Narra América:
Después de que Maxon me dijera esas cosas tan bonitas yo estaba llorando a mares, ¿pero cómo no estarlo?
- Ten - me dijo dándome un pañuelo, el cual cogí, y seguimos andando. Me empecé a limpiar la cara a pesar de que mi marido ya me había limpiado las lágrimas hacía un par de minutos.
No tenía ni idea de todo lo que había dicho, y me sorprendió, pero me pareció tan tierno que me ganaron las lágrimas de felicidad.
Tenía muy claro que la vida de Maxon había sido muy dura, pero no tenía ni idea de que, por ejemplo, él lo hacía todo pensando en mi, en una vida a mi lado. Y era demasiado bonito y tierno. No sé cómo pude pensar que el que ahora es mi amado esposo era un superficial y egoísta. Estaba totalmente equivocada, aunque quizás eso es lo que ha hecho que me gane su corazón y él el mío.
Llegamos al restaurante asiático y un camarero nos dirijió a nuestra mesa. Pedimos bastantes platos pero no íbamos a comer cada uno el suyo, íbamos a compartir todos.
Primero nos trajeron unos rollitos de primevara.
- Hm... delicioso... - murmuré mientras masticaba la esquina de uno.
- Sí, está rico... - dijo Maxon escogiéndose de hombros mientras se metía todo el rollito a la boca. Yo me quedé paralizada cuando lo vi hacer eso. ¿Cómo podía decir que estaba rico? ¡Estaba demasiado bueno! Él al ver mi cara se rió a carcajadas. Yo seguía seria, no le encontraba la gracia. Seguí comiendo mientras Maxon seguía carcajeándose llamando la atención de varios camareros y comensales.
- Sh... Baja la voz, nos está mirando todo el mundo.
- Vale, vale - respondió entre risas.
Cuando sus carcajadas cesaron seguimos hablando tranquilamente hasta terminar la comida.
Sólo quedábamos nosotros dos en el restaurante a excepción de los camareros y cocineros.
Nos trajeron unos frutos secos variados antes de marcharnos para agradecer nuestra comida y diciéndonos que esperaban que todo hubiera sido de nuestro gusto. Les dimos las gracias. Cuando se retiraron continuamos conversando.
- ¿No me vas a decir adónde vamos a ir? - volví a preguntar por décima vez en toda la comida.
- No, pesada.
Gruñí y cogí un cacahuete bien grande. Se lo lancé a la cara y él dio un respingo asustado. Me miró y después miró el plato con los frutos secos unas tres veces.
Salí corriendo del restaurante avanzando por la playa. Giré la cabeza para ver si me seguía y pude ver que sí. Maxon corría miy rápido y yo, a pesar de tener una altura bastante alta: 1,68 metros, no alcanzaba a correr tanto como él. Sentí como me empujaba y al darme la vuelta en el suelo no podía creer lo que veían mis ojos. No puede ser...
Narra Maxon:
América salió corriendo y yo no dudé en imitarla. Corría todo lo que me daban mis pies pero no llegaba a alcanzarla, corre bastante rápido, y su altura también ayuda. Aunque la altura no siempre tenía que ver con lo rápido que corría una persona ella sabía emplearla bien, haciendo que mis pies se empezaran a cansar.
Giró la cabeza para ver si la seguía y al darse cuenta de que la seguía empezó a correr como si le fuera la vida en ello.
De un momento a otro vi como un chico joven, de unos 20 o 21 años, salía de unas piedras y empujaba a mi esposa haciéndola caer de bruces al suelo. Paré en seco al ver a la persona que acababa de hacer eso y América, que estaba riéndose pensando que había sido yo el que la había empujado, dejó de carcajearse al ver el rostro del chico.
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Chicos y chicassss... Sé que dije maratón pero no me ha dado tiempo a escribir el siguiente cap, cuando eso lo subo o hago maratón le 32, ya veré.
Espero que oa haya gustado 😘😘
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Después de La Elegida - Maxérica
FanfictionMaxon y América ya se han casado y ahora les toca empezar una nueva etapa en su vida. Habrá altibajos en el camino, pasión, discusiones, celos y sobre todo mucho amor, pero, ¿lograrán ser felices sin que nadie se lo impida? No se permiten copias ni...