un momento a otro logra conseguir separar nuestros labios y me dice seriamente: 

Después de La Elegida - MaxéricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora