Narra América:
Después de la increíble comida que Maxon me preparó pasamos el día en la playa, riendo, jugando, pasándonoslos genial... Fue una de mis tardes favoritas.
Lo que pasa es que desde eso ya ha pasado una semana. Llevamos una semana y dos días en Delight y en tres días iremos a otro sitio. No sé que sitio es pero sólo espero que lo pasemos estupendamente. Y eso seguro que ocurre.
Ahora son las 12 del mediodía y estoy tumbaba en la playa tomando el sol. Maxon se ha quedado en la casa para revisar que todo el Illea estuviera bien y que no hubiera ningún problema ni nada por el estilo.
El sol ardiente calienta mi piel y la verdad me empieza a quemar la tripa por lo que decido girarme para que el moreno que quiero coger se aplique también a mi parte trasera del cuerpo. Para que no queden marcas deshago el nudo de la parte de arriba del bikini y lo pongo de manera que no se pueda ver nada indebido. Me recojo el pelo que tapa mi rostro en un pequeño moño atrás para que no moleste en mi lectura, me pongo mis gafas de sol porque las necesito mucho (como mis ojos son azules el sol les afecta mucho y en momentos como estos tengo que tomar precaución con ellos usando mis gafas de sol) y comiezo a leer el capítulo uno del libro Invierno En Las Vegas, la segunda entrega de una saga de libros de Andrea Izquierdo. Me gusta demasiado esta saga. De hecho es la segunda vez que la leo. Comienzo a leer y las manchas de tinta escritas sobre el papel me absorben y llevan a un mundo nuevo.
Sentí pasos y levanté mi mirada para situarla en frente de mí, en el mar. Bajé un poco mis gafas de sol y observé una imagen demasiado caliente para mi gusto.
Maxon estaba saliendo del agua, empapado y andando muy sexymente.
Vale, decidido. Iba a morir de amor tanto psíquico como físico hacia ese hombre.
¿Qué había hecho yo para merecerlo?
¿Qué?
Ni yo lo sabía.
Maxon se acercaba lentamente. Parecía que quisiera hacerme sufrir...
¡Pues venganza!
Llegó a la tumbona donde yo estaba leyendo y me até el nudo del bikini para que no se viera nada . Después me levanté y me acerqué a él con intención de darle un beso pero cuando llegué a su altura y me empecé a acercar, mientras mi marido me miraba atentamente, puse mi "plan" en marcha.
- ¿Quieres jugar a provocar? ¡Juguemos a provocar! - exclamé sonriendo.
Dicho esto me puse a correr hacia el mar y me metí adentro de forma que el agua me llegara por el cuello.
Hice cosas, aspavientos y gestos raros, como si me estuviera quitando la ropa o algo parecido y después levanté la mano con la parte de abajo de mi bikini. Pero no. No me había quitado la ropa. Solo me había metido un bikini dentro del sujetador para ahora tentarle.
Abrí un poco mi mano enseñando su contenido y sonriendo haciendo que Maxon abriera sus ojos como si se le fuesen a salir de las órbitas. Luego, con algo de impuslo, lancé la prenda a la arena. Maxon me estaba observando sin creer lo que acababa de hacer. Yo por mi parte puse poses y miradas sexys para que se metiera en el agua. Mi marido seguía flipando en la orilla, así que decidí seguir con mi plan.
Llevé mis manos a mi espalda he hice como si me quitara el sujetador. Hice todo el paripé y repetí la acción de la arena.
Maxon, sin pensárselo dos veces se metió al agua. ¡Cazado!
- Cariño, eso lo podrías haber hecho en nuestra habitación, así me ahorro el calentón de ahora... - dijo acercándose a mí sin rodeos.
Se notaba que quería pasar sus manos por mi cuerpo y yo no me opuse a ello.
Colocó sus manos en mis mejillas y me besó dulce pero apasionadamente. Incluso lujuriosamente me atrevería a decir. A continuación fue bajando por el cuello y la clavícula hasta llegar a la parte de arriba del pecho. Bajó sus manos lentamente esperando encontrarse con el suave tacto de mi piel pero al notar la tela que cubría mis caderas las quitó de golpe. Me cogió de la cintura y me subió a su espalda como si fuera un saco de patatas.
- ¡Hey! ¿Qué narices te crees que haces, hombrecito? - grité pataleando su espalda y soltando golpes leves.
- ¿Que qué hago? ¡Te lo has ganado! Me calientas de esa forma para que después estés vestida. Pues te ganas lo siguente.
- ¿Qué sig...? - no me dio tiempo a concluir la oración porque de repente noté cómo él me soltaba haciéndome caer en la arena.
¡Genial! Me ha soltado empapada a la arena... ¡qué bien!
- Castigado - dije seriamente mientras me quitaba arena del cuerpo.
Él ya sabía lo que ocurría si decía esa palabra.
- Te quiero, te amo, te necesito, eres mi todo, por favor, te juro que no lo repetiré nunca jamás, en la vida, pero, por favor, no me castigues - dijo, tan rápido que casi ni le entendí, con cara de cachorrito.
- Te fastidias.
- América, mi tesoro, ten piedad por mí por el amor de Dios, a un hombre no se le puede castigar sin besar a la más hermosa de las mujeres en este mundo que, encima, es su esposa - suplicó intentando convencerme y diciéndome cosas preciosas
Negué con la cabeza. No iba a caer en su juego. No más.
- Sin besos hasta que nos vayamos de la isla.
- ¿¡Qué!? ¿Se te ha ido la pinza? ¿Qué quieres, matarme?
- ¿Quieres que sea todo lo que queda de Luna de Miel? - le pregunté apuntándole con mi dedo índice izquierdo. Él negó rápidamente -. Bien, voy a quitarme la arena. Ahora vuelvo, mi Real Marido. Espérame aquí - le dije mientras volvía al agua.
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Wolaaaa!!!! Vale, lo sé, casi un mes sin actualizar, pero no me matéis. ¡No me da la vida! Intentaré subir más a menudo. Siento las faltas de ortografía pero escribo la mayoría de veces desde el móvil.
Estoy pensando en hacer un grupo de WhatsApp y una cuenta de Instagram. Os gustaría? Besossss😘😘
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Después de La Elegida - Maxérica
FanfictionMaxon y América ya se han casado y ahora les toca empezar una nueva etapa en su vida. Habrá altibajos en el camino, pasión, discusiones, celos y sobre todo mucho amor, pero, ¿lograrán ser felices sin que nadie se lo impida? No se permiten copias ni...